Milagros espa?oles
?Qui¨¦n se atreve a afirmar que los espa?oles nos hemos vuelto descre¨ªdos, esc¨¦pticos y laicos? Que los homosexuales quieran y puedan ya casarse expresa, por ejemplo, que ¨¦ste es un pa¨ªs tan adicto al matrimonio que lo ha convertido en derecho civil: un milagro contempor¨¢neo, sin duda, con el que no so?¨® nadie hace tan s¨®lo 10 a?os, cuando estaba de moda aparentar liberalidad de o¨ªdas y la milagrer¨ªa todav¨ªa ten¨ªa mala prensa.
Nadie se sinti¨®, tampoco, aludido cuando el canciller Helmut Schmidt advirti¨®, har¨¢ unos 15 a?os, de que el subdesarrollo de secano ve¨ªa a Europa como una enorme cancha de golf a la que intentar llegar. Hoy asistimos, asombrados y cautos, al asalto africano de nuestro territorio-club selecto: hemos pasado de ser berlanguianos de pura cepa a ser tenidos por potentados. A¨²n no podemos creerlo: otro milagro hecho realidad. Ser espa?ol empieza a ser algo envidiable. En una generaci¨®n -se ve en el metro- somos otros. Milagroso.
Hay m¨¢s: vivimos -?inconscientemente?- haciendo milagros cotidianos. Lo dicen hasta las estad¨ªsticas, pura constataci¨®n: "Aunque la mayor¨ªa no llega a fin de mes, el gasto familiar se acelera un 4,5%", se?ala la ¨²ltima encuesta de presupuestos familiares. Las familias, por tanto, consumen a un ritmo nunca visto: ?salve Carlos Solchaga, el ministro que en los a?os ochenta aseguraba en la revista Time: "A los espa?oles les encanta consumir!". Hoy, seg¨²n esos datos, el 55,1% de los hogares espa?oles no llegan a fin de mes y, sin embargo, gastan lo que no tiene. ?No es puro milagro?
Efectivamente, est¨¢ claro que desde hace unos a?os vivimos del aire, o, lo que es lo mismo, de las deudas que tenemos con el banco. ?Viva la Virgen! Y no s¨®lo los bancos est¨¢n contentos, sino que ese vivir de lo que no se tiene tira de la econom¨ªa hasta el punto de que crecemos, econ¨®micamente hablando, m¨¢s que los m¨¢s veteranos y admirados vecinos europeos. O eso es lo que explican los optimistas: "El gasto total en consumo se aceler¨® en el segundo trimestre (de 2005) al aumentar un 7,3% (descontada la inflaci¨®n), el mayor ritmo en cinco a?os, lo que confirma la tendencia ascendente iniciada a finales de 2004". Incre¨ªble pero cierto. ?May¨²sculo milagro!
Y est¨¢ el piadoso tema de la poblaci¨®n. Hace 15 a?os disminu¨ªa tanto que, en cierto momento, al bendito ministro Solchaga le desapareci¨® un mill¨®n de espa?oles del censo. Los ¨²ltimos datos ofrecidos por la encuesta de poblaci¨®n activa se?alan que en el segundo trimestre de este a?o se hab¨ªan creado 455.000 hogares m¨¢s que un a?o antes. ?Ya tenemos 15,3 millones de familias consumidoras! Sin hacer ninguna novena, el milagro se ha producido por la entrada de inmigrantes a un ritmo celeste. Pese a lo cual -y a las deslocalizaciones, el aumento de la gasolina y la sequ¨ªa- el paro resiste con voluntad heroica en la cota situada, desde hace tiempo, en torno a los dos millones de personas. Lo nunca visto. ?Intervenci¨®n divina?
El trabajo temporal tambi¨¦n hace milagros: la gente sobrevive, que ya es much¨ªsimo, y en el ¨²ltimo a?o incluso ha logrado ahorrar un poco m¨¢s. Se sabe que el 38,7% de esas mod¨¦licas familias guardan alguna cosilla, sin determinar, en el banco. ?No es todo esto un inequ¨ªvoco signo de que las familias espa?olas son verdaderamente milagrosas? Si pensamos que los hijos no se van de casa hasta los treinta y tantos, y que muchos abuelitos tambi¨¦n dependen de esos intr¨¦pidos cuarentones y cincuentones espa?oles, el milagro espa?ol es manifiesto: una generaci¨®n de santos varones y mujeres a la que habr¨ªa que otorgar el Nobel de la fe. Puestos en ese plan, s¨®lo cabe esperar ahora otro milagro imprescindible, imaginado como tendencia del futuro por el prestigioso soci¨®logo Ulrich Beck: que hagamos nuestro el nacionalismo cosmopolita y as¨ª sea posible el cosmopolitismo nacional, que buena falta hace.
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