Campos de estrellas
Acompa?ado de las autoridades regionales y municipales, Florentino P¨¦rez cort¨® la cinta de la primera fase de la nueva ciudad deportiva del Real Madrid en Valdebebas. Tras la previsible ceremonia de autobombo, hubo un golpe de efecto final: uno de los extremos de la carpa donde se congregaban invitados y periodistas se levant¨® para que todos contemplaran "la obra": un damero vegetal de campos de entrenamiento ensartados en una espina de instalaciones vinculadas a la vida cotidiana de los futbolistas.
Construidas en tan s¨®lo 14 meses, estas 30 hect¨¢reas son las primeras de las 130 que comprende el fara¨®nico proyecto de la Ciudad del Real Madrid, que se ha desprendido del calificativo de "deportiva" porque albergar¨¢ otros usos, entre los cuales un parque tem¨¢tico, un peque?o centro de congresos y una "catedral multimedia" con dos plat¨®s televisivos. Y todo ello en un enclave situado a pocos minutos del centro de la capital y rodeado de otros tantos recintos de escala monumental: el aeropuerto de Barajas, con su nueva terminal, el ferial en proceso de ampliaci¨®n y la futura Ciudad de la Justicia. Frente a la fragmentaci¨®n abigarrada del tejido urbano, esta privilegiada porci¨®n del territorio de la capital se coloniza con un modelo latifundista de grandes fincas de infraestructuras y servicios, aunque la ¨²nica con vocaci¨®n de vergel sea la del club blanco.
La pulsi¨®n ecol¨®gica es uno de los aspectos que la ciudad deportiva del club madrile?o tiene en com¨²n con la de su eterno rival, el F¨²tbol Club Barcelona
Desde el cierre de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid al venderse los terrenos que ocupaba al norte del paseo de la Castellana, sus equipos ven¨ªan entrenando en la hom¨®loga que la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol tiene en Las Rozas, dise?ada por Gerardo Ayala; pero jugadores y t¨¦cnicos estaban ansiosos por trasladarse a su nueva casa. Autor de la ampliaci¨®n del estadio Santiago Bernab¨¦u, el estudio Lamela se ha hecho cargo de la arquitectura de la nueva ciudad deportiva -las torres de iluminaci¨®n incluidas-, mientras la ordenaci¨®n general del recinto es de la firma EDSA, con sede en Fort Lauderdale (Florida), y las plantaciones se han confiado a la paisajista Susana Canogar. Aunque no suceda siempre, en este caso la intervenci¨®n de distintas manos tiene consecuencias m¨¢s negativas que positivas sobre el resultado final. Con un gusto lamentablemente figurativo, los responsables norteamericanos de la urbanizaci¨®n han elegido como motivo inspirador el bal¨®n de f¨²tbol; pero sobre la traza circular de plazoletas y glorietas se impone la contundencia ortogonal del edificio, una pieza de perfil bajo y 600 metros de longitud en forma de T que se escalona para acomodarse a los desniveles del terreno.
Dada la premura con que de
b¨ªan ejecutarse las obras, los arquitectos optaron por la prefabricaci¨®n, garantizando de paso la unidad del conjunto a trav¨¦s de los materiales: piezas de hormig¨®n y perfiles de vidrio en U para revestir el edificio, y grava para tapizar la cubierta, libre de instalaciones. La otra decisi¨®n importante era obtener el m¨¢ximo partido del emplazamiento abriendo la construcci¨®n al paisaje mediante generosos ventanales y con la sucesi¨®n de patios que acompa?an la distribuci¨®n de los usos: en la cota m¨¢s alta, la pieza que configura la cabeza de la T, destinada al primer equipo y que act¨²a como elemento separador de sus campos de entrenamiento; perpendicular a ¨¦sta se dispone el cuerpo que aloja las ¨¢reas de prensa y personalidades, as¨ª como el centro m¨¦dico, conectado a su vez con los m¨®dulos en cascada reservados a las distintas categor¨ªas -de mayores a menores- y con la zona de recepci¨®n de visitantes. En unos interiores que combinan la sobriedad con la calidad de los acabados, y donde la luz entra a raudales, resulta un poco estridente adem¨¢s de confuso un sistema de se?alizaci¨®n no dise?ado por los arquitectos, donde se recurre de nuevo al motivo del bal¨®n, pero esta vez agrupando montones de pelotitas de varios tama?os.
La mejor ciudad deportiva y la m¨¢s grande, para el mejor equipo de f¨²tbol del mundo. Junto a este mensaje incesantemente repetido a lo largo de toda la presentaci¨®n de la primera fase de su proyecto -al que asimismo se sumar¨¢n un estadio (en construcci¨®n), un pabell¨®n y una dotaci¨®n residencial para deportistas-, el Real Madrid pregon¨® su compromiso medioambiental, anunciando que depurar¨¢ su agua para aprovecharla en el riego de los campos deportivos y de la abundante vegetaci¨®n (m¨¢s de mil ¨¢rboles y casi el triple de plantas) de tipo mediterr¨¢neo que forma parte del ajardinamiento. Y es precisamente esta pulsi¨®n ecol¨®gica uno de los aspectos que el club madrile?o tiene en com¨²n con su eterno rival, el F¨²tbol Club Barcelona, que est¨¢ en v¨ªas de culminar su nueva ciudad deportiva. Aunque de escala m¨¢s moderada (unas 20 hect¨¢reas), est¨¢ igualmente concebida a mayor gloria de la instituci¨®n y para la perfecta puesta a punto de sus jugadores.
En 1996, con motivo de la celebraci¨®n de su congreso trienal en Barcelona, la Uni¨®n Internacional de Arquitectos organiz¨® un concurso para la reordenaci¨®n del entorno del estadio del Bar?a. Los vencedores de aquella convocatoria, Enric Batlle y Joan Roig, nunca llevaron a cabo su proyecto, pero a cambio recibieron el encargo de dise?ar la nueva ciudad deportiva azulgrana. ?sta se levanta hoy en el t¨¦rmino municipal de Sant Joan Desp¨ª, en un enclave del Baix Llobregat tan cuidadosamente elegido, como el de Madrid, por su excelente comunicaci¨®n con Barcelona, por las zonas verdes que lo rodean y por los equipamientos que est¨¢ previsto construir a su alrededor. El conjunto se organiza en dos plataformas a diferentes cotas que distinguen los campos de entrenamiento para el f¨²tbol profesional y los de las restantes secciones. Y toda la edificaci¨®n se reparte en el per¨ªmetro, aunque la mayor parte del programa -pabell¨®n de baloncesto, estudios de televisi¨®n, tribuna y vestuarios del primer equipo, oficinas, etc¨¦tera- se concentra en una L, en cuyo ¨¢ngulo se crea un gran porche de acceso al recinto. Sobre este volumen se eleva una torre apantallada, forrada en su cara sur de paneles solares que alimentan todo el complejo.
Los arquitectos catalanes han buscado tambi¨¦n la unidad material de lo construido -aqu¨ª se utilizan planchas de aluminio, perfiles de vidrio en U y ladrillo negro- y su integraci¨®n armoniosa con el proyecto paisaj¨ªstico de campos de entrenamiento, paseos, zonas de estancia y jardines, del que son en este caso responsables y cuya principal caracter¨ªstica es que se compone de "paredes verdes", que ofrecen un contrapunto a los tapices de c¨¦sped de los campos de entrenamiento al tiempo que los protegen de las vistas. Las plantaciones son aqu¨ª de jacarandas y prunos, la alternancia de cuyas flores azules y rojas es la ¨²nica alusi¨®n directa a los emblemas del Barcelona, si exceptuamos una banda discreta que combina estos dos colores en el edificio principal.
Como grandes instituciones que son, los clubes de f¨²tbol quieren sedes donde se refleje su trascendencia social, econ¨®mica y deportiva y, en su condici¨®n de f¨¢bricas de atletas, se dotan de instalaciones de primer orden. ?stas de Madrid y Barcelona son las ¨²ltimas, pero no las ¨²nicas: el estudio Lamela, que gan¨® el concurso para el estadio del Zaragoza, se va a hacer cargo de dos proyectos m¨¢s de ciudades deportivas, para el Valencia CF y para el Rayo Vallecano; por su parte, Batlle y Roig llevar¨¢n a cabo la reordenaci¨®n paisaj¨ªstica de la que el RCD Espanyol tiene en Hospitalet. Pero en estos meses de arranque de la Liga el inter¨¦s se centra en los ritos de celebraci¨®n de los goles del contingente blanco de brasile?os, en el estado an¨ªmico de Deco y Ronaldinho o en los problemas con la nacionalidad de Messi. Ser¨¢n ellos quienes, junto a otros profesionales y canteranos, se ejerciten en esos campos de excepci¨®n donde s¨®lo se cultivan estrellas.
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