Certificados de minusval¨ªa, solicitudes de separaci¨®n matrimonial y rentas falsas, todo suma

Isabel, madre de un ni?o de cuatro a?os, cuenta c¨®mo la directora de un c¨¦ntrico colegio concertado de Valencia le sugiri¨® que presentara un certificado de minusval¨ªa de su hijo para que ¨¦ste fuera admitido. "Eso ya me pareci¨® demasiado fuerte", afirma Isabel, nombre ficticio para un caso real. "Tambi¨¦n me dijo que falsificara la renta. Me consta que ha habido padres que han presentado ingresos de 2.000 euros anuales. Me parece escandaloso. Contra eso, siendo legal, es imposible competir. Y eso que yo soy antigua alumna de ese centro, por lo que mi hijo ten¨ªa un punto m¨¢s. Pero ni as¨ª: se ha quedado fuera".

La picaresca de algunos padres para conseguir que su hijo entre en el colegio deseado llega hasta el punto de presentar certificados de minusval¨ªa expedidos por m¨¦dicos afines, solicitudes de separaci¨®n matrimonial que no llegan a consumarse y rentas falsas.

Una madre cuenta c¨®mo un colegio le sugiri¨® que presentara una minusval¨ªa

Esto ¨²ltimo es muy f¨¢cil: se presenta en Hacienda una declaraci¨®n con unos ingresos muy inferiores a los percibidos, para luego, y una vez adjuntada a la solicitud la falsa, realizar una complementaria con los ingresos reales. ?sta nunca llegar¨¢ al colegio. Por eso, entre las solicitudes tramposas abundan rentas rid¨ªculas de padres que recogen a sus hijos a bordo de autom¨®viles de lujo.

Si la renta presentada, una vez dividida entre los miembros de la unidad familiar, no llega al sueldo m¨ªnimo interprofesional, el solicitante de una plaza escolar contar¨¢ con dos puntos m¨¢s. Si no lo dobla, un punto.

Vicente (otro nombre ficticio para otro caso real) se empadron¨®, junto con su mujer y su hija, en un peque?o piso de 40 metros cuadrados propiedad de "una amiga" para tener los cuatro puntos concedidos por vivir en el ¨¢rea de influencia del centro escolar elegido. ?sta es una pr¨¢ctica habitual. Luego hay que obtener una autorizaci¨®n del propietario o un contrato de alquiler ficticio, adem¨¢s de un recibo de agua o luz domiciliado. Vicente cambi¨® el nombre del titular del recibo e imit¨® la tipograf¨ªa del documento utilizando sencillos programas inform¨¢ticos. Su hija fue admitida.

"Los afectados no denuncian porque piensan que no van a conseguir nada", afirma Carmen Molina, presidente de la FAPA-Valencia; "todo se queda en un berrinche a las puertas del colegio o un disgusto sin m¨¢s. Luego buscan otro centro. Es muy dif¨ªcil controlar las trampas. Ocurre tanto en los colegios p¨²blicos como en los concertados c¨¦ntricos; m¨¢s en estos ¨²ltimos".