"La ¨®pera es una experiencia m¨ªstica, no un pasatiempo"
En su adolescencia Rolando Villaz¨®n (M¨¦xico, 1971) escuchaba discos de su ¨ªdolo, Pl¨¢cido Domingo, y aunque su vocaci¨®n religiosa parec¨ªa encaminar sus pasos hacia el sacerdocio, so?aba con ser un gran cantante. Al final, la atracci¨®n por el canto gan¨® la partida. Debut¨® en Europa en 1999 y en menos de cinco a?os se ha convertido en uno de los tenores m¨¢s cotizados. En agosto, sabore¨® las mieles del ¨¦xito en su deb¨²t en el Festival de Salzburgo junto a otra joven estrella de deslumbrante futuro, la soprano rusa Anna Netrebko, en un montaje de La traviata. Villaz¨®n, que fascin¨® en mayo al p¨²blico del Liceo de Barcelona en su deb¨²t con L'elisir d'amore, con Mar¨ªa Bayo, debutar¨¢ esta temporada en el Teatro Real, de Madrid, con un recital en el nuevo ciclo Grandes Voces en el Real. Tiene contratos firmados hasta 2010 en los mejores teatros del mundo y, tras grabar varios recitales discogr¨¢ficos con el sello Virgin, acaba de firmar un contrato con Deutsche Grammophon en el que planea grabar sus principales personajes a partir de 2007. Escribe relatos, por puro placer, hace caricaturas y habla con orgullo de su amistad con escritores como Carlos Fuentes y Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Vive con su mujer y sus dos hijos en Par¨ªs, donde estos d¨ªas ensaya La Boh¨¨me, que cantar¨¢ a partir del 5 de octubre en la ?pera National-Bastille.
PREGUNTA. Todas las quinielas hablan de usted y de Juan Diego Fl¨®rez como los indiscutibles divos del futuro. Todo en su carrera parece ir muy deprisa.
RESPUESTA. S¨ª, va deprisa, a un paso veloz, pero es consecuencia de un trabajo arduo, no me he saltado escalones. La naturaleza me ha dado una voz y eso es algo que agradecer¨¦ a Dios eternamente, pero el ¨¦xito no es fruto de la casualidad. Empec¨¦ con peque?os papeles y, pelda?o a pelda?o, se fueron abriendo las puertas de los grandes teatros. A los 29 a?os nadie me conoc¨ªa en Europa y Daniel Barenboim, siempre dispuesto a ayudar a los j¨®venes, me contrat¨® tras escucharme en una audici¨®n en la Staatsoper de Berl¨ªn. Desde entonces me ha confiado los principales papeles de mi repertorio. Y me anim¨® a cantar Carmen cuando todos me aconsejaban que me olvidara por el momento del personaje de Don Jos¨¦. Al final, decides solo y reconozco que me gusta arriesgar. Debes tener una buena t¨¦cnica, naturalmente, pero hay que fiarse del instinto si lo que quieres es crecer como artista.
P. La ampliaci¨®n del repertorio siempre entra?a riesgos para un tenor. En su caso, junto a papeles muy l¨ªricos, va incorporando personajes de mayor calado dram¨¢tico. Incluso ha dicho que no piensa retirarse sin interpretar el Otello de Verdi.
R. Si puedo llegar a cantar Otello lo har¨¦ en un plazo m¨¢ximo de 15 a?os. No quiero ser un Otello muy mayor, como tope fijo el final de los cuarenta, una d¨¦cada en que la voz est¨¢ ya donde debe estar. A esa edad la voz todav¨ªa evoluciona, busca m¨¢s arm¨®nicos, pero ese crecimiento disminuye. Lo que cantas a los 40 ser¨¢ tu repertorio definitivo. En estos momentos de mi carrera, suelo incorporar dos nuevos papeles cada temporada: el pr¨®ximo a?o cantar¨¦ Lenski, de Eugen Onegin, y Werther. En dos a?os quiero cantar Un ballo in maschera y Tosca. Tambi¨¦n me gustar¨ªa Il trovatore, pero concibo un Manrico l¨ªrico, como hac¨ªa Jussi Bj?rling, del que acabo de escuchar una vez m¨¢s su hermosa grabaci¨®n. As¨ª que Otello forma parte de mis planes. Es que he aprendido a so?ar a lo grande, porque la vida me ha demostrado que la realidad puede rebasar mis sue?os. Si de joven so?aba con ser un tenor de fama y actuar en los grandes teatros, no voy a poner ahora l¨ªmites a mi futuro como tenor descartando un personaje como el moro de Venecia. Y si al final no llego a cantarlo, tampoco pasa nada.
P. Desde que salt¨® a la fama, suelen comparar su voz y su temperamento con los que luc¨ªa Pl¨¢cido Domingo. ?Le cansa la comparaci¨®n permanente con su ¨ªdolo?
R. Al contrario. Mi admiraci¨®n por Pl¨¢cido Domingo crece d¨ªa a d¨ªa, pero tambi¨¦n s¨¦ que mi camino en la ¨®pera es diferente y que la comparaci¨®n es imposible. A su edad sigue siendo ¨²nico, su voz suena maravillosamente y nadie, absolutamente nadie, podr¨¢ considerarse su sucesor. Es un artista irrepetible y nunca he pretendido imitarle. Me llena de orgullo que algo recuerde a Domingo en mi forma de cantar, pero mi meta es buscar mi propia aproximaci¨®n a los personajes que interpreto. Adem¨¢s, si pretendiera compararme con Domingo, tendr¨ªa que cantar Otello ya, porque ¨¦l lo hizo a los 34 a?os, y no pienso hacerlo antes de 15. Para establecer comparaciones acerca del repertorio, no hay m¨¢s remedio que esperar unos 30 a?os para ver c¨®mo se ha desarrollado mi carrera.
P. Usted defiende el riesgo y la innovaci¨®n en el terreno esc¨¦nico, pero sin esc¨¢ndalos, sin traicionar la m¨²sica y los deseos del compositor. ?Piensa dirigir ¨®pera esc¨¦nicamente en el futuro?
R. Es otro sue?o que no descarto. La ¨®pera no puede permanecer anclada en el pasado, y hay que arriesgar con montajes innovadores que hagan vibrar al p¨²blico, pero desde el respeto absoluto al compositor. Se puede y se debe hacer as¨ª. No estoy en contra de los montajes convencionales, porque siempre dejan espacio para la interpretaci¨®n de un personaje, y tampoco estoy a favor de las excentricidades y las provocaciones gratuitas. Pero estoy convencido de que la ¨®pera debe potenciar su dimensi¨®n teatral. La ¨®pera es provocadora por naturaleza, porque tiene una carga emocional fuerte, y esa sinceridad dram¨¢tica debe llegar al p¨²blico. Por eso me encantan los montajes modernos que potencian esa carga sin desvirtuar la esencia de la ¨®pera. Willy Decker lo ha logrado con La traviata en Salzburgo, pero es que la ¨®pera de Verdi tiene de por s¨ª una carga provocadora tremenda. En su lectura hay erotismo, pero tambi¨¦n ternura, amor y p¨¦rdida del amor, con unos personajes que viven emociones fuertes y las transmiten al p¨²blico. La ¨®pera no es un cuento de hadas. Creo en el teatro como una experiencia m¨ªstica. Tuve intenci¨®n de ser sacerdote y cre¨ªa que no exist¨ªa un acto m¨¢s conmovedor que una ceremonia religiosa, porque los asistentes creen que su mensaje es verdad. Ahora tambi¨¦n creo que la ¨®pera es una experiencia m¨ªstica, no un pasatiempo. Si logramos transmitir al p¨²blico su carga emocional, la ¨®pera sacude al espectador y le obliga a reflexionar sobre lo que ha vivido en el teatro.
P. ?Cree que el futuro de la ¨®pera grabada est¨¢ en el DVD?
R. El futuro est¨¢ en las grabaciones en directo, realizadas en colaboraci¨®n con los teatros de ¨®pera. Prefiero la verdad del directo, aunque haya ruidos esc¨¦nicos. La impresi¨®n de que est¨¢ sucediendo algo especial en ese momento compensa los ruidos. Y ¨¦se es el camino que proyecto realizar con Deutsche Grammophon. La traviata grabada este verano en Salzburgo abrir¨¢ mi nueva relaci¨®n art¨ªstica con el sello amarillo y entre los planes de futuro figuran t¨ªtulos como Werther, Carmen, La Boh¨¨me, Romeo y Julieta y Lucia di Lammermor, algunos de ellos formando pareja con Anna Netrebko.
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