Liberia vota paz
Con Liberia aparentemente encaminada a una segunda vuelta para decidir qui¨¦n ser¨¢ su presidente, el milagro es que este peque?o pa¨ªs de ?frica occidental haya conseguido celebrar esta semana unas elecciones pac¨ªficas tras 14 a?os de guerra civil, que se cobraron m¨¢s de un cuarto de mill¨®n de vidas. Seg¨²n los datos de ayer, una ex estrella del f¨²tbol internacional, George Weah -El Rey, h¨¦roe para los j¨®venes-, y una economista y pol¨ªtica veterana, educada en Harvard, Ellen Johnson-Sirleaf, se disputar¨¢n como candidatos m¨¢s votados la jefatura del Estado por la voluntad de alrededor de un mill¨®n de electores. Populismo radical frente a experimentada tecnocracia.
Liberia fue, desde finales de los ochenta y hasta hace un par de a?os, uno de los grandes mataderos de ?frica. Su interminable guerra civil, sus ¨¦xodos masivos, han exportado conflictos brutales a toda la regi¨®n, desde Sierra Leona a Guinea y Costa de Marfil. Charles Taylor, su presidente hasta 2003, un miliciano genocida ahora refugiado en Nigeria, saque¨® -y otros antes que ¨¦l- un territorio rico en mineral de hierro, madera y caucho, de cuyas ciudades y pueblos se ense?oreaban ni?os y adolescentes drogados armados con fusiles de asalto. De aquella pesadilla, finalizada hace dos a?os gracias a la intervenci¨®n internacional, queda un pa¨ªs devastado, vigilado por 15.000 cascos azules de la ONU, sin escuelas, hospitales o infraestructuras, donde incluso la capital, Monrovia, carece de agua o electricidad. Hasta los ra¨ªles del ferrocarril han sido vendidos a chatarreros chinos, y m¨¢s de 30.000 combatientes desarmados de todos los bandos esperan en la miseria un trabajo.
Pero los liberianos quieren volver a vivir y han protagonizado las primeras elecciones relativamente libres en sus casi 160 a?os de historia, sin violencia significativa y calificadas de aceptables por los observadores extranjeros. Que el pa¨ªs africano consiga estabilizarse o regrese al caos de las ¨²ltimas d¨¦cadas tiene profundas implicaciones para toda la regi¨®n. El gui¨®n prev¨¦ que el actual Gobierno de transici¨®n, integrado por representantes de las diferentes facciones, d¨¦ paso a un presidente respetado por la comunidad internacional. Probablemente importa poco en esta fase si el pr¨®ximo jefe del Estado es la dama de hierro Johnson-Sirleaf o un ex futbolista venerado y rico que no ha pasado de la escuela primaria. Liberia necesita, sobre todo, manos limpias de sangre.
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