Myers infla el globo

El espectacular y singular proyecto del Akasvayu empez¨® con buen pie. La receta es vieja. Se gasta un fortun¨®n, se ficha a todo bicho viviente y a ganar se ha dicho. S¨®lo que esta vez quien la ha puesto en pr¨¢ctica es un modesto club, de una peque?a ciudad, Girona, un equipo que la pasada temporada no descendi¨® por un pelo. Mal le fue la pretemporada pese a los ocho fichajes que hizo. Y mal estuvo a punto de irle en el estreno. Si el globo no se pinch¨® de buenas a primeras fue por dos razones primordiales. La primera, porque en las filas del Akasvayu sigue Terrell Myers, la segunda porque el Real Madrid, corto de plantilla y de juego, ech¨® por la borda su meritorio trabajo anterior y desperdici¨® ocho puntos de ventaja en los ¨²ltimos tres minutos (62-70).

Myers, un escolta de Connecticut, formado en la Universidad de Saint Joseph y que prosigui¨® su carrera en la ciudad inglesa de Sheffield, le dio al Akasvayu un triunfo por el que suspiraba por varias razones, entre las m¨¢s poderosas: avivar las expectativas que ha generado a base de talonario y fichajes de post¨ªn y, demostrarse a s¨ª mismo que es competitivo como el que m¨¢s. El rival, en ese sentido, no pod¨ªa ser mejor, el campe¨®n, el Real Madrid.

Empez¨® como un trueno el Akasvayu. Con una inspiraci¨®n inusual en los triples puso tierra de por medio, con un primer cuarto y medio de libro: 33-19. Pero el Real Madrid, muy superior en el rebote y de la mano de Bullock y Sonko, le dio la vuelta a la tortilla y lleg¨® al tramo final con una ventaja que despilfarr¨®.

La jefatura de Ra¨¹l L¨®pez parece indiscutible. Otra cosa son sus inconvenientes f¨ªsicos, que coartan su velocidad de crucero. Es un base espl¨¦ndido, tan capaz de mover con mano de seda a su equipo como de resolver una acci¨®n por la v¨ªa r¨¢pida lanzando desde fuera. Pero tanto ¨¦l como su equipo sufrieron para echarle el lazo a Bullock, cuyo poder resolutivo le solvent¨® buena parte de la papeleta al Madrid tras su flojo inicio. Entre unas cosas y otras, Ra¨¹l no jug¨® los minutos finales, en los que el esloveno Udrih ocup¨® su puesto.

Denota el equipo gerundense una descompensaci¨®n en la suma total del talento de sus p¨ªvots. Es magn¨ªfico V¨¢zquez, no perdona en sus reversos y en sus tiritos de tres a cuatro metros Gabriel, Thompson es canela fina. Todo eso est¨¢ muy bien. Pero entre todos ellos no alcanzan la rocosidad defensiva y reboteadora deseable. Encima, V¨¢zquez puso de relieve el evidente problema que tiene por su tendencia a cargarse de faltas personales. Eso le coart¨® durante muchos minutos y dej¨® en inferioridad de condiciones a su equipo. Hern¨¢ndez-Sonseca le gan¨® la partida en el rebote.

Cierto es que Edu Torres no pudo contar con Roberto Due?as, lesionado. El concurso del gigante del Bar?a se antoja vital para el equipo gerundense, teniendo en cuenta las caracter¨ªsticas del resto de sus p¨ªvots, muy finos, muy vistosos pero necesitados de mayor contundencia. Por eso Torres fich¨® a Kammerichs, el alero provinente del Pamesa, que anda fuerte precisamente en los aspectos de los que cojean sus compa?eros m¨¢s altos.

Maljkovic no dispuso en Girona de mucho banquillo al que recurrir. Reci¨¦n llegado Hamilton, fue el ¨²nico jugador del que pudo echar mano con alguna posibilidad de que aportara consistencia al quinteto inicial que aline¨®. Tal y como est¨¢ la plantilla madridista, las ausencias de Rakocevic y Hervelle, resultaron especialmente trascendentes. El croata Tomas, todav¨ªa un poco pez, apunta buenas cosas pero del resto de jugadores apenas hubo noticias. Pero lo peor con diferencia del Madrid fue su err¨¢tico juego en los minutos finales en los que perdi¨® varias veces la posesi¨®n del bal¨®n y fue acribillado a triples por Myers, que mantuvo hinchado el globo del Akasvayu.