Un pacto con los ciudadanos
Los noes franc¨¦s y neerland¨¦s a la Constituci¨®n Europea han creado dudas acerca del rumbo que adquirir¨¢ el proceso de integraci¨®n en el futuro. Desde el punto de vista legal, la Constituci¨®n adopt¨® la forma de un tratado internacional, por lo que su ratificaci¨®n requiere el consentimiento de todos los Estados. Desde un punto de vista pol¨ªtico, los resultados negativos obtenidos en los dos referendos no pueden pasarse por alto; cualquier intento de hacer caso omiso de estos resultados provocar¨ªa el efecto contrario a lo que el proceso pretend¨ªa originariamente: hacer la Uni¨®n Europea m¨¢s democr¨¢tica y "volver a conectarla" con sus ciudadanos.
Cualquier soluci¨®n a la crisis actual deber¨¢ buscarse de forma colectiva en el ¨¢mbito europeo. Hoy por hoy, la posibilidad de una repetici¨®n de los referendos en Francia y los Pa¨ªses Bajos no cuenta con ninguna credibilidad. Sin embargo, hasta la fecha no se ha planteado ninguna opci¨®n alternativa viable. Con o sin la Constituci¨®n Europea, cualquier intento de resolver la crisis actual seguir¨¢ siendo in¨²til si entre tanto los pol¨ªticos europeos no consiguen revisar en profundidad su manera de actuar.
En el Consejo Europeo del pasado junio, los l¨ªderes europeos inauguraron un "periodo de reflexi¨®n". Es esencial que esta promesa se tome en serio y que el tiempo se emplee de forma productiva. ?Qu¨¦ hacer durante este periodo de reflexi¨®n? En nuestra opini¨®n, el debate, contribuya o no a un entorno pol¨ªtico en el que resulte viable resucitar la Constituci¨®n, no deber¨ªa centrarse en el texto en s¨ª. M¨¢s bien, los l¨ªderes europeos deber¨ªan emplear este "periodo de reflexi¨®n" en demostrar de manera convincente que se toman muy en serio el resultado negativo en estos dos referendos. En vez de "vender" la Constituci¨®n, el periodo de reflexi¨®n deber¨ªa atacar directamente el malestar m¨¢s general con respecto a la UE que caracteriza la actitud de una proporci¨®n creciente de la poblaci¨®n europea.
Como se?al clara de su determinaci¨®n de tender la mano a los ciudadanos, los pol¨ªticos europeos deber¨ªan suscribir un s¨®lido Pacto que afronte con medidas concretas el d¨¦ficit democr¨¢tico y de comunicaci¨®n de la UE. El principal objetivo de dicho "Pacto con los Ciudadanos" ser¨ªa desarrollar un aut¨¦ntico "Espacio Europeo C¨ªvico y Democr¨¢tico". El Pacto con los Ciudadanos tendr¨ªa como objetivo establecer unas mejores condiciones para el debate sobre el futuro rumbo de la UE. Fomentar¨ªa una dimensi¨®n europea en el debate p¨²blico que contribuir¨ªa a contrarrestar la "nacionalizaci¨®n" del debate europeo.
La iniciativa en torno a este Pacto deber¨ªa representar un esfuerzo concertado por parte de todas las instituciones europeas. Por ello, deber¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de un mero texto declaratorio. Mediante la adopci¨®n de dicho Pacto deber¨ªan obtenerse compromisos vinculantes con respecto a su contenido b¨¢sico por parte de todos los actores pol¨ªticos involucrados.
En cuanto a su contenido, el Pacto con los Ciudadanos deber¨ªa incluir compromisos para una mejor comunicaci¨®n por parte de los actores nacionales y europeos, cambios estructurales a corto plazo y el desarrollo de una estrategia a largo plazo para afrontar las deficiencias democr¨¢ticas de la UE. Deber¨ªa tambi¨¦n ofrecer medidas pr¨¢cticas y visibles que tengan un impacto significativo en la capacidad de los ciudadanos de exigir cuentas a quienes toman las decisiones a nivel europeo y dejar una profunda huella en el modo en que se debaten y deciden los asuntos europeos. Aunque dichas acciones pueden preverse dentro de los l¨ªmites de los tratados existentes y, por tanto, no exigen ninguna modificaci¨®n de los mismos (y por ende tampoco ratificaci¨®n alguna), el Pacto deber¨ªa basarse en un amplio consenso pol¨ªtico.
A continuaci¨®n se mencionan algunas medidas espec¨ªficas que podr¨ªan formar parte de dicho "Pacto con los Ciudadanos".
Primero, todos los parlamentos nacionales deber¨ªan comprometerse de forma oficial a debatir p¨²blicamente las iniciativas de pol¨ªtica europea que afecten especialmente a los ciudadanos.
Segundo, los jefes de Estado y de Gobierno deber¨ªan explicar ante el Parlamento de su pa¨ªs su postura con respecto a las prioridades de la presidencia de la UE, as¨ª como las posturas que han adoptado durante la presidencia anterior.
Tercero, tanto los eurodiputados como los comisarios europeos deber¨ªan dedicar una proporci¨®n a¨²n mayor de su tiempo a participar en debates nacionales sobre asuntos europeos. Esto permitir¨ªa a la ciudadan¨ªa europea tener una idea m¨¢s ajustada de lo que la UE puede hacer realmente, y tambi¨¦n lo que no puede hacer.
Cuarto, todos los Gobiernos nacionales deber¨ªan publicar de forma peri¨®dica boletines con informaci¨®n objetiva sobre las ¨²ltimas decisiones y propuestas de la UE. Los boletines informativos servir¨ªan para atraer la atenci¨®n del p¨²blico y los medios de comunicaci¨®n sobre las decisiones de la UE en un momento inicial para evitar as¨ª acusaciones posteriores en torno a la culpa o responsabilidad de los diferentes actores.
Quinto, deber¨ªan organizarse debates p¨²blicos sobre asuntos europeos con la participaci¨®n de pol¨ªticos y de la sociedad civil. Dichos foros no deber¨ªan promover un punto de vista concreto, sino actuar como entorno neutral para un debate abierto y sin censuras. Deber¨ªan considerarse, no s¨®lo a nivel nacional, sino tambi¨¦n europeo, nuevos m¨¦todos de democracia participativa a fin de maximizar la participaci¨®n de los ciudadanos en la formulaci¨®n de pol¨ªticas.
Sexto, el Pacto con los Ciudadanos podr¨ªa quiz¨¢s poner en pr¨¢ctica una serie de elementos no pol¨¦micos del Tratado Constitucional que mejoren la democracia y no requieran ratificaci¨®n. Entre ¨¦stos podr¨ªa estar la iniciativa popular para convocar referendos a escala europea, la apertura al p¨²blico de las sesiones y votaciones del Consejo (de Ministros) de la Uni¨®n, as¨ª como el "procedimiento de alerta temprana" que la Constituci¨®n Europea pon¨ªa a disposici¨®n de los parlamentos nacionales. Estas medidas demostrar¨ªan la existencia de voluntad pol¨ªtica para hacer la UE m¨¢s democr¨¢tica y transparente.
S¨¦ptimo, deber¨ªa existir un enfoque a largo plazo para atajar el problema del d¨¦ficit democr¨¢tico de la UE, incluyendo medidas que requieran una modificaci¨®n de los tratados existentes. La Comisi¨®n Europea, en colaboraci¨®n con el Parlamento Europeo, los parlamentos nacionales, organizaciones ciudadanas y otros actores de la sociedad civil deber¨ªa definir una estrategia en materia de "Vida C¨ªvica y Democr¨¢tica de la Uni¨®n". Dicha estrategia podr¨ªa adoptar la forma de un Libro Blanco que explicar¨ªa en detalle las medidas legislativas necesarias para crear un verdadero "Espacio Europeo C¨ªvico y Democr¨¢tico".
Octavo, entre las futuras medidas legislativas europeas de importancia podr¨ªa incluirse una evaluaci¨®n de impacto c¨ªvico y democr¨¢tico que especificase el modo en que se han tenido en cuenta las preocupaciones de los ciudadanos a la hora de elaborar cada propuesta y cu¨¢l ser¨¢ el impacto probable de la iniciativa legislativa en sus intereses.
Esta breve lista de sugerencias para un "Pacto con los Ciudadanos" no es de ning¨²n modo exhaustiva. Nuestra intenci¨®n es mostrar lo que podr¨ªa ser posible si se dispusiera de los recursos necesarios y prevaleciera la determinaci¨®n pol¨ªtica sobre el sentimiento actual de crisis y perplejidad. En este sentido, el "Pacto con los Ciudadanos" podr¨ªa suponer una iniciativa satisfactoria de cara a la creaci¨®n de un sentimiento de pertenencia y participaci¨®n crucial entre los ciudadanos y la Uni¨®n Europea.
Adem¨¢s de Jos¨¦ Ignacio Torreblanca, profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la UNED e investigador principal para Europa en el Real Instituto Elcano, firman este art¨ªculo: Julia De Clerck-Sachsse, Marco Incerti, Sebasti¨¢n Kurpas y Justus Sch?nlau (CEPS, Bruselas); Ben Crum (Vrije Universiteit Amsterdam); Daniel Keohane (CER, Londres); Anna de Klauman y Anne Mette Vestergaard (DIIS, Copenhague); Martin Koopman (DGAP, Berl¨ªn); David Kr¨¤l (EUROPEUM, Praga); Fredrik Langdal (SIEPS); y Ga?tane Richard-Nihoul (Notre Europe, Par¨ªs). El texto es fruto de una iniciativa de los miembros de la Red de Institutos de Pol¨ªtica Europea (EPIN).
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