Las mentiras de la amenaza iraqu¨ª

El caso de la filtraci¨®n del nombre de la agente de la CIA Valerie Plame y de los periodistas citados para aclarar el delito se remonta a los tiempos de la guerra de Irak. En febrero de 2002, el embajador Joseph Wilson, casado con Plame, fue enviado a ?frica por el Gobierno de Bush para contrastar los informes procedentes del espionaje italiano que dec¨ªan que Sadam Hussein hab¨ªa comprado uranio en N¨ªger, como parte del intento de recomponer sus arsenales de armas de destrucci¨®n masiva. Wilson elabor¨® un informe en el que dijo que no pod¨ªa confirmarlo. Pero Bush incluy¨® el dato en su discurso sobre el estado de la Uni¨®n de 2003, poco antes de la guerra.

El 6 de julio de ese a?o, Wilson denunci¨® en un art¨ªculo publicado en The New York Times -'Lo que no encontr¨¦ en ?frica'- que el Gobierno no hab¨ªa tenido en cuenta su informe en el que dec¨ªa que era "altamente dudosa" la informaci¨®n, y acusaba a la Casa Blanca de "exagerar la amenaza iraqu¨ª". "?Sobre qu¨¦ otras cosas est¨¢n mintiendo?", se preguntaba el ex diplom¨¢tico. Ocho d¨ªas despu¨¦s, el periodista Robert Novack escribi¨® una columna titulada 'Misi¨®n a N¨ªger' en la que dec¨ªa que el informe de Wilson fue contemplado por la CIA como "poco concluyente" y que, en todo caso, no hab¨ªa llegado ni al director de la Agencia ni a la Casa Blanca. Novack revelaba que aunque Wilson nunca hab¨ªa trabajado para la CIA, "su mujer, Valerie Plame, es una agente en armas de destrucci¨®n masiva". Y, a continuaci¨®n, dejaba caer la bomba, con el objetivo obvio de minar la credibilidad de Wilson, que se hab¨ªa convertido en un molesto recordatorio de la fragilidad de los argumentos sobre las armas: "Seg¨²n dos altos cargos del Gobierno, la mujer de Wilson fue la que sugiri¨® que fuera a N¨ªger a investigar el informe italiano".

Otros periodistas, entre ellos Matthew Cooper, en Time, escribieron sobre el asunto y dijeron haber recibido la misma informaci¨®n que Novack. Judith Miller hizo llamadas e investig¨®, pero nunca lleg¨® a publicar nada. Como revelar de manera consciente la identidad de un agente secreto es un delito federal que se castiga hasta con 10 a?os de c¨¢rcel, Justicia y el FBI abrieron sendas investigaciones. El fiscal independiente Patrick Fitzgerald cit¨® a declarar ante un Gran Jurado a cinco periodistas, porque consider¨® que sus testimonios eran fundamentales para investigar un delito relacionado con la seguridad nacional. Nunca se supo si adem¨¢s de esos cinco (Walter Pincus y Glenn Kessler, de The Washington Post, y Tim Russert, de la NBC, adem¨¢s de Cooper y Miller) se cit¨® a Novack, y si ¨¦ste ha hablado. En la CNN, el columnista dijo que no hablar¨¢ "hasta que el caso no se haya resuelto".