El Colegio Universitario de Castell¨®n, pionero de la Internet espa?ola en 1993
Carles Bellver, cofundador del primer servidor web: "Dije que la web no llegar¨ªa a ning¨²n sitio" - Tres meses despu¨¦s, apareci¨® el segundo servidor p¨²blico espa?ol, en la Universidad de Cantabria
Lo m¨¢s curioso del primer servidor web p¨²blico de Espa?a es que pod¨ªan haberlo montado antes, pero no le vieron futuro. Prefirieron poner en marcha un servidor gopher, tambi¨¦n el primero del pa¨ªs y que les cost¨® noches en vela. Meses despu¨¦s, en septiembre de 1993, este grupo de amigos, empleados en la Universitat Jaume I de Castell¨®n, se atrev¨ªan por fin con la web.
Nada fue por generaci¨®n espont¨¢nea. El inform¨¢tico Toni Bellver y el profesor Jordi Adell llevaban a?os viviendo la revoluci¨®n. Primero, mediante un terminal que conectaba el Colegio Universitario de Castell¨®n, por un m¨®dem de 600 baudios, con la Universidad de Valencia. Desde all¨ª entraban en BitNet, una Red acad¨¦mica, precursora de Internet.
"Era todo en blanco y negro y todos ¨¦ramos hermanos", recuerdan Adell y Bellver: "Era una Internet de medio mill¨®n de usuarios como mucho, el 90% acad¨¦micos".
"No resistimos la tentaci¨®n de escribir a Tim Berners-Lee y decirle: Hemos montado un servidor, ap¨²ntanos a la lista", rememora Adell. Era septiembre de 1993.
Recuerda Adell: "Para pedir un programa escrib¨ªamos un mensaje y, si no te equivocabas tecleando, al d¨ªa siguiente empezabas a recibir 10, 20 mensajes. El programa estaba segmentado en estos trozos, lo extra¨ªas, lo juntabas, lo descomprim¨ªas y a ver si funcionaba".
En tan precarias condiciones se manejaban. Pero, recuerda Adell, "sobre todo, era divertido". Cuando acababan el trabajo diario, la obsesi¨®n era reunirse para probar cosas nuevas. Adell sol¨ªa so?ar con ello: "Cuando mont¨¢bamos el servidor gopher, ten¨ªamos un problema que no sab¨ªamos c¨®mo solucionar. Un d¨ªa, me despert¨¦ y dije: ?Es as¨ª! Lo probamos y funcion¨®".
Confirma Bellver: "La Internet b¨¢sicamente se desarroll¨® porque era divertida. Si no, no habr¨ªa ido a ning¨²n sitio. El montaje actual, de que esto debe tener un beneficio econ¨®mico inmediato, mata las ideas buenas. ?Qu¨¦ sentido empresarial ten¨ªa entonces una operaci¨®n as¨ª? A lo mejor era m¨¢s caro enviar un documento por la Red que f¨ªsicamente".
En 1991, el Colegio de Castell¨®n se convirti¨® en Universitat Jaume I (UJI) y se conect¨® a Internet, aprovechando que RedIris ofrec¨ªa gratuitamente un router y l¨ªnea a las universidades. Fue un regalo para los dos amigos, que se dedicaban a aprender c¨®mo funcionaba la Red, buscar sitios con programas y manuales, y consultar los grupos de noticias.
"Era todo en blanco y negro y todos ¨¦ramos hermanos", dice Adell. A?ade Bellver: "Era una Internet con medio mill¨®n de usuarios, el 90% acad¨¦micos. Sin correo basura. Preguntabas cualquier cosa y te contestaban 10 personas que sab¨ªan del tema, de buena fe". En Espa?a, las reuniones de RedIris, donde estaban los interesados en Internet, no pasaban de 40 personas: "Cab¨ªamos en un autob¨²s y, al acabar, ¨ªbamos de tapas", recuerdan.
La UJI se llen¨® pronto de ordenadores y cre¨® una Red interna. Ahora, la preocupaci¨®n de Adell y Bellver es "c¨®mo distribuir electr¨®nicamente la informaci¨®n, qu¨¦ canales digitales de transmisi¨®n debemos usar en el campus. No tiene sentido hacer la lista de tel¨¦fonos de la universidad en papel, cuando cambia constantemente. Esta es una de las razones que nos llevan a los servidores gopher y web".
Entonces, se unen al equipo Carles Bellver, Enric Navarro y Enric Silvestre. ?ste muestra la web a Toni Bellver, que recuerda: "Lo miramos, pero no ten¨ªa nada que ver con la actual, era un cliente s¨®lo de texto; ibas a los enlaces con el cursor, sin im¨¢genes. Pronostiqu¨¦ que no llegar¨ªa lejos porque ten¨ªas que construir la informaci¨®n a posta, en HTML. En cambio, con gopher cog¨ªas el documento, lo convert¨ªas a texto y pod¨ªas colgarlo". As¨ª que montaron un servidor gopher, en 1992, el primero p¨²blico en Espa?a, con informaci¨®n de la universidad. "Fue una demostraci¨®n, decir: 'Mirad, es posible'. Siempre hemos sido atrevidos a la hora de poner las cosas a disposici¨®n p¨²blica, mientras que otra gente, m¨¢s inform¨¢tica, experimentaba lo mismo pero no lo hac¨ªa p¨²blico", explica Bellver.
Lo mismo pas¨® con el servidor web: "Antes de hacer p¨²blico el nuestro, ya hab¨ªa gente que lo probaba. Hasta que no apareci¨® el navegador Mosaic, nadie cre¨ªa en la web, pero Mosaic nos impact¨®: mostraba fotos y texto a la vez; fue brutal, dif¨ªcil de explicar hoy, como si del ordenador saliese un holograma. Nadie resiste la tentaci¨®n de montar un servidor", dice Bellver.
"Ni nosotros resistimos la tentaci¨®n de escribir a Tim Berners-Lee y decirle: Hemos montado uno, ap¨²ntanos a la lista", rememora Adell. Era septiembre de 1993 y en el mundo no hab¨ªa ni 70 servidores web p¨²blicos.
El de la UJI era una copia de la p¨¢gina del National Center for Supercomputing Applications, que desarroll¨® Mosaic. Hab¨ªa un enlace al gopher de la universidad, otro a la base de datos de la biblioteca y otro al directorio tel¨¦fonico.
El primer contenido hipertextual que elabor¨® el grupo fue un informe sobre la pel¨ªcula Blade Runer: "Sudamos la gota gorda porque no ten¨ªamos ni idea de escribir en HTML; as¨ª aprendimos", dice Bellver. En diciembre, apareci¨® el segundo servidor web p¨²blico espa?ol, en la Universidad de Cantabria. Mientras, Jordi Adell empez¨® una aventura de recopilaci¨®n de webs espa?olas, que acab¨® siendo el afamado buscador D¨®nde. Lo cerr¨® en junio de 1999, cuando llevaba indexados 45.000 recursos. Su muerte marca un antes y un despu¨¦s de la Internet espa?ola, que empieza a sumergirse en la burbuja econ¨®mica.
De los viejos tiempos, dice Adell: "?ramos ingenuos y optimistas, dot¨¢bamos a la tecnolog¨ªa de poderes que no ten¨ªa. Est¨¢bamos convencidos de que mejorar¨ªa a la humanidad, pero la tecnolog¨ªa es lo que los hombres y mujeres quieren que sea". Y concluye: "No hemos sido tan rompedores como parece. ?ramos unos pelagatos que, con cuatro hierros y cuatro palos, montaban algo que era visible; pero es que no hab¨ªa nada, todo estaba por inventar en Internet".
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