El delantero indomesticable

Desde que Roberto Soldado dej¨® el colegio de los Salesianos, en Valencia, los esfuerzos por domesticarle han sido arduos. En su cerebro todav¨ªa se activan impulsos irracionales cada vez que pisa el campo. Sigue siendo un delantero de movimientos instintivos que muchas veces no calcula las consecuencias de sus ataques. As¨ª ha hecho carrera. As¨ª lleg¨® hasta el gol contra el Olympiakos, el mi¨¦rcoles, cuando el partido hab¨ªa condenado al Madrid a una lucha desesperada por no quedarse descolgado de la Liga de Campeones. Con un cabezazo en el minuto 80 se convirti¨® en el h¨¦roe de la noche y sell¨® el 2-1.

"Hombre, ahora estoy un poquito disperso de todo porque esto ha sido muy r¨¢pido", dijo, al salir del campo. "Me ir¨¦ a la cama y cuando me levante sabr¨¦ la importancia de esto".

Soldado tiene 20 a?os pero interrumpi¨® sus estudios hace mucho tiempo. El f¨²tbol hab¨ªa sido su obsesi¨®n desde ni?o. Toda su vida esper¨® tener una noche como la del mi¨¦rcoles y en el banquillo se revolvi¨® con la certeza de que si le daban unos minutos recibir¨ªa un bal¨®n listo para rematar. "Estaba seguro", dijo.

Hace tres a?os, en la vieja Ciudad Deportiva, M¨ªchel, Butrague?o y Sanch¨ªs dedicaron una temporada a impartir lecciones por puestos espec¨ªficos a los canteranos. El d¨ªa que Butrague?o se las vio con Soldado hubo entrenadores que echaron unas risas. La filosof¨ªa oriental, el arte de la aproximaci¨®n indirecta, los movimientos sigilosos que el Buitre intent¨® inculcar al valenciano durante sus clases particulares no fueron recibidos con facilidad. El chaval era una fuerza de la naturaleza a la que hubo de afrontar d¨ªa tras d¨ªa. Hab¨ªa vivido con holgura en las categor¨ªas juveniles gracias a un don que Butrague?o nunca tuvo: un desarrollo f¨ªsico prematuro. Butrague?o, maestro de la liviandad, le dec¨ªa que se moviera evitando a los centrales, en contra del sentido del bal¨®n. Pero a Soldado el instinto le reclamaba m¨¢s fricci¨®n. Donde el actual vicepresidente recomendaba un desmarque al segundo palo el delantero acud¨ªa al primero. Pesaban m¨¢s las lecciones del padre Don Fernando, el profesor del colegio Don Bosco, entrevistado ayer por la agencia Efe.

Soldado siempre tuvo un car¨¢cter explosivo. Cuando jugaba en el cadete fue sancionado con ocho partidos de suspensi¨®n por golpear a un rival.Paco G¨®mez, detector de talentos afincado en Valencia, llam¨® la atenci¨®n a Paco de Gracia, jefe de los ojeadores del Madrid, en la ¨²ltima jornada de la Liga infantil de 1999. Ese d¨ªa Soldado meti¨® tres goles para el colegio Don Bosco. Pero De Gracia desconfi¨® de su potencial futbol¨ªstico: el chico era una mole que se impon¨ªa sin esfuerzo a otros defensas menos grandes. Esper¨® a la temporada siguiente. A los pocos partidos como cadete, frente a rivales de su talla, se hizo patente que no s¨®lo era fuerte: se manejaba bien fuera del ¨¢rea, ten¨ªa ritmo para cabecear y su diestra era un peque?o ca?¨®n. Vicente del Bosque, por entonces responsable de la cantera, dio el aprobado definitivo y Soldado se vino a Madrid acompa?ado de su padre, un ex futbolista que dedic¨® los dos ¨²ltimos a?os a procurar apoyo a su hijo.

En enero Soldado debut¨® con el primer equipo ante el Valladolid, en Copa del Rey. El Madrid perdi¨® y el entrenador, Vanderlei Luxemburgo, se qued¨® con una mala impresi¨®n suya. Dijo que le hab¨ªa faltado "movilidad". Tal vez pensaba como Butrague?o.

Luxemburgo cambi¨® de idea durante la gira de verano. All¨ª Soldado mostr¨® su costado m¨¢s agresivo. Hizo goles en Asia y en Am¨¦rica; y al regresar pidi¨® que le dejaran marchar a otro club de Primera. Asegur¨® que el Deportivo le quer¨ªa pero Sacchi y Ram¨®n Mart¨ªnez, los responsables t¨¦cnicos, le dijeron que deb¨ªa esperar en el filial. Sab¨ªan que Owen y Portillo no seguir¨ªan. Y sospechaban que el canterano pod¨ªa ser imprescindible en ausencia de Ronaldo porque la plantilla del primer equipo no cuenta con dos nueves.

Frente al Olympiakos falt¨® Ronaldo. Estuvo Soldado.