La droga rompe la magia de Ibiza
Cuando Shiva fum¨® su primer porro de marihuana ten¨ªa ocho a?os. Se lo dio el padre de un amigo. Viv¨ªa en Ibiza, la isla m¨¢gica, la isla de la libertad. Para ¨¦l, tambi¨¦n, la isla de la noche eterna. De eso hace ya 24 a?os. Con su primer trabajo como electricista lleg¨® tambi¨¦n su primera pastilla de ¨¦xtasis. "Fue genial, un placer muy intenso, como un orgasmo de varias horas", recuerda. Ten¨ªa 16 a?os. Shiva entr¨® entonces en un laberinto de drogas que le ha llevado a la esquizofrenia. Elige ese nombre porque la India le dej¨® fascinado. Prob¨® todo lo que encontr¨®: desde las drogas "de marcha", como llama al ¨¦xtasis, anfetamina, LSD, coca¨ªna, hasta las "drogas m¨¢gicas": setas, cannabis, estramonio, peyote... Dice que no teme a la muerte: "He pasado tres veces por muertes inici¨¢ticas". En ellas cree haber conocido a los Reyes Magos, ha sido disparado por los esp¨ªas ¨¢rabes de una pel¨ªcula y asegura que puso la instalaci¨®n el¨¦ctrica a Yahv¨¦, que, seg¨²n Shiva, vive en Ibiza. "Bueno, eso si quieres no lo pongas que as¨ª parezco menos loco", dice entre risas.
Shiva no pudo parar a tiempo: "Nadie puede. Crees que controlas, pero te acaban anulando". Ahora est¨¢ en una unidad de salud mental
Cada temporada llegan a la isla 'clubbers' -j¨®venes asiduos a las discotecas- de todo el mundo para disfrutar de la fiesta y se inician en el consumo
"Les venden el GHB como ¨¦xtasis l¨ªquido y lo toman como si fuera ¨¦xtasis convencional. Eso les lleva al coma", dice el m¨¦dico de urgencias Alfredo Cenarro
Los especialistas llevan a?os alertando sobre el aumento de pacientes con trastornos psiqui¨¢tricos asociados al consumo de estupefacientes
Los adolescentes ibicencos son los m¨¢s precoces de Espa?a en consumo de drogas, seg¨²n un informe del Centro de Estudio de Conductas Adictivas
Pero Shiva cree que las drogas no son malas. Le han reportado "momentos de felicidad, m¨¢s all¨¢ de lo humano". Pero se pas¨®, no pudo parar a tiempo: "Nadie puede. Crees que controlas, pero te acaban anulando". Sigue en Ibiza, est¨¢ en proceso de deshabituaci¨®n en una unidad de salud mental. Lo que ocurre en la isla, ahora, le asusta. "La gente muere, cada verano llegan cientos de personas en coma a los hospitales... Yo mismo podr¨ªa estar muerto, ?qu¨¦ pasa? ?Se est¨¢ acabando la magia?", se pregunta.
El pasado 8 de agosto se produjo la primera muerte confirmada en Espa?a por GHB (conocido err¨®neamente como ¨¦xtasis l¨ªquido). Finber Meter Kelly, un turista irland¨¦s de 27 a?os, hab¨ªa llegado a Ibiza para conocer una de las islas con m¨¢s marcha nocturna del planeta. Su paquete vacacional inclu¨ªa las entradas a las mayores discotecas que garantizan fiesta tres d¨ªas seguidos. Finber pas¨® 72 horas bebiendo, bailando y drog¨¢ndose, sobre todo, con GHB. Una parada cardiorrespiratoria, tras un fracaso renal, puso el punto final a su historia. No fue un caso aislado: en la primera quincena de agosto hubo 21 ingresos por esta droga.
Can Mises, el hospital de Ibiza, es, junto con Londres, Berl¨ªn, y el Cl¨ªnico de Barcelona, uno de los centros sanitarios del mundo que m¨¢s intoxicados recibe por consumo de estupefacientes. La poblaci¨®n de la isla se cuadruplica en verano. S¨®lo en agosto, en este hospital, de menos de 200 camas, atendieron 135 intoxicaciones graves por consumo de droga, y 32 fueron casos de coma profundo por GHB. El doctor de urgencias Alfredo Cenarro explica que el perfil se repite: el 80% son extranjeros, varones, cercanos a los 25 a?os y anglosajones. Llegan tras haber consumido al menos dos dosis de esta sustancia. Todos proven¨ªan de la zona de ocio de San Jos¨¦.
Esto s¨®lo es la punta del iceberg. "Atendemos una m¨ªnima parte. Muchos de estos comas los atienden las UVI m¨®viles en la puerta de las discotecas, otros lo pasan en sus hoteles o tirados en la playa o la calle", explica el doctor Cenarro. De hecho, a pesar de las urgencias sanitarias, el GHB no es la droga m¨¢s consumida en Ibiza. La estrella del verano es el ¨¦xtasis, seguido de la coca¨ªna. Cada temporada llegan a la isla clubbers (j¨®venes asiduos a discotecas) de todo el mundo para disfrutar de la fiesta. Algunos se inician all¨ª en el consumo. "El fen¨®meno clubber no lo hemos inventado aqu¨ª, ya exist¨ªa en Londres y Berl¨ªn antes. Pero les hemos dado el escenario ideal para llevarlo a cabo: un lugar donde la fiesta contin¨²a 72 horas seguidas. Cada vez llegan m¨¢s j¨®venes creyendo que aqu¨ª pueden hacer lo que en sus pa¨ªses no har¨ªan ni en sue?os", asegura el delegado del Gobierno en la isla, Jos¨¦ Manuel Bar. La soluci¨®n pasar¨ªa, en su opini¨®n, por garantizar que los fines de semana haya un tramo horario de descanso al menos de seis horas en el que no haya abiertos locales de fiesta.
Aunque para algunos Ibiza es tambi¨¦n un buen refugio. El mi¨¦rcoles pasado la polic¨ªa detuvo a un capo de la mafia calabresa en la isla que intruc¨ªa coca¨ªna en Espa?a en buques comerciales.
Para¨ªso de la noche
Ibiza sigue siendo, adem¨¢s, el para¨ªso de las drogas de dise?o. All¨ª, en 1970 se encontr¨® el primer ¨¦xtasis en Espa?a. Desde 1998, los servicios de urgencias de la isla han estado saturados en verano por los intoxicados que llegaban de madrugada por consumo de drogas de dise?o, muchas veces desconocidas en Espa?a, que les han llevado a especializarse en esta materia. Han creado un protocolo de actuaci¨®n que incluso comparten con otros hospitales de Espa?a.
Pero este a?o, en Ibiza, lo nuevo han sido las oleadas masivas de GHB. Esta sustancia es uno de los estupefacientes con la dosis m¨¢s dif¨ªcil de calcular. Se vende en botes peque?os, es l¨ªquida, transparente, con un suave sabor salado y debe ser disuelta en agua. Es f¨¢cil que pase inadvertida en una simple botella de agua. La misma noche en que muri¨® el joven irland¨¦s, pasaron por urgencias 10 pacientes con los mismos s¨ªntomas. Todos proven¨ªan de las discotecas de playa d'Embossa, donde un hombre y una mujer hab¨ªan estado vendiendo la droga por "chorros", seg¨²n explicaron en urgencias los amigos de los afectados.
Por 10 euros -m¨¢s asequible que las copas, que cuestan de 15 a 18 euros- ofrec¨ªan dos dosis que vert¨ªan en la copa o botell¨ªn de agua del comprador desde el bote de un inhalador como los que se usan en caso de resfriado. Esta sustancia es muy diferente del ¨¦xtasis en pastillas (MDMA). Son compuestos qu¨ªmicos distintos con efectos diferentes. Mientras el ¨¦xtasis es un anfetam¨ªnico con efecto estimulante, el ¨¦xtasis l¨ªquido o GHB es un tranquilizante o depresor del sistema nervioso que en un principio tiene efectos de empat¨ªa, pero que en dosis elevadas suele llevar al coma en menos de 10 minutos. En medicina, de hecho, se utiliz¨® en un principio como anest¨¦sico y en Espa?a no se ilegaliz¨® hasta enero de 2002. "Estamos muy preocupados. Esta droga es veneno. Lo milagroso es que no sea m¨¢s mortal con la cantidad de comportamientos irresponsables que hay, tanto que se vuelven a la discoteca en cuanto les dan el alta. Algunos vienen de vacaciones y se van con un historial de cuatro o cinco comas seguidos", explica el delegado del Gobierno.
Seg¨²n explica Cenarro, en los pa¨ªses anglosajones al GHB no lo conocen como ¨¦xtasis l¨ªquido, sino como Georgia Home Boy (en referencia a sus siglas). "Se lo venden como liquid extasis y lo toman como si fuera ¨¦xtasis, eso les lleva al coma", aclara. Por eso hay gran cantidad de intoxicaciones en tan poco tiempo: creen que est¨¢n tomando otra sustancia. Al despertar suelen estar desconcertados y violentos. A veces es empleado por delincuentes que lo echan en la bebida de alg¨²n turista despistado para abusar de ¨¦l o para robarle. Jes¨²s Ros, un m¨¦dico de urgencias, explica una escena com¨²n en el centro hospitalario cuando se despiertan: "Un joven brit¨¢nico, en pa?ales, desorientado, angustiado, no sabe d¨®nde est¨¢, qu¨¦ le ha pasado, no comprende la lengua. Lleva tres d¨ªas dormido. Cuando despierta se pone agresivo, hay que sedarle. Muchas veces se marchan sin saber qu¨¦ les ha ocurrido en las ¨²ltimas horas, acaban de pasar un coma profundo. Muchos nunca lo sabr¨¢n".
M¨¢s enfermos mentales
Adem¨¢s de las urgencias hospitalarias, el servicio que m¨¢s sufre las consecuencias del consumo masivo de drogas es la secci¨®n de psiquiatr¨ªa. Los especialistas llevan a?os alertando sobre el aumento de pacientes que llegan a sus consultas con trastornos psiqui¨¢tricos asociados al consumo de estupefacientes, como el caso de Shiva. Muchos entran desde urgencias: "Hace un a?o vino un chaval de 14 a?os. Llevaba m¨¢s de una semana encerrado en casa. Dec¨ªa que le amenazaban, le persegu¨ªan y quer¨ªan matarle. Se hab¨ªa tomado una pastilla de mitsubishi (¨¦xtasis). El trastorno delirante se hab¨ªa convertido en una esquizofrenia paranoide que le acompa?ar¨¢ para siempre. Es posible que tuviera una predisposici¨®n gen¨¦tica y que nunca hubiera llegado a manifestarse, pero se destroz¨® la vida", explica el doctor Jes¨²s Ros.
El doctor Gustavo Lucas Cabornero, coordinador de salud mental del ¨¢rea de Ibiza y Formentera responsable de psiquiatr¨ªa en Ibiza, explica que hay tres perfiles de paciente: "El primero son los que sufren psicosis t¨®xica por el consumo de sustancias como ¨¦xtasis, coca¨ªna o alucin¨®genos (ketamina, LSD, nexus...). Algunas noches de verano pueden entrar 10 pacientes as¨ª. Pierden el contacto con la realidad, creen que pueden volar, que les persiguen, o tienen ataques de p¨¢nico", explica el doctor Lucas.
En la mayor¨ªa de los casos, el brote psic¨®tico desaparece cuando se pasa el efecto de la droga. Aunque, seg¨²n el psiquiatra, "todos los a?os mueren turistas en circunstancias extra?as: se tiran al mar, se ahogan, se arrojan por la ventana o aparecen deshidratados en cualquier playa. Podr¨ªan estar asociados al consumo de drogas", explica. Adem¨¢s alerta de que las de s¨ªntesis (¨¦xtasis y coca¨ªna) tambi¨¦n pueden producir la muerte por cardiopat¨ªas, deshidrataci¨®n o fracaso renal.
El segundo perfil de pacientes tratados, como en el caso de Shiva, el viaje acaba convirti¨¦ndose en una esquizofrenia o un trastorno delirante cr¨®nico. "Suele ocurrir en personas con una predisposici¨®n gen¨¦tica que puede desconocerse. En algunos de estos casos, si no hubiera mediado un consumo de drogas, no se habr¨ªa manifestado la enfermedad mental", puntualiza el doctor Lucas. "Un tercer perfil ser¨ªan los pacientes con patolog¨ªas psiqui¨¢tricas previas que en sus fases de descompensaci¨®n consumen este tipo de sustancias y su enfermedad se agrava o alarga, como por un paciente bipolar que consume drogas en su fase man¨ªaca y acaba ingresado. Las drogas perjudican la evoluci¨®n de las enfermedades mentales, por eso estamos adecuando los recursos y buscando m¨¢s profesionales", concluye.
En Ibiza, la Conseller¨ªa de Sanidad dedica 500.000 euros al a?o a la prevenci¨®n y el tratamiento de drogas, seg¨²n el conseller de Sanidad, Vicent Serra. "Disponemos de programas de desintoxicaci¨®n, como el centro de ayuda a la drogadicci¨®n, por el que este a?o han pasado m¨¢s de 700 personas, y un centro de prevenci¨®n y estudio de las conductas adictivas", asegura el conseller. Aunque en ellos no se refleja la dimensi¨®n del problema. "En el centro de conductas adictivas no hay ahora adictos a la marihuana o el ¨¦xtasis, que son las sustancias m¨¢s consumidas, porque en la coca¨ªna o hero¨ªna el proceso de deshabituaci¨®n es m¨¢s complejo", aclara Serra. En los ¨²ltimos cinco a?os, el n¨²mero de psiquiatras se ha multiplicado, pasando de tres especialistas a siete, y se ha creado una unidad especializada en prevenci¨®n de conductas adictivas.
Joaqu¨ªn y Paquita son "ibicencos por los cuatro costados". Toda su vida han vivido en la isla y la han visto cambiar; no les gusta lo que est¨¢ ocurriendo con el turismo, aunque reconocen que ha sido y sigue siendo la fuente de desarrollo: "Hemos progresado a base de esto. Tenemos carreteras, hoteles y tiendas de primeras marcas gracias al turismo, pero ha bajado la calidad". Como muchos ibicencos, creen que el problema de la droga no se ataja porque es un c¨ªrculo econ¨®mico que engorda las arcas de unos pocos. "S¨®lo hay que mirar la nueva autopista que est¨¢n construyendo. No lo hacen para el turismo familiar, es para los que vienen a los clubes, ?y cuando se cansen y ya no vengan m¨¢s...?". El trazado de la carretera es una V que une el aeropuerto, los hoteles y las grandes discotecas.
Sin embargo, el m¨¦dico de urgencias Alfredo Cenarro se?ala que el gasto econ¨®mico sanitario que un coma por consumo de drogas ocasiona, quiz¨¢ sea mayor que el dinero que ese turista ha gastado en la isla. "Se invierte poco en turismo de calidad. A veces vienen sin hotel, duermen en su coche y el dinero lo gastan en drogas", avisa Cenarro.
Un reto asumible
El delegado del Gobierno cree que el reto es asumible: "Debemos buscar la coexistencia con otros modelos tur¨ªsticos. La permisividad conducir¨¢ a una degradaci¨®n progresiva de la clientela, que acabar¨¢ por desaparecer", asegura Bar. En su opini¨®n, la respuesta policial no es la ¨²nica salida y es necesario un pacto institucional: "Las sanciones administrativas se han triplicado en el ¨²ltimo a?o, cada noche se abren unos 20 expedientes de drogas. Pero el a?o pasado llegaron a Ibiza casi cinco millones de turistas, y tenemos 500 agentes. S¨®lo en julio, la Guardia Civil hizo 278 intervenciones de droga".
La llegada masiva de consumidores de droga durante el periodo vacacional a la isla tambi¨¦n tiene consecuencias devastadoras entre los adolescentes ibicencos. El hijo mayor de este matrimonio acaba de empezar sus clases en el instituto. "En la reuni¨®n de padres nos dijeron que controlar¨ªan a los ni?os mientras estaban en el centro, pero que de puertas para afuera no pod¨ªan hacer nada. Que todos los d¨ªas ven¨ªan a venderles droga", explica Paquita.
Los adolescentes ibicencos son los m¨¢s precoces en consumo de drogas, seg¨²n un estudio sobre el consumo de estupefacientes realizado entre todos los estudiantes en el a?o 2002 por el Centro de Estudio y Prevenci¨®n de Conductas Adictivas (CEPCA). El 22,4% de los chicos de 18 a?os consum¨ªa entonces coca¨ªna ocasionalmente, y el 4,3%, todos los fines de semana; el 17,7% consum¨ªa ¨¦xtasis a veces, y el 3,3%, los fines de semana; el 15%, alucin¨®genos, y el 35% fumaba cannabis habitualmente.
Seg¨²n el delegado del Gobierno, hacer grandes operaciones de incautaci¨®n de drogas es complicado porque lo m¨¢s generalizado es la venta a peque?a escala. "La gente la trae encima para hacer la temporada de verano. Se trata de menudeo. No hay un solo foco de venta de droga. La mayor¨ªa de los que vienen de fiesta traen cargamento para ellos y para pagarse la juerga interminable", argumenta Bar.
"Para nosotros el consumo de drogas es contraproducente porque ahuyenta al turismo que viene a gastarse dinero de manera legal", dice Pepo Fern¨¢ndez, propietario de una discoteca del centro de Ibiza, llamada Aramond. En su local no entran clubbers porque pone m¨²sica espa?ola. "Quer¨ªamos atraer un p¨²blico que buscara otro tipo de diversi¨®n y decidimos filtrar al p¨²blico por el tipo de m¨²sica", aclara. Dice que en su local no permite la venta de droga, pero que a veces es incontrolable. "Antes, la fiesta era algo natural, improvisado; ahora est¨¢ demasiado estructurado, se mueve demasiado dinero. Se ha perdido la espontaneidad y la magia", se lamenta Fern¨¢ndez.
La compra m¨¢s f¨¢cil
COMPRAR DROGA en Ibiza es m¨¢s f¨¢cil que conseguir pases gratis para las discotecas. "M¨¢s bien habr¨ªa que preguntar: ?qui¨¦n no vende?". Laura ha pasado un a?o atrapada por las drogas. "Lo habitual es tomar varias cada noche. Hay que aguantar mucho tiempo y la necesitas". Empez¨® saliendo los fines de semana hasta 72 horas seguidas, de local en local, pero en alg¨²n momento se le fue de las manos. Pasaba m¨¢s tiempo en ese estado de euforia, de felicidad absoluta, que en el mundo real. "Hasta me met¨ªa una raya para hablar en casa con alguna amiga, en plan tranquilo. Se estaba mejor. Lo peor llegaba luego, con la bajona -estados depresivos que siguen al coloc¨®n de coca¨ªna-. Entonces llegaban los ataques de ansiedad, de p¨¢nico, la desmotivaci¨®n absoluta, la falta de inter¨¦s. Volv¨ªas a ponerte un poquito y estabas otra vez genial. Ni siquiera me importaba no comer, o comer s¨®lo pasta con tal de tener para pillar", explica esta licenciada de 26 a?os. Aunque es de fuera de la isla, all¨ª tom¨® su primer ¨¦xtasis, all¨ª se fue a trabajar, y luego lleg¨® todo lo dem¨¢s.
"Cualquier sitio es bueno para pillar, los conocidos te dicen qui¨¦n pasa o d¨®nde encontrar droga". Un locutorio, un chiringuito, un restaurante, cafeter¨ªas y discotecas. La ¨²ltima semana de agosto, la polic¨ªa clausur¨® dos locutorios y una cafer¨ªa en Ibiza y en Jes¨²s por tr¨¢fico de estupefacientes. Se incautaron de 8.500 pastillas de ¨¦xtasis. Laura explica que para localizar al camello s¨®lo hay que mirar. "Suele estar junto al altavoz, sin bailar, mirando desentendido, muchos llevan gorra". "Le preguntas qui¨¦n tiene, casi siempre aciertas y ¨¦l lleva. Normalmente, en los bolsillos, y vende varias sustancias diferentes. Si ¨¦l no tiene, te dice qui¨¦n. Casi todos los que est¨¢n bailando, colocados, tambi¨¦n venden, yo incluso he vendido alguna pastilla", aclara Laura. Una noche de fiesta de 72 horas (de viernes a lunes) sale por 250 o 300 euros. "A final de mes sab¨ªa d¨®nde acudir para que me invitaran a una raya. A veces, en el ba?o de un bar del centro, si le quitas la tapa al soporte de papel higi¨¦nico, con los restos que quedan se puede preparar una", explica Laura.
La coca¨ªna tambi¨¦n se mueve en restaurantes de buen nivel. Rita, compradora habitual, cuenta que en estos casos adem¨¢s se limpia dinero negro."Siempre es igual. Comes, y al final, en vez de la carta de postres, dices: 'me traes un postre'. El camarero trae una caja de madera, como las de la cuenta. Dentro viene un gramo de coca, o dos, si has pedido dos postres. Luego aparece en la cuenta, junto con las bebidas y el men¨²", explica mientras ense?a una cuenta con la cena de dos personas por valor de 40 euros y un postre de 50 euros.
Pedro Vaamonde es camarero en el centro de Ibiza. Todos los d¨ªas pasan decenas de clientes a pedirle coca¨ªna. "Deben de creer que tengo un saco lleno bajo el mostrador". Lleva cinco a?os trabajando y ya tiene su clasificaci¨®n de los camellos del lugar. En primer lugar coloca a los clanes de Sa Penya, tres familias que controlan 26 puntos de venta de droga en el casco hist¨®rico. "Guardan la droga en los tejados, entre las basuras en la puerta de su casas, en las alcantarillas, agujeros de la pared o entre ropa", explica. Es el ¨²nico punto de venta de hero¨ªna en la isla, seg¨²n el delegado del Gobierno, Jos¨¦ Manuel Bar, quien aclara que todos est¨¢n controlados. Muestra un plano con los puntos de venta y los motes de los vendedores. "Los peores ya est¨¢n en la c¨¢rcel, y seguiremos meti¨¦ndolos, pero en cuanto cogemos a alguno el consumo se desplaza y es mejor tenerlo controlado", explica Bar.
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