Igualdad pide que se destierren los estigmas de las enfermedades mentales
El 25% de la poblaci¨®n andaluza sufrir¨¢ alg¨²n tipo de trastorno
Los mitos que rodean a los problemas de salud mental son responsables del sentimiento de verg¨¹enza de las personas afectadas y de que la b¨²squeda de atenci¨®n sanitaria y social sea tan limitada. As¨ª lo piensa la Consejer¨ªa para la Igualdad y Bienestar Social, que ayer celebr¨® en Ja¨¦n una jornada para incidir en la necesidad de desterrar los estigmas del enfermo mental. Se calcula que en torno al 25% de la poblaci¨®n andaluza sufrir¨¢ alg¨²n tipo de trastorno mental en su vida, y un 1% desarrollar¨¢ esquizofrenia.
Coincidiendo con el a?o andaluz de la salud mental, el Gobierno andaluz se ha marcado el objetivo de erradicar en todas las capas de la sociedad los falsos mitos que est¨¢n asociados a este colectivo, de los que a principios de a?o hab¨ªa registrados en los centros de valoraci¨®n y orientaci¨®n de la Junta un total de 22.847 personas. El primer paso se dio ayer con unas jornadas de debate en la regi¨®n y la presentaci¨®n de una gu¨ªa dirigida a los medios de comunicaci¨®n para que ¨¦stos contribuyan a difundir contenidos m¨¢s equilibrados.
Asociar la esquizofrenia con comportamientos peligroso y violento, calificar a las personas con esquizofr¨¦nica como locos, dementes, psic¨®patas o perturbados o la utilizaci¨®n del adjetivo esquizofr¨¦nico para describir situaciones o como descalificaci¨®n o insulto son algunas de las creencias err¨®neas m¨¢s extendidas sobre la enfermedad mental. "Los prejuicios est¨¢n basados casi siempre en el desconocimiento", explic¨® ayer la consejera Micaela Navarro, tras lamentar que el 47% de estas personas han sido increpadas en p¨²blico en alg¨²n momento.
La gu¨ªa editada por la Consejer¨ªa para la Igualdad y Bienestar Social alerta de que los estigmas producen discriminaci¨®n social en los enfermos mentales, adem¨¢s de favorecer su aislamiento y disminuir su autoestima. "Son barreras invisibles que dificultan su acceso a los servicios sociales y al ejercicio de los derechos de ciudadan¨ªa", subray¨® Manuel Alen, gerente de la Fundaci¨®n Andaluza para la Integraci¨®n del Enfermo Mental (Faisem). Esta entidad ofert¨® el ¨²ltimo a?o 976 plazas en residencias, prest¨® atenci¨®n domiciliaria a 135 usuarios y los programas laborales ofrecieron 1.730 plazas en 95 talleres ocupacionales.
La consejera para la Igualdad reconoci¨®, no obstante, que "la demanda es mayor a la oferta", aunque destac¨® que desde el a?o 1999 las plazas de atenci¨®n han crecido un 200%. De cara al futuro, dentro del primer Plan de Acci¨®n Integral para las Personas con Discapacidad en Andaluc¨ªa, con vigencia hasta 2007, est¨¢ previsto crear 300 nuevas plazas en casas hogar, 381 en viviendas supervisadas, 423 de apoyo domiciliario, 100 para el programa de respiro familiar, 800 en talleres ocupacionales y 1.190 en clubes sociales.
Actualmente, cerca del 20% de los pacientes atendidos en atenci¨®n primaria padecen uno o m¨¢s trastornos mentales, representando estas enfermedades el 12,5% de todas las patolog¨ªas. En Andaluc¨ªa, se prev¨¦ que en torno al 25% de la poblaci¨®n sufrir¨¢ alg¨²n tipo de trastorno mental a lo largo de su vida y que un 1% desarrollar¨¢ esquizofrenia. En las jornadas celebradas en Ja¨¦n participaron, entre otros expertos, Jean Luc Roelandt, director de los servicios p¨²blicos de salud mental de Lille (Francia) y la directora general de Personas con Discapacidad, Aurelia Calzada.
Tambi¨¦n tuvo lugar una mesa redonda sobre la lucha contra el estigma, en la que participaron Mar¨ªa Angustias S¨¢nchez, presidenta de la asociaci¨®n provincial de allegados y enfermos mentales de Ja¨¦n; Juan Mar¨ªa Casado, responsable de relaciones institucionales de la RTVA; Antonia Gir¨®n, jefa de los servicios sociales comunitarios del Ayuntamiento de San Roque (C¨¢diz); y Marcelino L¨®pez, director del departamento de programas de la fundaci¨®n Faisem. El debate transcurri¨® en torno a la necesidad de que los enfermos mentales deben ser atendidos en la comunidad y en contextos normales, pues ni el hospital psiqui¨¢trico ni la reclusi¨®n son la respuesta apropiada.
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