Bananas
"Desde el d¨ªa de hoy el idioma oficial en la Rep¨²blica de San Jos¨¦ ser¨¢ el sueco y los hombres llevar¨¢n los calzoncillos por fuera". Esta parodia pol¨ªtica, la recordar¨¢n, pertenece a la pel¨ªcula de Woody Allen Bananas. Que haya ocho f¨®rmulas para definir la entidad nacional de Catalu?a todav¨ªa no pertenece a ning¨²n gui¨®n cinematogr¨¢fico, pero alg¨²n d¨ªa llegar¨¢ a las pantallas y esperemos que, a falta de humor, no sea como tragedia. Desde hace tiempo, tanto con el plan Ibarretxe como con el nuevo Estatut, le quieren cambiar a uno cosas fundamentales de su vida -incluso de d¨®nde es, en qu¨¦ hablar, c¨®mo tiene que rotular una tienda en Barcelona-, y nadie se va corriendo al videoclub a coger la pel¨ªcula de Allen para ver qu¨¦ es lo que va a pasar al final. Lo cierto es que cuando vi la pel¨ªcula me re¨ª mucho.
Es verdad que no se les puede hacer mucho caso cuando hablan algunos pol¨ªticos, casi todos. Salen ante la peque?a pantalla del sal¨®n de tu casa a meterte el miedo en el cuerpo y luego no pasa nada. ?No pasa nada o pasa todo lo contrario? Como cuando sali¨® en septiembre la ministra de Medio Ambiente a augurarnos un futuro de sequ¨ªa y pedirnos que nos prepar¨¢ramos para ello. A los pocos d¨ªas Catalu?a sufre inundaciones y la lluvia provoca problemas en Andaluc¨ªa y Madrid. Viene a ser como aquella vez que en le hicieron rogativas en Navarra a la Virgen de Uju¨¦ y el subsiguiente pedrisco destroz¨® la cosecha. La jota que desde entonces se canta no es reproducible aqu¨ª. Que no salga la ministra a predecir el tiempo que le van a sacar una jota. Aunque las autoridades auton¨®micas, que no escarmientan en cuerpo ajeno, ya han anunciado que para el a?o que viene volver¨¢ a aparecer la famosa ola de Mundaka. Que no sea un tsunami.
Es para que la cosa p¨²blica en este pa¨ªs se pueda mirar con guasa, ?o no? En Alemania los ciudadanos deciden en las elecciones un empate t¨¦cnico entre los dos partidos principales. Alemania est¨¢ atravesando por graves problemas estructurales. Alemania s¨ª que pasa una profunda crisis, tanto en lo social como en el plano institucional. Sufre paro, recesi¨®n, d¨¦ficit y el sistema federal ha colapsado la vida pol¨ªtica. Ante esta situaci¨®n y el resultado electoral, socialdem¨®cratas y democristianos formulan un gobierno de coalici¨®n para hacer frente a los retos planteados.
?Qu¨¦ es lo que han destacado aqu¨ª nuestros pol¨ªticos? Rajoy nada m¨¢s enterarse de que la se?ora Merkel iba a ser la canciller lo anunci¨® como una victoria propia, e inmediatamente diferentes portavoces socialistas corrigieron el tono triunfal de don Mariano explicando que los socialistas tienen m¨¢s y m¨¢s importantes carteras que el partido de Merkel. A ninguno se les ocurri¨® poner en valor lo que ha supuesto el encuentro entre estos dos grandes partidos, sin duda porque los nuestros est¨¢n sometidos a la din¨¢mica de una obra de gui?ol a base de estacazos sobre nuestra entidad nacional.
No hay m¨¢s que observar la prensa para comprobar que el distanciamiento entre los dos grandes partidos en Espa?a va a rondar el l¨ªmite de lo permitido durante los debates estatutarios que se nos avecinan. Electoralmente, les puede parecer a ambos un hecho positivo: las opciones se ven claras y el enfrentamiento puede alimentar adhesiones apasionadas, pero est¨¢n rompiendo el espacio com¨²n de la pol¨ªtica que se marc¨® hace treinta a?os. Supone el deterioro de la pol¨ªtica, y esto no es bueno para nadie.
Fue Churchill quien dijo que lo ¨²nico que te sobresaltaba en democracia a las seis de la ma?ana era el lechero. Aqu¨ª nos aburrimos de la normalidad democr¨¢tica y caminamos, sobresalto sobre sobresalto, con reformas muy importantes a manera de ducha escocesa. Vamos del plan Ibarretxe al nuevo Estatut, generando un clima pol¨ªtico turbio, sin referentes estables, que debilita al Estado y hace muy dif¨ªcil acabar con dolorosas hipotecas del pasado, entre ellas el terrorismo de ETA. No es posible que nadie crea que a base de rupturas con apariencia de reformas se va a propiciar un clima adecuado para acabar con ¨¦l. M¨¢s bien, todo lo contrario. Un pa¨ªs institucionalmente tan inestable anima a cualquier osado a actuar a la brava y seguir en ello hasta la consecuci¨®n de todos sus objetivos, hasta la victoria final.
?Qu¨¦ divertida es la pel¨ªcula Bananas!
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