M¨¢s que la Commonwealth o la francofon¨ªa
Dentro de unos d¨ªas Salamanca acoger¨¢ la XV edici¨®n de la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno. No es una etapa m¨¢s del proceso que iniciamos en Guadalajara, M¨¦xico, en 1991 y que se afirm¨® en Madrid al a?o siguiente, cuando record¨¢bamos el aniversario n¨²mero quinientos del encuentro entre Espa?a y Am¨¦rica. Aspiramos, en cambio, a que la cita de Salamanca abra un nuevo horizonte y suponga un salto cualitativo para nuestra comunidad transatl¨¢ntica. No ser¨¢, sin embargo, un salto en el vac¨ªo, porque es mucho lo que ya se ha construido en estos quince a?os, breves pero intensos, en los que la relaci¨®n entre Espa?a y Latinoam¨¦rica se ha transformado radicalmente, al mismo ritmo y con la misma profundidad con que han cambiado el mundo y las relaciones entre los pueblos, las naciones y los Estados.
Soy consciente de que las Cumbres Iberoamericanas no gozan de todo el reconocimiento y prestigio que se les deber¨ªa otorgar. Quiz¨¢ sea porque no entendemos correctamente lo que son. Las Cumbres no son un proceso de integraci¨®n, ni siquiera un espacio de libre comercio. Son simplemente (lo que, por cierto, no es poco) un ejercicio colectivo y un foro de encuentro de pueblos a los que une una identidad com¨²n, una historia compartida y una cierta visi¨®n del mundo basada en valores que todos reclamamos como propios.
Desde esta perspectiva, el proceso de las Cumbres Iberoamericanas puede presentar una muy apreciable hoja de resultados. En estos quince a?os mucho se ha hecho en materia de construcci¨®n de tejido com¨²n, de tejido iberoamericano: no hay, pr¨¢cticamente, ning¨²n aspecto de la actividad humana en el que no encontremos una multiplicidad de iniciativas, foros, encuentros y acuerdos de ¨¢mbito iberoamericano. De manera poco perceptible, y desde luego incomprendida, hemos ido creando lo que hoy es un espacio iberoamericano enormemente denso y cuyo potencial apenas empezamos a imaginar.
En este sentido, las Cumbres Iberoamericanas han hecho m¨¢s que otras organizaciones internacionales basadas en criterios de identidad similares, como la Commonwealth o la Comunidad franc¨®fona, con las que la Comunidad Iberoamericana resiste ventajosamente cualquier comparaci¨®n, quiz¨¢, entre otras razones, porque sus se?as de identidad son m¨¢s s¨®lidas y los valores compartidos m¨¢s abundantes y homog¨¦neos.
Aun as¨ª, queremos seguir avanzando y creemos que la experiencia de estos quince a?os es una excelente base para hacerlo. Es hora de utilizar nuestra identidad com¨²n y el espacio que hemos creado a partir de ella para que las Cumbres se comprometan m¨¢s decididamente en la b¨²squeda de soluciones a los problemas de nuestra comunidad, y para que ¨¦sta pueda hablar con voz propia en algunos de los temas de la agenda internacional (aunque, por supuesto, no podr¨¢ ser en todos), ocupando el puesto que le corresponde en la escena internacional y contribuyendo con ello al reforzamiento del multilateralismo.
A estos prop¨®sitos responde la creaci¨®n de la Secretar¨ªa General Iberoamericana, que empezar¨¢ a andar en Salamanca. La larga y rica experiencia de su primer titular, D. Enrique Iglesias, encarnaci¨®n ilustre de lo iberoamericano, es una garant¨ªa de que nuestra comunidad va a estar en condiciones de realizar aportaciones importantes a la superaci¨®n de nuestros problemas comunes, y de hablar colectivamente a trav¨¦s de una voz universalmente respetada.
Salamanca supondr¨¢ tambi¨¦n la introducci¨®n de un aut¨¦ntico di¨¢logo pol¨ªtico en las Cumbres. Por supuesto siempre se ha hablado de pol¨ªtica en las Cumbres anteriores, pero creo que en esta ocasi¨®n se har¨¢ de manera m¨¢s centrada y estructurada, y con el ¨¢nimo de llegar a conclusiones y acuerdos ejecutables y verificables.
Tres son las ¨¢reas tem¨¢ticas sobre las que centrar¨¢n su atenci¨®n y sus debates nuestros jefes de Estado y de Gobierno. En primer lugar, la situaci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica en la regi¨®n iberoamericana; se tratar¨ªa no s¨®lo de diagnosticar los males, sino de elaborar las bases de una agenda iberoamericana para intentar superarlos, de modo que las Cumbres vayan transform¨¢ndose en agente activo de la soluci¨®n de problemas.
El segundo gran tema en la agenda ser¨¢n los fen¨®menos migratorios. Las migraciones, en una y otra direcci¨®n, son la base misma de nuestra comunidad, o, como dir¨ªan en otras latitudes, el crisol en que se ha formado y sigue form¨¢ndose todav¨ªa hoy. Aspiramos a corregir sus efectos negativos, pero tambi¨¦n a aprovechar todas sus potencialidades, y eso es algo que s¨®lo podemos hacer en com¨²n y que empezaremos a hacer en Salamanca.
Y, por ¨²ltimo, queremos abrir en Salamanca una reflexi¨®n sobre el papel de Iberoam¨¦rica en el mundo. Primero, para mejor defender nuestros valores e intereses, porque un escenario multilateral parece exigir voces colectivas. Pero tambi¨¦n porque no es poco lo que podemos aportar al mundo, contribuyendo, entre otras cosas, a la estabilidad en nuestra propia regi¨®n y sus m¨¢rgenes, como varios pa¨ªses iberoamericanos estamos haciendo ya en Hait¨ª. Y, por supuesto, como comunidad trasatl¨¢ntica que somos, reforzando los lazos y relaciones entre la Uni¨®n Europea y Am¨¦rica Latina, en la perspectiva de la Conferencia que reunir¨¢ a ambos grupos regionales en Viena en mayo de 2006.
Otra innovaci¨®n de esta XV Cumbre es su apertura a la sociedad civil. Nuestros jefes de Estado y Gobierno deben y quieren o¨ªr la voz de otros sectores pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos que pueden dinamizar las Cumbres y vincular m¨¢s efectivamente los trabajos de ¨¦stas a los anhelos e inquietudes de los pueblos en ellas representados. A ello responde la convocatoria, en esta edici¨®n, y por primera vez, de tres Foros paralelos a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno: un Foro Parlamentario, un Foro Econ¨®mico y Empresarial y un Foro C¨ªvico. Esperamos que sirvan para abrir las Cumbres a la sociedady para que la sociedad las asuma como propias. A partir de Salamanca se inicia el camino para construir juntos una ciudadan¨ªa iberoamericana.
?stas son, en esencia, las principales novedades que la cita de Salamanca introducir¨¢ en el proceso de las Cumbres Iberoamericanas. Pero la XV Cumbre no se agota en ellas, y se hablar¨¢ tambi¨¦n de muchas otras cosas de inter¨¦s com¨²n, como el canje de deuda por inversi¨®n en educaci¨®n, la cooperaci¨®n con pa¨ªses de renta media, la elaboraci¨®n de un Convenio Iberoamericano de Seguridad Social, y el inicio de un espacio de justicia y libertad, la presentaci¨®n de una Carta Cultural o la aportaci¨®n iberoamericana a la lucha contra el hambre y la pobreza.
No s¨¦ si con esta densa agenda por delante todav¨ªa habr¨¢ quien califique a la Cumbre de Salamanca de ejercicio ret¨®rico. Aunque, sin duda, escucharemos algunas buenas piezas oratorias, como no pod¨ªa ser menos en una reuni¨®n de iberoamericanos. Pero creo que, esta vez, las ramas de las palabras bien dichas no nos impedir¨¢n ver el bosque de un programa ambicioso y comprometido al servicio de nuestros pueblos. Como dijera el insigne D. Miguel de Unamuno, tan vinculado a Salamanca: "Debemos mirar m¨¢s que somos padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado".
Miguel ?ngel Moratinos es ministro de Asuntos Exteriores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.