La escurridiza mano que quema el monte
Uno de los pocos fiscales antiincendios de Espa?a analiza por qu¨¦ resulta tan dif¨ªcil encontrar y castigar a los pir¨®manos
Un d¨ªa de verano cualquiera en un pueblo cualquiera de Galicia. Un hombre se acerca al bosque y en ese momento comienza un incendio que calcina media hect¨¢rea de pinos. Una vecina le ve prender el fuego. Otra le ve salir corriendo. ?l s¨®lo reconoce que hab¨ªa bebido y fumando porros y que tir¨® uno al suelo, pero dice que no se acuerda de nada m¨¢s. El fiscal pide tres a?os de prisi¨®n. Al final se llega a un acuerdo con la defensa y s¨®lo le caen 10 meses de c¨¢rcel.
Este caso, que a simple vista parece un proceso rutinario, sobre todo en Galicia donde se produce el 40% de los fuegos forestales, la mayor¨ªa intencionados, es algo excepcional en la jurisprudencia espa?ola. Hay pocos delitos en el C¨®digo Penal en los que encontrar el culpable sea tan dif¨ªcil como en el caso de los incendios. Pillar a alguien con las manos en la masa, como el del ejemplo, que ha sido recientemente procesado, es pr¨¢cticamente imposible. Todo el mundo tiene una excusa para pasear por el bosque, aunque sea con un bote de gasolina. As¨ª que los investigadores tienen que aportar un conjunto de indicios que persuadan al jurado. Las condenas se cuentan con los dedos de la mano.
El Gobierno, consciente de la dificultad de encontrar y castigar a los incendiarios, est¨¢ reformando la Ley de Montes para que, entre otras medidas, en cada audiencia provincial y en cada tribunal superior de justicia haya un fiscal encargado de las causas relacionadas con los incendios. Esta figura ya est¨¢ funcionando en las comunidades que lo han promovido: Galicia, Madrid, Extremadura y Andaluc¨ªa. El fiscal coordinador de Galicia, ?lvaro Garc¨ªa Ortiz, que analiza y fundamenta la acusaci¨®n de los grandes incendios, tiene claro cu¨¢les son las causas, las dificultades de los investigadores, qu¨¦ ha mejorado despu¨¦s de un a?o de existencia de este puesto y qu¨¦ caracter¨ªsticas deber¨ªan tener las nuevas fiscal¨ªas antiincendios.
- Las causas. Son las mismas causas que hace 20 a?os y tienen mucho que ver con los intereses econ¨®micos y el abandono del campo. "No se puede ni pasar. [Los bosques] son selvas", afirma. Tambi¨¦n est¨¢n relacionadas con el uso del fuego como instrumento de trabajo. Un 11% de los fuegos gallegos se producen por la quema de rastrojos y un 10% para fomentar los pastos. "La l¨®gica ser¨ªa que las quemas estuviesen asistidas por un agente forestal pero es imposible. Hay un n¨²mero brutal. Puede haber hasta 600 en un mismo monte". Tampoco descarta las rencillas entre vecinos y que sean los propios bomberos los incendiarios, para no quedarse sin trabajo. "El incendio es el ¨²nico delito que un ni?o, una persona de 95 a?os y uno discapacitado puede cometer. El abanico de autores y causas es ampl¨ªsimo, pero siempre hay detr¨¢s un inter¨¦s econ¨®mico".
- La investigaci¨®n. De los 10.000 incendios que ha habido este a?o en Galicia, s¨®lo se han realizado 1.000 atestados. No hay personal suficiente para investigar todos los fuegos. Que se realice o no el atestado, seg¨²n Garc¨ªa, "es muy circunstancial", depende de que haya polic¨ªa disponible, de que el incendio sea grande, de que se sospeche que es intencionado... De los 1.000 casos, s¨®lo unos 150 ir¨¢n a juicio. En el resto, no hay pruebas suficientes. Ha habido 140 detenidos, la mayor¨ªa por quemas imprudentes, pero s¨®lo nueve permanecen en prisi¨®n preventiva, uno de ellos pendiente de ser juzgado desde 2004. Lo m¨¢s "triste", lamenta Garc¨ªa, es que siete tienen una minusval¨ªa ps¨ªquica y son por tanto semiimputables. "Es a los que cogemos", reconoce Garc¨ªa, porque son los ¨²nicos que confiesan. El problema es cazar a los que convencen a estas personas para que cometan el delito. "Casi siempre se desconoce qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s".
- El jurado. Dif¨ªcil de convencer: Garc¨ªa Ortiz no est¨¢ en contra de la instituci¨®n del jurado pero considera que el reparto que se ha hecho de las causas enjuiciadas por este sistema es un poco "arbitrario". En el caso de los incendios, es "poco eficaz" y retrasa el proceso. Adem¨¢s, necesita muchas pruebas, como fotograf¨ªas, que muestren la cat¨¢strofe. El "p¨¢nico" que el jurado provoca entre algunos profesionales "favorece las conformidades".
- Soluciones. Garc¨ªa considera que no hay soluciones "fant¨¢sticas o sencillas", pero da algunos consejos que podr¨ªan contribuir a encontrar m¨¢s culpables. Est¨¢ a favor de que los testigos sean an¨®nimos porque en los pueblos existen "miedo" a denunciar. Pero cree que habr¨ªa que poner m¨¢s medios para conseguir que la protecci¨®n de su identidad est¨¦ asegurada. "Si conseguimos que conf¨ªen en nosotros, las denuncias subir¨¢n como la espuma". Adem¨¢s apuesta por la detenci¨®n inmediata de los sospechosos, para comprobar su coartada y para no aumentar la ya de por s¨ª gran sensaci¨®n de impunidad. Tambi¨¦n cree conveniente potenciar la labor de las brigadas de investigaci¨®n, dot¨¢ndoles de m¨¢s medios, al igual que al Seprona (la divisi¨®n medioambiental de la Guardia Civil) y a la Polic¨ªa Nacional. Garc¨ªa denuncia que la actuaci¨®n de la polic¨ªa local, al igual que la de los alcaldes, en esta materia es "inexistente". Asimismo critica que algunos casos, como los incendios producidos por tendidos el¨¦ctricos o chispas de trenes, no llegan al juzgado. En su opini¨®n, la fiscal¨ªa y no la administraci¨®n es la que deber¨ªa decidir si se trata de un delito o no.
- La fiscal¨ªa. A pesar de que Garc¨ªa se apunt¨® voluntariamente, al principio se pregunt¨® si ser¨ªa un cargo sin contenido. Est¨¢ convencido de que "el derecho penal no es la soluci¨®n" y que s¨®lo un cambio en la conciencia social acabar¨¢ con los delitos. Sin embargo, "el legislador tiene la tendencia de elevar las penas y crear fiscales" para solucionar todos los problemas. A pesar de esta cr¨ªtica, cree que la utilidad de las fiscal¨ªas especializadas es que tienen "una visi¨®n privilegiada" y pueden dar instrucciones a la polic¨ªa para que se realicen las investigaciones necesarias. En este primer a?o, se han mejorado y unificado los atestados realizados tanto por el Seprona como por la polic¨ªa. Aunque confiesa que quisieron hacer una "acci¨®n ejemplarizante", siguiendo a varios sospechosos, pero fracas¨® porque "en un bosque es f¨¢cil que se descubra cu¨¢ndo se est¨¢ vigilando". Garc¨ªa aconseja al fiscal general que las dem¨¢s fiscal¨ªas que cree se dediquen exclusivamente a delitos ecol¨®gicos. ?l adem¨¢s se ocupa del Prestige y de las causas del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 1 de Santiago. "No podr¨ªa ocuparme de todos los casos de incendios de A Coru?a", admite. Adem¨¢s, solicita m¨¢s formaci¨®n y m¨¢s personal, para hacer una base de datos -ahora tiene que pedir ayuda los s¨¢bados a una funcionaria- y para poder tomar declaraci¨®n a testigos e imputados.

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