El decano de los concejales
El teniente de alcalde de Villamanrique de Tajo, Carmelo Mart¨ªnez, de 88 a?os, es el cargo pol¨ªtico de m¨¢s edad de la regi¨®n
Cada ma?ana, Carmelo Mart¨ªnez Saz se levanta a las siete, da de comer a sus 20 gallinas, compra el pan, hace los recados y, a las diez de la ma?ana, ya est¨¢ en el Ayuntamiento para atender a sus vecinos. Mart¨ªnez es teniente de alcalde, por el PP, en Villamanrique de Tajo, un municipio de 650 habitantes, al sur de la regi¨®n. Ni el paso por un campo de concentraci¨®n de Ordu?a (Vizcaya), donde recuerda que "hab¨ªa piojos como habas", ni las heridas de guerra, ni una dura operaci¨®n de est¨®mago, han podido con Mart¨ªnez, quien, a los 88 a?os, es el pol¨ªtico m¨¢s activo de su pueblo. "Dedico a esto 25 horas de mi d¨ªa. ?Si hace falta, morir¨¦ en el puesto de concejal! Ya estoy pensando en la reelecci¨®n", cuenta entre risas.
Ha ido en las listas de UCD, PP y PSOE porque opina que el partido es lo de menos
"A m¨ª no me gusta estar parado, y por eso me met¨ª en el Ayuntamiento"
Lleg¨® a Villamanrique, donde su padre era pastor, con cinco a?os, aunque hab¨ªa nacido en Villarejo de Salvan¨¦s. S¨®lo pudo ir a la escuela hasta los ocho a?os y luego se dedic¨® al pastoreo, hasta que a los 14 se plant¨®: "No me gustaba trabajar con las ovejas. As¨ª que me busqu¨¦ la vida donde pude, como en las salinas de Carcaballana [Cuenca], hasta que me llamaron a filas. Luego lleg¨® la guerra", recuerda. Despu¨¦s, empez¨® a trabajar en una central el¨¦ctrica que le dio de comer a ¨¦l y su familia durante 41 a?os. Cuando se jubil¨®, volvi¨® de nuevo al pueblo. Entonces comenz¨® su carrera como pol¨ªtico municipal. De aquello hace ya m¨¢s de 20 a?os.
"Unas elecciones me present¨¦ por UCD, y ya no lo he dejado desde entonces. A m¨ª no me gusta estar parado y me met¨ª en el Ayuntamiento, por no estar en un banco por ah¨ª sentado", explica quit¨¢ndole importancia. Aunque dice que le han insistido varias veces para que sea alcalde, nunca le ha interesado: "No he querido nunca, aunque me lo han pedido mucho. Era demasiada responsabilidad".
A Carmelo Mart¨ªnez le gusta pisar el acelerador del coche: es un amante de la velocidad. Por eso el alcalde, Marino Garc¨ªa H?ering, del PP, confiesa que a veces le da "un poco de miedo" montar con ¨¦l, pero que al final accede porque el concejal, "en el coche, como en todo, es un hombre de fiar". "Es un compa?ero muy leal, responsable, respetado, y muy completo. La ¨²nica pena que tengo es que tenga 88 a?os y que no me vaya a durar para siempre" afirma Garc¨ªa H?ering.
Este edil octogenario no le tiene miedo al trabajo y hace de todo: "Como estoy jubilado y puedo dedicarme al cien por cien al Ayuntamiento, hago lo que haga falta. Ando con la electricidad, el alumbrado p¨²blico; a veces, con las obras, porque el concejal de Urbanismo es fontanero y en ocasiones est¨¢ muy ocupado y no puede con todo...", explica.
Afirma que como pol¨ªtico sufre peores condiciones laborales que cuando trabajaba en la central el¨¦ctrica: "Ni tenemos vacaciones, ni cobramos sueldo ni nada. El trabajo que hacemos es por la cara, nada de dinero, aunque digo yo que alguna recompensa deb¨ªamos tener, ?no?".
El alcalde no escatima elogios cuando habla de su compa?ero de equipo: "Entiende de todo: del campo, de electricidad, de fontaner¨ªa... Es un hombre muy preparado para su edad y la vida que ha llevado. Lee y est¨¢ informado. Con ¨¦l se aprende todos los d¨ªas. Cuando se discute de algo y Carmelo habla, se le escucha, porque suele acertar", cuenta.
Cuando Mart¨ªnez entra en casa, las tornas cambian: all¨ª "el ama" es su esposa, Elena. "Me da permiso para que mande yo", bromea Elena Gurrutxaga Manzanares, de 83 a?os. Cuenta que su marido es un tipo dialogante, aunque a veces "se le va de las manos" y "gru?e y discute, pero no fuerte, hablando nada m¨¢s". Y como todo pol¨ªtico, tambi¨¦n pasa momentos de des¨¢nimo: "Yo le doy fuerzas. Le digo: '?Anda, no te desanimes!'. Unos hablan bien, otros mal... Pero en el fondo, le quieren mucho. Yo creo que si no fuera por ¨¦l, el Ayuntamiento no funcionar¨ªa bien".
Hace seis a?os, el que fuera entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, entreg¨® al concejal de Villamanrique una placa como agradecimiento a su carrera pol¨ªtica. Entonces ya era el cargo electo mayor de la Comunidad de Madrid. No sab¨ªa entonces lo que le quedaba por delante: "?Uy!, y a¨²n me queda cuerda y guerra que dar. A la siguiente tambi¨¦n me presento. No pienso dejarlo mientras pueda, porque me porto bien con la gente y con el pueblo, y ellos est¨¢n contentos conmigo".
Carmelo Mart¨ªnez tarda, pero al final confiesa su secreto para la vida eterna: la clave est¨¢ en los guisos de Elena. "Es la mejor cocinera de Villamanrique de Tajo. En esta casa, ricos no seremos pero es donde mejor se come de todo el pueblo. Y eso, al final, se nota".
De rojo a edil de la derecha
Carmelo Mart¨ªnez ha militado en tres partidos: UCD, PSOE y PP. Pero en el pueblo a nadie le importa. "S¨ª, aqu¨ª no se vota a los partidos, sino a las personas. Y a m¨ª, en Villamanrique, la gente me dice que me aprecia", explica el edil. "Muchas veces son las circunstancias las que te llevan a un partido o a otro", se justifica.
As¨ª le ocurri¨®, por ejemplo, en la Guerra Civil. Mart¨ªnez ten¨ªa 19 a?os. Primero combati¨® en las filas de los rojos y luego con los nacionales. Empez¨® siendo republicano porque era lo que tocaba en su pueblo. "Era ley de vida", asegura.
El alcalde de Villamanrique, Marino Garc¨ªa H?ering, le quita importancia al supuesto transfuguismo de su concejal: "Los pueblos peque?os no est¨¢n tan politizados como las grandes ciudades. Se vota m¨¢s a la persona que a las siglas. No importa el signo del candidato o si se cambia de partido. Lo importante es confiar en ¨¦l, y este pueblo conf¨ªa en Carmelo", asegura contundente.
Mart¨ªnez reconoce que "ahora" es un poco m¨¢s de derechas y que est¨¢ preocupado por la pol¨ªtica nacional: "Estamos un poco fastidiados. [El presidente] Zapatero nos va a meter en un l¨ªo. Entre la ETA, que anda haciendo de las suyas, y ¨¦l, que quiere hacerse su amigo... No s¨¦ yo", concluye.
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