Un centenar de personas despiden con abucheos al presidente tras el desfile
Rodr¨ªguez Zapatero muestra su "respeto por la libertad de expresi¨®n"
El presidente del Gobierno fue abucheado ayer por un centenar de asistentes al desfile de la Fiesta Nacional, en el centro de Madrid. Algunos de los promotores de la protesta, que se repiti¨® tanto a la llegada como a la despedida de Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero, estaban en una de las tribunas habitualmente reservadas para familiares de militares. El presidente mostr¨® su "respeto por la libertad de expresi¨®n" de quienes le imprecaron.
Las nubes que cubr¨ªan a primera hora el cielo de la capital no llegaron a descargar. Al contrario, a medida que avanzaba la ma?ana se fueron disipando y dejaron grandes claros a trav¨¦s de los cuales fue posible entrever, m¨¢s que contemplar, el vuelo en formaci¨®n de m¨¢s de 80 aeronaves.
La tormenta provino, esta vez, de una tribuna de invitados -habitualmente ocupada por familiares de militares- y de parte del p¨²blico congregado en las inmediaciones. Fuentes del Ministerio de Defensa se mostraron convencidas de que el alboroto fue organizado. De hecho, hubo una primera pitada, a modo de ensayo, cuando los altavoces anunciaron la llegada del presidente a la plaza de Col¨®n, donde se instal¨® la tribuna principal; y otra m¨¢s sonora coincidiendo con su marcha.
S¨®lo que, en esta ¨²ltima ocasi¨®n, los protagonistas del abucheo no sab¨ªan en qu¨¦ veh¨ªculo iba el jefe del Gobierno, por lo que lo repitieron al paso de cada coche oficial, hasta que acab¨® por acallarles la m¨²sica que se emit¨ªa por megafon¨ªa. Preguntado posteriormente, Rodr¨ªguez Zapatero se limit¨® a expresar su "respeto a la libertad de expresi¨®n" y a desvincular la protesta de la actual pol¨¦mica sobre la reforma del Estatuto catal¨¢n.
Por lo dem¨¢s, el acto castrense se ci?¨® con precisi¨®n al gui¨®n. Los Reyes estuvieron acompa?ados en la tribuna por los presidentes de Chile, Ricardo Lagos, y Honduras, Ricardo Maduro, los miembros de la familia real y los ministros, salvo los titulares de Justicia y Educaci¨®n.
A la izquierda de la tribuna principal se situaron los presidentes de las comunidades aut¨®nomas, encabezados por el catal¨¢n Pasqual Maragall, quien salud¨® escuetamente a su hom¨®logo extreme?o Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra y convers¨® con la madrile?a Esperanza Aguirre quien, seg¨²n fuentes pr¨®ximas a esta ¨²ltima, le reproch¨® el "intervencionismo asfixiante" en que, a su juicio, incurre la reforma del Estatuto catal¨¢n.
Se estren¨® en este acto el nuevo titular de la Xunta, Emilio P¨¦rez Touri?o, y falt¨® como es habitual el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, as¨ª como los presidentes de Andaluc¨ªa, La Rioja y Murcia. Entre los diplom¨¢ticos estaba el embajador de EE UU en Madrid, Eduardo Aguirre.
La mayor novedad del acto la constituy¨® la presencia de 125 militares iberoamericanos, entre abanderados y escoltas, con las ense?as de los pa¨ªses que, a partir de ma?ana, participan en la Cumbre Iberoamericana de Salamanca; con la excepci¨®n de Cuba, que declin¨® la invitaci¨®n.
Sin embargo, el momento m¨¢s emotivo fue el homenaje a los que dieron su vida por Espa?a, que el a?o pasado se dedic¨® a los fallecidos en Irak o el Yak-42, y esta vez tuvo como protagonistas a las 17 v¨ªctimas del accidente sufrido en agosto pasado por un helic¨®ptero Cougar en Afganist¨¢n. En el homenaje participaron algunos parientes de los militares fallecidos, incluida la sargento Susana P¨¦rez, viuda del tambi¨¦n sargento Alfredo Francisco Joga.
Entre los 3.700 militares que desfilaron a pie figuraban miembros de la Brigada de Infanter¨ªa Ligera Aerotransportable Galicia, reci¨¦n llegados de Afganist¨¢n, donde han colaborado con la seguridad de las elecciones, quienes recibieron fuertes aplausos.
Por el contrario, pas¨® bastante desapercibida la presencia, a bordo de camiones, de tres lanzadores de misiles antia¨¦reos Patriot, comprados de segunda mano a Alemania e incorporados hace pocas semanas al Regimiento de Artiller¨ªa Antia¨¦rea 74, con base en San Roque (C¨¢diz), que dotan al Ej¨¦rcito espa?ol de una capacidad inicial para interceptar misiles como los utilizados por Irak en la guerra de 1991.
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