Venecia intenta salvarse para siempre
Un ambicioso y controvertido sistema de diques m¨®viles pretende evitar que la ciudad se hunda
Setenta y dos compuertas hundidas en el fondo del mar que emerger¨¢n cuando el mar suba un metro, lo que ocurre en Venecia siete veces al a?o. El objetivo del sistema de diques m¨®viles Mose es evitar que el salitre corroa los pilares de la ciudad y acelere su decadencia. Silvio Berlusconi asegura que el Mose veneciano es "la m¨¢s importante obra medioambiental del mundo". Quienes se oponen al sistema dicen, en cambio, que se trata de una obra fara¨®nica y excesivamente cara, pensada para enriquecer a los constructores y destinada a causar graves da?os econ¨®micos y ecol¨®gicos. Y amenazan con paralizarla si el centro-izquierda llega al gobierno en 2006.
La idea de cerrar de alguna forma los "pasillos" que conectan la laguna de Venecia con el mar se concret¨® tras las desastrosas inundaciones de 1966. Aquel a?o, la plaza de San Marcos qued¨® sepultada bajo metro y medio de agua y los cimientos de la vieja urbe, una precaria maravilla que se alza sobre 118 islas unidas por m¨¢s de 400 puentes, sufrieron da?os muy severos. A peque?a escala, las inundaciones se reproducen varias veces al a?o. Con cada "agua alta" penetra salitre del mar en los s¨®tanos, se corroen los pilares de madera de la ciudad y la expectativa de vida de Venecia se acorta un poco m¨¢s. Se hundi¨® 24 cent¨ªmetros en el siglo XX. En el XXI se prev¨¦ un descenso similar.
"Los venecianos tardamos 88 a?os en construir el puente de Rialto; con un poco de suerte, el Mose nos costar¨¢ menos tiempo", ironiza Flavia Faccioli, portavoz del Consorcio Venezia Nuova. El consorcio, formado por los principales constructores y sociedades de ingenier¨ªa de la regi¨®n, tiene la misi¨®n de realizar el Mose. Se encarg¨® tambi¨¦n de estudiar las soluciones posibles, lo que hace sospechar a algunos que eligi¨® el m¨¢s caro por razones de inter¨¦s privado. "e ha discutido durante m¨¢s de 30 a?os, hemos contado con el dictamen positivo de cinco expertos internacionales, los tribunales nos han dado la raz¨®n cuando ha habido pleitos; el Mose es un proyecto fant¨¢stico que proteger¨¢ Venecia y, adem¨¢s, la convertir¨¢ en la ciudad con mayor experiencia en tecnolog¨ªa portuaria del mundo. Todas estas pol¨¦micas absurdas", comenta Faccioli, "s¨®lo son posibles en Venecia".
El vicealcalde, Michelle Vianello (Partido de los Dem¨®cratas de Izquierda), promete m¨¢s que pol¨¦mica. "Esperamos que en primavera haya un cambio de gobierno, porque lo primero que propondremos a Romano Prodi ser¨¢ la paralizaci¨®n de las obras y la eliminaci¨®n de todos los trabajos ya realizados (un 20% del total)", afirma Vianello. "Estamos analizando proyectos alternativos: queremos una obra menos costosa y menos da?ina para la laguna", agrega. El vicealcalde piensa que el cierre de los diques en las mareas muy altas da?ar¨¢ el ecosistema acu¨¢tico y, sobre todo, complicar¨¢ el acceso de buques a la laguna (el puerto es el principal negocio de la zona, junto al turismo). El consorcio niega esa hip¨®tesis: "Las esclusas de acceso permanente evitar¨¢n que los transatl¨¢nticos, los mercantes y los pesqueros sigan entrando y saliendo sin dificultad", dicen.
El alcalde, Massimo Cacciari, nunca se ha declarado a favor del Mose ni totalmente en contra. Sus quejas se centran en los recortes que ha sufrido la financiaci¨®n estatal destinada al mantenimiento de Venecia. Berlusconi, en la pr¨¢ctica, ha vinculado la entrega de fondos con la construcci¨®n del Mose. Insula, la sociedad municipal que mantiene viva Venecia, se encarga de drenar los 90 kil¨®metros de canales internos, de restaurar puentes y fachadas, de proteger el alcantarillado y la red de electricidad, gas y tel¨¦fono; adem¨¢s, eleva poco a poco (lleva ya 50.000 metros cuadrados) las zonas m¨¢s bajas de la ciudad, como San Marcos. En 10 a?os ha gastado 373 millones de euros, menos del 10% de lo que cuesta el Mose.
El vicealcalde Vianello y Flavio del Corso, asesor ambiental del grupo municipal de Los Verdes, opinan que esos trabajos son m¨¢s importantes que el Mose. "Las mareas excepcionales son rar¨ªsimas; nuestro problema son las habituales, las que elevan el agua 120 o 130 cent¨ªmetros y complican la vida urbana", dice Vianello.
Maria Giovanna Piva considera que relativizar el riesgo de las mareas alt¨ªsimas roza la inconsciencia. Es presidenta de la Magistratura de las Aguas, departamento que desde 1501 se dedica a proteger la laguna. "Sufrir otra gran marea ser¨ªa catastr¨®fico", declara. "Tambi¨¦n lo ser¨ªa paralizar el Mose porque habr¨ªa que indemnizar a las empresas constructoras y, entre tanto, seguir¨ªamos a merced del mar. Hay que terminarlo", afirma, "y lo terminaremos".
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