Un alto cargo de Bush, implicado en la identificaci¨®n de una agente de la CIA
La periodista encarcelada Judith Miller revela que su fuente era el jefe de gabinete de Cheney
Judith Miller, la periodista que pas¨® 85 d¨ªas en la c¨¢rcel por no revelar las fuentes de una informaci¨®n sobre la que jam¨¢s lleg¨® a escribir, declar¨® ante un Gran Jurado -la instancia que decide si hay materia para la acusaci¨®n- sobre una filtraci¨®n que destap¨® a una agente de la CIA. The New York Times, para el que trabaja Miller, revel¨® que la fuente de la periodista fue I. Lewis Scooter Libby, jefe de gabinete del vicepresidente Cheney. La periodista dijo que lo ¨²nico que hizo fue "hacer mi trabajo de periodista y proteger a mi fuente hasta que me ha autorizado a hablar".
Miller sali¨® de la c¨¢rcel gracias a un doble acuerdo: la liberaci¨®n del compromiso de confidencialidad con Libby, con el que habl¨® sobre el caso Plame el 8 de julio de 2003, y el pacto con el fiscal especial, Patrick Fitzgerald, para hablar ¨²nicamente de ese contacto, y no de otros. Pero el asunto sigue sin aclararse, porque, como se?alaba ayer The Washington Post, "el papel de Miller ha sido uno de los grandes misterios en la investigaci¨®n de la filtraci¨®n, y sigue sin estar claro por qu¨¦ lleg¨® a ser una de las protagonistas en esa investigaci¨®n".
La investigaci¨®n trata de averiguar qui¨¦n filtr¨® el nombre de la agente de la CIA Valerie Plame, casada con Joseph Wilson, enviado por la CIA a N¨ªger en 2002 para averiguar si Irak hab¨ªa intentado comprar uranio. Su informe negativo fue desestimado, y Wilson lo denunci¨® despu¨¦s de la guerra. La filtraci¨®n sobre su mujer fue una revancha contra sus cr¨ªticas, muy perjudiciales para la principal justificaci¨®n de la guerra.
Ayer, despu¨¦s de m¨¢s de cuatro horas ante el Gran Jurado, Miller dijo que escuch¨® "directamente" de su fuente que "deber¨ªa testificar". Pero el abogado de Libby, Joseph Tate, asegur¨® que el permiso se lo hab¨ªa dado "hace m¨¢s de un a?o" y a?adi¨®: "Me da la impresi¨®n de que todo esto no tiene nada que ver con Scooter, sino que Miller est¨¢ protegido a otras fuentes".
?Por qu¨¦, si es cierto lo que dice el abogado de Libby, la periodista ha tardado tanto tiempo en tomar su decisi¨®n? ?Qu¨¦ es lo que Miller sabe y no ha revelado? ?Por qu¨¦ fue a visitarla a la c¨¢rcel recientemente John Bolton, embajador en la ONU y una de las posibles fuentes de Miller antes de la guerra? ?La periodista proteg¨ªa a una fuente o ella misma lo fue? Son preguntas a¨²n sin respuesta; Miller, que public¨® en su diario informaciones basadas, entre otros, en Ahmed Chalabi, el exiliado iraqu¨ª que hizo creer al Pent¨¢gono y a la Casa Blanca que hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva, respondi¨® ayer as¨ª al periodista que quiso saber su papel: "?sa es una pregunta para el fiscal especial".
El problema, por tanto, es mucho m¨¢s complicado que si fuera un mero caso de protecci¨®n de fuentes, amparado por la Primera Enmienda de la Constituci¨®n; y la situaci¨®n es muy delicada para una Casa Blanca ya asediada por la situaci¨®n tras el Katrina y por las acusaciones de esc¨¢ndalo que gravitan sobre dos de los l¨ªderes republicanos en el Congreso, porque en la filtraci¨®n est¨¢n implicados Libby -uno de los grandes impulsores de la guerra de Irak- y Karl Rove, cerebro pol¨ªtico del presidente.
Rove declar¨® a trav¨¦s de su abogado que hab¨ªa hablado con periodistas sobre el asunto pero que "no revel¨®, que ¨¦l sepa", la identidad de Plame. Ese que ¨¦l sepa es fundamental para calificar de delito la filtraci¨®n, porque para ello es necesario que se haya hecho de forma consciente. Y Libby ha dicho, tambi¨¦n v¨ªa su abogado, que no conoci¨® la identidad de Plame hasta que no ley¨® la columna del periodista Robert Novak del 14 de julio de 2003 en la que se revel¨® el nombre, relacionado con Wilson, y en la que se citaba a "dos fuentes del Gobierno".
La Casa Blanca mantuvo durante casi dos a?os que ni uno ni otro hab¨ªan dicho nada. "Los dos me han asegurado que no est¨¢n involucrados en la filtraci¨®n de la identidad de Plame", dijo el portavoz, Scott McClellan, el octubre de 2003. Y Bush se comprometi¨® a despedir a las personas responsables de la filtraci¨®n. En la estrategia de control de da?os -una m¨¢s- sobre el asunto, el objetivo es tratar de demostrar que ni Rove ni Libby conoc¨ªan la relaci¨®n de Wilson con Plame ni el puesto que ella ocupaba en la CIA, y que igual que ellos lo supieron mediante periodistas, tambi¨¦n lo comentaron a otros periodistas.
Ahora todo est¨¢ en manos del fiscal, que puede decidir que tiene bastante como para pedir procesamientos al Gran Jurado -en cuyo caso habr¨¢ un cataclismo pol¨ªtico en la Casa Blanca- o, por el contrario, que no hay material suficiente para ello.
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