Vicios
Perd¨®neme, padre, porque he pecado. De manifestarme ven¨ªa yo, por supuesto a favor de la familia, y a descansar en el hotel curioseando la revista Propiedades . No porque necesite villa, palacio o finca r¨²stica, sino m¨¢s bien a la caza de nuevas oportunidades de negocio.
Arrastro mala conciencia, padre, desde que un asesor desalmado me meti¨® en el Vice Fund. Vive Dios que puso de cebo r¨¦ditos tentadores a prueba de recesiones: sube un 20% porque concentra la mayor parte de sus valores en compa?¨ªas que administran casinos, venden alcohol y tabaco y fabrican armas. Argumentaba mi consejero diab¨®lico que el creador de este fondo, un tejano llamado Dan Ahrens, se jacta de su rentable estrategia aunque otros la califiquen de socialmente irresponsable: "Le reprochan que mientras unos (el promotor y sus accionistas) fomentamos los vicios, otros invierten en salud para corregir lo que nos hace ricos: el tabaquismo, el alcoholismo o la ludopat¨ªa. Pero los pol¨ªticamente correctos s¨®lo rinden el 2%, y adem¨¢s, desde Dallas y Las Vegas, Ahrens critica a su vez en un libro a quienes se creen muy virtuosos pero participan en empresas aparentemente inocuas que son en realidad monopolios, como Microsoft e Intel". Con m¨¢s raz¨®n que un santo (con perd¨®n, padre) este lince me consuela alegando que no importa lo que est¨¦ haciendo la bolsa, porque la gente seguir¨¢ fumando, bebiendo, y jugando.
Pese a todo, finalmente decido vender estas acciones corrompidas, y no encuentro una alternativa para poner a producir mi dinero hasta llegar a Propiedades, donde el presidente de los constructores recomienda especular con apartamentos peque?os, ya que el nuevo perfil de la clientela no quiere pisos de 4 habitaciones. "El mercado de los separados no tiene fin porque de 560.000 matrimonios que tienen lugar cada a?o se producen 260.000 rupturas. Como hay pocos inmuebles de este tipo (tan fruct¨ªferos para alquilar), se disparan los precios".
?Es vicio la separaci¨®n? Usted sabe con cu¨¢nto ardor defiendo la familia. Pero perd¨®neme, padre, porque creo que voy a volver a pecar.
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