Criminal, no loco
Un m¨¦dico del Hospital Psiqui¨¢trico y Salud Mental Extrahospitalaria de ?lava, Rafael S¨¢nchez Bernal, remiti¨® el lunes pasado una carta que empieza as¨ª: "No s¨®lo soy lector habitual, sino tambi¨¦n suscriptor, por lo que a¨²n me duele m¨¢s que mi peri¨®dico, de forma desgraciadamente habitual, contribuya a mantener y potenciar el estigma que se asocia a las personas con enfermedad mental. Hoy, 10 de octubre, D¨ªa Mundial de la Salud Mental, al referirse a Abimael Guzm¨¢n, fundador de Sendero Luminoso, maestro del terror, un criminal que contribuy¨® a que hubiese 70.000 muertos en Per¨² entre 1980 y 2000, seg¨²n extracto textual recogido de su diario, lo hacen con el siguiente titular: El loco m¨¢s peligroso de Am¨¦rica".
El doctor S¨¢nchez Bernal critica a continuaci¨®n que se utilice el t¨¦rmino esquizofr¨¦nico para significar que una persona se debate entre dos posiciones contrapuestas (recuerda que se le ha atribuido al ministro Jos¨¦ Montilla una "situaci¨®n de esquizofrenia" en el debate del Estatuto de Catalu?a) y agrega: "Estas actuaciones hacen un da?o irreparable a los esfuerzos de luchar contra el estigma asociado a las personas con enfermedad mental, a la par que supone una injusta e inmerecida falta de respeto a los pacientes que padecen dichos trastornos, a sus familiares que d¨ªa a d¨ªa les cuidan, a las muchas asociaciones y a todos los profesionales que cada d¨ªa intentamos luchar desde nuestro puesto de trabajo contra dicho estigma".
La carta, suscrita tambi¨¦n por otros profesionales del hospital alav¨¦s, agrega: "Lamentablemente, a veces se asocia violencia y salud mental con mucha frivolidad, cuando est¨¢ demostrado con datos objetivos y cient¨ªficamente rigurosos la falsedad de dicha asociaci¨®n".
El titular citado en la carta -El loco m¨¢s peligroso de Am¨¦rica- se public¨® a cinco columnas encabezando un largo art¨ªculo de dos p¨¢ginas sobre Abimael Guzm¨¢n, el l¨ªder de Sendero Luminoso, que est¨¢ siendo juzgado en Per¨². En una conversaci¨®n telef¨®nica posterior, el lector subray¨® que ni en una sola l¨ªnea del art¨ªculo se hac¨ªa alusi¨®n a que Guzm¨¢n fuera un enfermo mental. "No es un loco; lo que cuenta el art¨ªculo es que es un terrorista y un criminal", agreg¨®.
El doctor S¨¢nchez Bernal tiene raz¨®n. El t¨¦rmino loco no es sin¨®nimo ni de asesino ni de terrorista, por lo que fue inadecuado utilizarlo en el titular. Pedimos por ello disculpas a quienes hayan podido sentirse ofendidos por ¨¦l.
Pero, m¨¢s all¨¢ de este caso concreto, la carta expone el malestar generalizado entre los m¨¦dicos que tratan esas enfermedades, los pacientes, sus familiares y las asociaciones que los agrupan por el tratamiento que recibe la enfermedad mental en los medios de comunicaci¨®n, incluido este diario. Se trata de un malestar que ya qued¨® apuntado en el art¨ªculo que publiqu¨¦ el 4 de septiembre pasado.
La Confederaci¨®n Espa?ola de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales (Feafes) elabor¨® hace dos a?os una Gu¨ªa de estilo dirigida a los medios de comunicaci¨®n, en cuyo pre¨¢mbulo aborda el origen de los prejuicios sobre esas enfermedades: "Visiones e interpretaciones err¨®neas perjudicaron durante siglos a las personas que padecieron enfermedades mentales, desde su asociaci¨®n con la posesi¨®n demoniaca o inspiraci¨®n divina de la antig¨¹edad, hasta el nazismo, que los proclam¨® indignos de vivir, y hasta hace pocas d¨¦cadas vivieron aislados de la sociedad, encerrados en asilos o manicomios. Afortunadamente, hoy en d¨ªa sabemos qu¨¦ es una enfermedad mental y c¨®mo tratarla. ?Por qu¨¦ se mantienen los prejuicios?".
Una de las ideas infundadas que est¨¢ m¨¢s extendida entre la poblaci¨®n es, como apuntaba el doctor S¨¢nchez Bernal, la vinculaci¨®n de la enfermedad mental con la violencia. De acuerdo con la corriente dominante en la psiquiatr¨ªa, este m¨¦dico mantiene que no es cierto que estos enfermos sean m¨¢s violentos. Por el contrario, asegura que son ya muchas las investigaciones que concluyen que esas personas son m¨¢s susceptibles de sufrir agresiones.
Para apoyar esta ¨²ltima afirmaci¨®n remiti¨® al diario la referencia de un art¨ªculo publicado en agosto en la revista Archives of General Psychiatry que informa de un estudio efectuado en Chicago con 936 personas que padecen enfermedades mentales graves. La cuarta parte de ellas hab¨ªa sido v¨ªctima de actos violentos durante el a?o anterior, lo que da una tasa que multiplica por 12 la de agredidos entre la poblaci¨®n general.
Bajo el ep¨ªgrafe 'Alejar la enfermedad mental de la cr¨®nica de sucesos', la citada Gu¨ªa de estilo de Feafes aborda as¨ª el tema de la violencia: "Una conducta violenta no puede justificarse s¨®lo a causa de una enfermedad mental. Las personas con enfermedad mental tienen la misma posibilidad de cometer un acto delictivo que cualquier otra. Las personas con enfermedad mental, con tratamiento psiqui¨¢trico y un entorno social y familiar adecuado pueden y deben vivir en la sociedad sin que esto suponga un riesgo para nadie".
La lectura detenida de este p¨¢rrafo deja en el aire una pregunta importante: ?puede haber riesgo si no hay tratamiento psiqui¨¢trico y el entorno social y familiar no es el adecuado?
Enrique Echebur¨²a, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, responde que s¨ª. En la mayor parte de los casos, agrega, la persona que padece una enfermedad mental no es m¨¢s violenta que las dem¨¢s y, dependiendo de las circunstancias sociales, puede realmente ser m¨¢s vulnerable. "Pero algunas personas con trastornos psic¨®ticos muy espec¨ªficos y en ciertas situaciones s¨ª pueden comportar peligro", precisa.
El profesor vasco cuenta que es b¨¢sicamente el abandono de la medicaci¨®n, que muchas veces est¨¢ relacionado con la p¨¦rdida de apoyo familiar o social, lo que puede imprimir un giro negativo al comportamiento de personas con determinados trastornos psic¨®ticos. Agrega que el problema se agrava si el enfermo es consumidor de alcohol u otras drogas.
En resumen: unas pocas personas con enfermedad mental realizan actos violentos, pero son muchas m¨¢s las que los padecen. Sin embargo, los medios de comunicaci¨®n suelen prestarles mucha m¨¢s atenci¨®n cuando son los agresores que cuando son las v¨ªctimas de la violencia.
La carta del doctor S¨¢nchez Bernal concluye as¨ª: "Les ruego que, como las palabras conmueven pero el ejemplo arrastra, hagan una autocr¨ªtica y un serio esfuerzo por llamar a cada cual y a cada situaci¨®n por su nombre, y traten con el respeto que se merecen a los pacientes con enfermedad mental". Es un ruego que los periodistas deber¨ªamos atender.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 913 37 78 36.
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