Lluvioso fin de fiesta

Finalizaron las corridas de toros en Las Ventas con una tarde lluviosa y gris, poca gente en los tendidos, una modesta terna de toreros valientes y toros tan mansos y descastados que parec¨ªan de desecho. Termin¨® la temporada grande -a¨²n quedan unas novilladas con picadores- con el ¨¢nimo desangelado, la afici¨®n escondida y vencida, y el presentimiento de que este espect¨¢culo atraviesa momentos muy bajos sin que nadie le ponga remedio.

Pero ni la Comunidad de Madrid ni las comunidades aut¨®nomas en su conjunto muestran m¨¢s inter¨¦s por los toros que el que se desprende de la posibilidad de figurar en un callej¨®n en tarde de feria. Ah¨ª tienen, si no, la propia Junta de Andaluc¨ªa, que en enero pondr¨¢ en marcha un nuevo reglamento taurino que no viene m¨¢s que a adaptar la fiesta a la decadencia en la que la han sumido la irresponsabilidad de los taurinos y la dejadez de la autoridad.

La intensa lluvia puso el broche final a la oscura tarde vente?a. Arrastrado el cuarto toro arreci¨® el agua, los tendidos se despoblaron casi por completo y la autoridad anunci¨® un aplazamiento de 15 minutos. Transcurrido el descanso, los toreros decidieron continuar a pesar de que no hab¨ªa cesado la lluvia y de que el ruedo estaba absolutamente impracticable.

En pura l¨®gica, no fue posible el triunfo, pero qued¨®, no obstante, el buen recuerdo de una terna valiente, hambrienta de triunfos, cuajada de verg¨¹enza torera, que estuvo muy por encima de unos toros propios de la ¨¦poca: bien presentados, cornalones, mansos, descastados, y con m¨¢s parecido a un buey de carreta que a un animal fiero.

Quede constancia, sin embargo, de que Curro D¨ªaz, L¨®pez Chaves e Iv¨¢n Garc¨ªa dieron en conjunto toda una lecci¨®n de pundonor, de buen hacer, de disposici¨®n y valent¨ªa, que mereciera ser tenida en cuenta por quienes mandan en este negocio.

Maneras

Es Curro D¨ªaz torero de pocas corridas, y se supone que no por gusto, sino por imposici¨®n, pero atesora unas maneras que ya quisieran los que rondan la centena. Por recursos t¨¦cnicos y condiciones art¨ªsticas merece mejor suerte de la que hasta ahora le ha acompa?ado. Fino y elegante, bien colocado casi siempre, se enfrent¨® a un marmolillo primero al que le rob¨® algunos redondos y otros de pecho de gran hondura. No baj¨® el tono en el cuarto, en medio del aguacero, y se la jug¨® de verdad como un principiante.

Hab¨ªa anunciado L¨®pez Chaves que ven¨ªa dispuesto a morir; afortunadamente, no fue necesario llegar a tanto, pero demostr¨® que tiene valor y agallas para hacer varios toreros. Se plant¨® de verdad ante su primero y tore¨® por naturales con largura y temple. No demostr¨® s¨®lo gallard¨ªa, sino una buena concepci¨®n art¨ªstica a base de un valor inteligente. ?spero y deslucido fue el quinto, y entre estas condiciones y el lodazal del ruedo, bastante hizo con salir ileso del envite.

Muy bien manej¨® el capote Garc¨ªa tanto en un quite por chicuelinas al segundo como en otro por delantales en su primero, ante el que s¨®lo pudo mostrar voluntad sin l¨ªmites que le permiti¨® trazar una corta tanda de naturales hilvanados con un largo pase de pecho. Muy decidido tambi¨¦n en el sexto, tan buey como los dem¨¢s, pero el fango, el agua torrencial y los tendidos vac¨ªos no invitaban precisamente al triunfo.