La serenidad reflexiva
(A Eduardo Haro Tecglen, con el que tantos momentos inolvidables he compartido).
La sobriedad de Alfred Brendel es s¨®lo aparente. Almacena tanta cultura y civilizaci¨®n en sus versiones, que la ¨¦tica y la est¨¦tica que se derivan de ellas son en primer lugar un ejercicio de s¨ªntesis. Su manera de tocar tiene la fantas¨ªa de la sencillez y la sabidur¨ªa del estilo cl¨¢sico bien asimilado. No es un pianista espectacular, ni falta que hace. Lo que al final presenta es el resultado de muchas horas de estudio, de cimentar una experiencia desde la luminosidad de la tradici¨®n. Su forma de acercarse a Beethoven se dibuja a partir de la meditaci¨®n. Es serena, reflexiva, reveladora de lo que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de las notas. M¨¢s apol¨ªnea que dionisiaca, pero siempre fascinante.
Ciclo de Grandes Int¨¦rpretes
Alfred Brendel (piano). Obras de Mozart, Schumann, Schubert y Beethoven. Organiza Fundaci¨®n Scherzo y patrocina EL PA?S. Auditorio Nacional, 18 de octubre.
En la Sonata n¨²mero 15 el tiempo alcanza valores quintaesenciados. Tras el allegro inicial, de una hermosura portentosa, la sensibilidad se dilata, si cabe, en el andante, a base de una t¨¦cnica portentosa en funci¨®n exclusivamente de la musicalidad del discurso formal. Mozart, en las infrecuentes variaciones sobre un minueto de Dupont, es contemplado con tanta delectaci¨®n como gracia. Los momentos musicales de Schubert son una invitaci¨®n al placer, y la Kreisleriana, de Schumann, un ejemplo de equilibrio y comprensi¨®n. La naturalidad de la exposici¨®n tiene una eficacia comunicadora inmediata. Todo parece tan f¨¢cil, tan cercano, que uno acaba sin remedio totalmente prendado del artista y su equipaje musical.
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