Presupuestos que ayudan
El autor considera adecuados los Presupuestos de 2006, pero pide m¨¢s esfuerzo para cambiar el modelo de crecimiento, aumentar la cooperaci¨®n con las comunidades e intensificar las pol¨ªticas sociales.
En las legislaturas anteriores, los Presupuestos Generales del Estado tuvieron como objetivo hegem¨®nico el control del d¨¦ficit, desatendiendo el resto de desequilibrios econ¨®micos y sociales que se pusieron de relieve. El resultado fue, en consecuencia, un importante recorte del d¨¦ficit, pero a costa de agravar y enquistar las carencias esenciales de nuestro modelo socioecon¨®mico, recortando la capacidad de desarrollo futuro del pa¨ªs. Lo que qued¨® en evidencia fue la incapacidad de esas pol¨ªticas p¨²blicas para protagonizar el impulso que necesitaba nuestro pa¨ªs para alcanzar los est¨¢ndares sociales m¨¢s avanzados de nuestro entorno.
Los PGE para 2006 reflejan un indudable cambio de planteamiento que rehabilita la funci¨®n instrumental de las cuentas del Estado, al menos en dos aspectos. En primer lugar, la reforma de las leyes de estabilidad presupuestaria, que adaptan el concepto de equilibrio al conjunto del ciclo econ¨®mico, permite conjugar una posici¨®n financiera saneada con las necesidades elementales de nuestro pa¨ªs, que requieren esfuerzos notables de gasto. En este sentido, cabe recordar que Espa?a es uno de los pa¨ªses de la UE ampliada con menor tama?o del sector p¨²blico, atendiendo al volumen relativo conjunto de ingresos y gastos (s¨®lo por delante de Lituania, Letonia, Irlanda y Estonia), de lo que se deriva una escasa capacidad para incidir sobre el funcionamiento econ¨®mico.
Las medidas de fomento de la competencia son insuficientes para moderar la inflaci¨®n estructural
Ello resulta parad¨®jico en un pa¨ªs que posee carencias b¨¢sicas en sistemas clave para el desarrollo como son el educativo, el sanitario, las infraestructuras y la protecci¨®n social, y que requieren de impulsos p¨²blicos adicionales para eliminarlas. Por ello, parece l¨®gico aprovechar la buena marcha de los ingresos, derivada del notable crecimiento econ¨®mico, para realizar ahora los esfuerzos que, en ¨¦pocas de vacas flacas, ser¨¢n dif¨ªciles de aplicar.
En segundo lugar, la intensidad de las dotaciones realizadas se corresponde con las prioridades establecidas, que adem¨¢s apuntan una direcci¨®n acertada. El Presupuesto del Estado, en suma, gana en transparencia al reflejar los objetivos de la pol¨ªtica econ¨®mica. As¨ª, las intenciones de aumentar la productividad, reforzar las pol¨ªticas sociales y mejorar la calidad de los servicios p¨²blicos tienen reflejo en aumentos muy importantes en partidas que caminan inequ¨ªvocamente en ese sentido, incidiendo sobre factores b¨¢sicos a medio y largo plazo: I+D+i (30,9%), infraestructuras (12,4%), educaci¨®n (16,6%), vivienda (20,6%), sanidad (aportaci¨®n extraordinaria de 1.700 millones de euros), o pensiones m¨ªnimas; por citar algunas de las partidas m¨¢s visibles.
Contrasta, sin embargo, la nitidez de estas dotaciones estrat¨¦gicas con la escasa consistencia de algunas grandes cifras de las proyecciones macroecon¨®micas, para las que se apuntan mejoras poco sustentadas por pol¨ªticas concretas. As¨ª, las actuaciones de fomento de la competencia abordadas son insuficientes para moderar la inflaci¨®n estructural hasta el entorno del 2% de forma estable, y son precisas medidas m¨¢s beligerantes de transparencia, vigilancia y control en los sistemas de formaci¨®n de precios de algunos sectores que generan tensiones cr¨®nicas; el elevado endeudamiento de las familias tiene mucho que ver con el brutal encarecimiento de la vivienda, que por s¨ª solo el Plan de Vivienda 2005-2008, positivo pero insuficiente, no podr¨¢ reconducir; y el d¨¦ficit exterior revela en ¨²ltimo t¨¦rmino la endeblez de nuestro tejido productivo, que necesita con urgencia medidas para fomentar las actividades de contenido tecnol¨®gico alto y medio, modernizar los sectores menos avanzados y potenciar los sectores tradicionales y estrat¨¦gicos.
Los PGE para 2006, pues, ayudan en la l¨ªnea de cambiar el modelo productivo y por ello es necesario complementar con el mantenimiento en los pr¨®ximos a?os de los esfuerzos presupuestarios b¨¢sicos y su concreci¨®n en pol¨ªticas m¨¢s efectivas, lo que a su vez precisa del reforzamiento de tres elementos clave: el compromiso empresarial con el cambio de modelo de crecimiento, elevando la inversi¨®n productiva y moderando sus m¨¢rgenes ya que los beneficios hasta la fecha son alt¨ªsimos; la cooperaci¨®n con las comunidades aut¨®nomas, desarrollando un sistema equilibrado de competencias y responsabilidades; y el di¨¢logo social, vital para lograr avances duraderos en temas definitorios de nuestro nivel de bienestar, como el mercado de trabajo, el sistema p¨²blico de pensiones, la protecci¨®n a las personas dependientes o la sanidad.
Toni Ferrer es secretario de Acci¨®n Sindical de UGT.
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