Una empresa en la ruina

El martes, tras una semana de rumores, se confirm¨® que el Estado franc¨¦s vend¨ªa la Sociedad Nacional C¨®rcega-Mediterr¨¢neo (SNCM) al fondo de inversiones Butler Capital Partners (BCP), que prev¨¦ suprimir entre 350 y 400 de los 2.400 empleos que cuenta actualmente la naviera. Seg¨²n el acuerdo, el Estado franc¨¦s invertir¨¢ 113 millones de euros adicionales; 82 para "equilibrar el pasado" y otros 31 para proyectos futuros, mientras que BCP s¨®lo pagar¨¢ 35 millones para hacerse con un activo valorado en casi 500 millones.

Pero lo cierto es que estas cifras esconden los verdaderos problemas de una compa?¨ªa anticuada, con una plantilla sobredimensionada, que ha sufrido innumerables huelgas salvajes en los ¨²ltimos a?os y que ha visto c¨®mo su parte del mercado se reduc¨ªa cada vez m¨¢s frente a la compa?¨ªa de las nuevas navieras privadas. Seg¨²n apuntaba ayer Walter Bulter, el presidente del citado fondo de inversi¨®n, la SNCM tiene una deuda de entre 150 y 200 millones de euros, y en los ¨²ltimos tres a?os ha perdido m¨¢s de 100 millones de euros.

Estos ¨²ltimos d¨ªas, las im¨¢genes de los pasajeros que pretend¨ªan dirigirse a Argelia, abandonados a su suerte en los muelles de Marsella, sin que ni siquiera fueran atendidas sus necesidades higi¨¦nicas m¨¢s m¨ªnimas, hablaban por s¨ª solas del servicio que ¨²ltimamente proporcionaba la SNCM.

Ya el martes, las primeras protestas pusieron de nuevo en evidencia la actuaci¨®n err¨¢tica del Gobierno. El ministro de Transportes, Dominique Perben, anunciaba que el Estado estaba dispuesto a conservar una parte "minoritaria" del capital de la naviera. Un gesto in¨²til porque los sindicatos exigen que la SNCM siga siendo mayoritariamente p¨²blica. El diario Le Monde apuntaba a un 15% del capital. Butler, por su parte, se apresur¨® a explicar que la presencia del Estado es "una de las principales razones de los problemas de la naviera" y pidi¨® al Ejecutivo que con su presencia "no frustre el futuro" de la compa?¨ªa. "El Estado", dijo, "no es un accionista como cualquier otro". "Independientemente de cual ha sido su color pol¨ªtico", denunci¨® el financiero, "el Estado tiene una buena parte de responsabilidad sobre la actual situaci¨®n de la compa?¨ªa". Pero preguntado si mantendr¨ªa su oferta si el Estado franc¨¦s conservaba la mayor¨ªa del capital su respuesta fue: "No".