La urgente necesidad de un ataque de cordura
S¨¢bado 1 de octubre, 10.30 a.m. Los centenares de personas que hacen cola ante la jaima de Mercado de Construcciones S.A. en la Patacona (Juan Bautista Soler) para informarse de la nueva promoci¨®n de viviendas (entre 50 millones los minipisos y 104 millones las bien orientadas y de razonable dimensi¨®n) es todo menos una an¨¦cdota. Es un s¨ªntoma de que todav¨ªa nos encontramos en la cresta de la ola inmobiliaria. La pl¨¦yade de oportunistas (los que esperan sacar beneficio de una operaci¨®n r¨¢pida de compraventa) y de sufridos usuarios que anticipan su decisi¨®n de compra porque "cada vez ser¨¢ peor" as¨ª nos lo indica. La cola como s¨ªntoma y la prensa como confirmaci¨®n. Nada de ralentizaci¨®n. Al cierre del segundo trimestre del 2005, el incremento del precio de la vivienda en esta nuestra Comunidad ha sido del 20% y la pendiente se ha acentuado en el 2005 (EL PA?S 3-X-2005). El Puls¨ªmetro Inmobiliario del Instituto de Pr¨¢ctica Empresarial de Madrid nos alerta de la posibilidad de que al cierre del 2005 se podr¨ªan superar las 800.000 viviendas construidas en toda Espa?a, estableciendo un nuevo r¨¦cord hist¨®rico. Aumento de la oferta y aumento de los precios. Un c¨ªrculo realmente virtuoso. Y as¨ª desde 1998 y hasta... Hasta que reviente la est¨²pidamente negada burbuja inmobiliaria. De momento el banco del Sr. Bot¨ªn -que siempre suele dar la campanada- ya nos vende la "revoluci¨®n" de la hipoteca: a 40 a?os. En Jap¨®n, antes del estallido de la burbuja, ya andaban por los 99 a?os de plazo de amortizaci¨®n. Es un consuelo.
Con este ritmo de incremento de precios no hay activo financiero alternativo que se resista y la demanda de inversi¨®n seguir¨¢ presionando, el sector de la construcci¨®n ganando peso relativo, otras actividades productivas descapitaliz¨¢ndose y el endeudamiento de las familias creciendo.
Dec¨ªa hace pocos d¨ªas nuestro querido conseller Esteban Gonz¨¢lez Pons en un arrebato m¨ªstico que en la primera d¨¦cada del siglo XXI el mundo hablar¨¢ de Valencia y Pek¨ªn y que hab¨ªa llegado el momento de la magia. Se refer¨ªa -of course- a la Copa del Am¨¦rica y no quisiera estropearle el discurso. Es bueno ser optimista pero si nadie pone freno a la alegr¨ªa inmobiliaria quiz¨¢ seamos tristemente famosos a finales de la d¨¦cada no por haber albergado a la jet set ni por tener el escenario de artes m¨¢s grande de Europa (?qui¨¦n, c¨®mo y con qu¨¦ lo mantendr¨¢?) sino por haber dejado irresponsablemente que la bola de nieve se hiciera m¨¢s y m¨¢s grande.
En lugar de entrar por la senda de la cordura, desde el partido gobernante parecen empecinados en conseguir un pacto urban¨ªstico "de estado" con la oposici¨®n a la que reclaman "altura y grandeza de miras". No se sabe muy bien si el dichoso pacto es tan deseado por el perd¨®n de los pecados que a buen seguro figurar¨ªa en el pr¨®logo o para "estabilizar" el futuro del capital inmobiliario ofreciendo m¨¢s de lo mismo con una peque?a dosis de maquillaje, al tiempo que se "corresponsabiliza" a la oposici¨®n de este camino a ninguna parte.
Empecinamiento que ha tropezado con la negativa del principal partido de la oposici¨®n y que ha suscitado no s¨®lo las iras sino tambi¨¦n un considerable despliegue medi¨¢tico de descalificaci¨®n del adversario, espoleado a¨²n m¨¢s si cabe por la reprimenda de la Uni¨®n Europea y por las serias dudas legales sobre la legalidad de las empresas promotoras mixtas montadas desde la conseller¨ªa (ya van siete). Abri¨® fuego la secretaria auton¨®mica de la Consejer¨ªa (sic) de Territorio y Vivienda, Cristina Serrano, con un h¨¢bil y torticero art¨ªculo de opini¨®n (EL PA?S 6- X-2005) en el que glosa las virtudes de la gesti¨®n del gobierno y hurga con indisimulado placer en los conflictos internos entre la Ejecutiva del PSPV y algunos Ayuntamientos gobernados por la izquierda. Entre media verdad y media verdad (la peor de las mentiras) no escatima los adjetivos: "Viejas glorias del partido", "veteranos propagandistas", "agit- prop", "la estrategia del no pero s¨ª", "emular al Dr. Jekyll y Mr. Hyde", "dirigentes rehenes de un m¨¢s que previsible pacto de oposici¨®n con EU-Bloc-ERC", "guardia pretoriana", etc... El d¨ªa 8 toda la prensa se hizo eco de los halagos de Blasco a Pla ("mentecato pol¨ªtico", "inestabilidad emocional", "ret¨®rica fr¨ªvola y superficial") y al d¨ªa siguiente al gerente del IVVSA, Ferm¨ªn Dom¨¦nech, no le dolieron prendas en imputar a la oposici¨®n la "esquizofrenia aguda y ceguera pol¨ªtica" de paso que defend¨ªa a capa y espada el "partenariado" p¨²blico-privado para hacer VPO como si estas promociones no generaran tasas de beneficio nada despreciables y como si ¨¦sta fuera la ¨²nica pol¨ªtica de vivienda posible y deseable.
Puede seguir regal¨¢ndonos los o¨ªdos pero nuestro gobierno podr¨ªa hacernos el peque?o favor de explicarnos ad¨®nde nos conduce la nave que pilotan y en la que vamos todos -queramos o no- embarcados. Visto lo visto prefiero la prospectiva a la magia y reclamo con humildad que el Consell nos ofrezca el escenario del 2010 o 2015 si se mantienen las tendencias en cuanto a precios de las viviendas y ritmo de urbanizaci¨®n, crisis industrial, deuda p¨²blica, prioridades presupuestarias y algunas otras minucias, como las previsiones referidas al abastecimiento y depuraci¨®n de aguas, a la recogida y eliminaci¨®n de residuos o al balance financiero a medio plazo de los Ayuntamientos que acogen las nuevas urbanizaciones.
No dudo que, intereses pecuniarios aparte, algunos (o muchos) responsables pol¨ªticos y una parte de la poblaci¨®n piensa de buena fe que el desmadre actual nos va a catapultar a la gloria y no a la miseria. En ¨¦sta como en todas las quimeras al final siempre hay un Charles Chaplin chupando con fruici¨®n los clavos de la bota hervida. Si sus se?or¨ªas quieren una industria desmantelada, una econom¨ªa basada en la construcci¨®n y el turismo, un territorio degradado, grandes museos, ciudades tem¨¢ticas y auditorios de muy dudosa rentabilidad y la emoci¨®n de vivir en el filo de la navaja esperando cu¨¢ndo y c¨®mo despertaremos del sue?o, no se preocupen. Han elegido el camino correcto. Aunque, insisto, creo que nos ir¨ªa mucho mejor a todos si les diera un ataque de cordura. Y, como siempre, tant de b¨® si m'equivocara.
Josep Sorribes es profesor de Econom¨ªa Regional y Urbana de la Universidad de Valencia.
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