Rossi juega al gato y el rat¨®n
El italiano suma su und¨¦cima victoria de la temporada y a falta de dos carreras est¨¢ a una del r¨¦cord de Doohan
Consciente de que su superioridad en la pista es total ya desde hace a?os, Valentino Rossi se impone ¨¦l mismo los retos. Ayer logr¨® en Phillip Island su und¨¦cimo triunfo de la temporada, una marca nunca alcanzada por ning¨²n piloto a lomos de una Yahama. ?l mismo gan¨® once carreras en las campa?as 2001 y 2002, pero lo hizo agarrado al semimanillar de una Honda. A sus 26 a?os, el risue?o heptacampe¨®n del mundo ha fijado ahora su nuevo blanco. Y este no es otro que Mick Doohan, poseedor del r¨¦cord absoluto de victorias en un s¨®lo a?o, las doce que consigui¨® en 1997, y de quien Rossi hered¨® el equipo cuando el australiano colg¨® el mono.
Rossi declar¨® a su llegada a Australia que su estrategia para la carrera en el trazado donde hab¨ªa vencido los ¨²ltimos cuatro a?os distar¨ªa mucho de la que habitualmente exhibe. Si las condiciones de la pista se lo permit¨ªan y su Yamaha M1 respond¨ªa, Vale tratar¨ªa de escaparse en solitario a las primeras de cambio. Ocurri¨®, sin embargo, que el italiano se coloc¨® en cabeza de la formaci¨®n desde la segunda vuelta, trat¨® de marcharse pero Nicky Hayden y Marco Melandri se fueron a por ¨¦l. El tr¨ªo que comandaba la carrera se convirti¨® en un d¨²o cuando Melandri, sensiblemente m¨¢s lento que Rossi y Hayden, qued¨® descolgado en la octava vuelta. Cinco vueltas le bastaron a Valentino para aseverarse de que abandonar al piloto de Honda se adivinaba tarea imposible ayer, y cambi¨® su estrategia diametralmente. Con el norteamericano pegado a su rueda trasera y Melandri a 2,5 segundos, Rossi baj¨® ostensiblemente el ritmo y, en medio de la recta principal del circuito aussie, il dottore se apart¨® y s¨®lo le falt¨® indicar con el brazo por donde quer¨ªa que el estadounidense le rebasara. Rossi permit¨ªa la llegada de Melandri y Carlos Checa y, de este modo, ¨¦l mismo creaba una nueva carrera en funci¨®n de sus intereses. El control de Vale es tan evidente que puede permitirse el lujo de liderar una carrera y, viendo la senda que le llevar¨¢ el triunfo es distinto al que traza su M1, bajar el ritmo para reorganizar lo que ocurre a su espalda.
Dos giros estuvo Rossi detr¨¢s de Hayden para, a once para el final, rebasarlo como si de un avi¨®n se tratara, sin oposici¨®n posible del de Kentucky. Fue entonces cuando el de Tavullia se mostr¨® imparable. Cuando la formaci¨®n rueda a su antojo y decide saltar, no existe piloto en la parrilla que pueda siquiera oler a un Rossi que ayer pas¨® a rodar ocho d¨¦cimas m¨¢s r¨¢pido que los dem¨¢s cuando quiso decir "ciao". En dos vueltas logr¨® una renta de 1,2 segundos con respecto a Hayden quien, con el cuchillo entre los dientes y exprimiendo los 240 caballos de su Honda como alma que lleva el diablo, observ¨® como la Yamaha azul con el 46 en amarillo le otorgaba a la f¨¢brica nipona el t¨ªtulo de constructores un lustro despu¨¦s. Rossi ha conseguido el triplete este a?o. Primero se alz¨® con el t¨ªtulo de pilotos, despu¨¦s con el de equipos, y ayer se sum¨® el de constructores.
Detr¨¢s del italiano y gracias a la superior potencia de las Ducati, con la velocidad punta m¨¢s alta de toda la parrilla (33kil¨®metros por hora), Carlos Checa rebas¨® en la misma l¨ªnea de meta a Marco Melandri, y logr¨®, de ¨¦ste modo, su segundo podio de la temporada tras el cosechado en Malasia, donde Rossi se asegur¨® su s¨¦ptima corona de campe¨®n del mundo. De Sete Gibernau apenas hubo noticias. Acab¨® quinto, alejado de la obra que represent¨® magistralmente il dottore: el gato y el rat¨®n.
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