En manos de fan¨¢ticos
Al Zarqaui, l¨ªder visible de Al Qaeda, expres¨® su satisfacci¨®n por los desastres causados por el hurac¨¢n Katrina. Seg¨²n su forma de interpretar los hechos, la tragedia ocurrida mayormente a humildes negros descendientes de esclavos era un castigo de Dios en respuesta a sus plegarias. Seg¨²n este fan¨¢tico, los inocentes deben pagar, a ser posible con sus vidas, por los "pecados" cometidos por los dirigentes de su pa¨ªs, lo mismo que cualquier ciudadano del mundo puede ser sacrificado mediante una bomba indiscriminada a esa visi¨®n delirante y monol¨ªtica de la realidad. No s¨¦ lo que pensar¨¢ ahora que Al¨¢ ha decidido tambi¨¦n castigarles a ellos con el terremoto de Pakist¨¢n; puede que, para que le cuadren los hechos en su esquema, diga que la culpa es del presidente del pa¨ªs, el colaborador y amigo de los americanos Musharraf.
Shaath, actual ministro palestino de Informaci¨®n, ha revelado que George W. Bush, en una conversaci¨®n privada, en la que tambi¨¦n se encontraba Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, dijo que fue Dios quien le pidi¨® que acabase con los terroristas en Afganist¨¢n y pusiese fin a la tiran¨ªa en Irak. Claro est¨¢ que el portavoz de la Casa Blanca lo ha negado. ?C¨®mo iba a hacer caso a la ONU, c¨®mo iba a escuchar a algunos de sus m¨¢s cercanos aliados, c¨®mo se iba a detener en zarandajas como que las armas de destrucci¨®n masiva no apareciesen, si las ¨®rdenes le ven¨ªan directamente de Dios? Lo que no s¨¦ es la forma en que se produce esa comunicaci¨®n. ?Utilizan Bush y Al Zarqaui el mismo sistema? Pues bien, en esas manos est¨¢ parte del destino del mundo. ?Que Dios nos coja confesados.
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