La debilidad del r¨¦gimen condujo a la transici¨®n, dice el historiador Pere Ys¨¤s
Gabriel Jackson abre un congreso sobre el proceso que llev¨® a la democracia
La clase pol¨ªtica franquista era consciente de la debilidad de la dictadura desde los a?os sesenta, algo que cuestiona, seg¨²n historiadores reunidos en el congreso La transici¨®n de la dictadura a la democracia, inaugurado ayer en el CCCB por Gabriel Jackson, el papel de liderazgo atribuido con frecuencia a los llamados "reformistas" del r¨¦gimen en el dise?o de los acuerdos que condujeron a la Constituci¨®n de 1978. El congreso, que contin¨²a hoy y ma?ana, hace hincapi¨¦ en los aspectos sociales, econ¨®micos y culturales del periodo.
"No son consistentes las frecuentes argumentaciones sobre el silencio y el olvido del franquismo durante la transici¨®n porque ¨¦ste no era una cosa pasada, sino muy presente", en los a?os que siguieron a la muerte Francisco Franco, afirm¨® ayer el historiador Pere Ys¨¤s,de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. El franquismo todav¨ªa exist¨ªa, pero a?os antes hab¨ªa ido calando entre miembros de la clase dirigente una conciencia de debilidad derivada de la "profunda erosi¨®n" efectuada por el "disentimiento" creciente entre el movimiento obrero, el mundo universitario y la intelectualidad; por el distanciamiento de la Iglesia, y por las dificultades cada vez m¨¢s patentes de proyectar una imagen "aceptable" en el exterior.
"Parte de la historiograf¨ªa cree excesivo el papel otorgado a la conflictividad social" en el camino hacia la transici¨®n, continu¨® Ys¨¤s. Pero para analizarla, explic¨®, hay que tener en cuenta la naturaleza y la reacci¨®n del r¨¦gimen al que ¨¦sta hac¨ªa frente. Y fueran cuales fueran las dimensiones de un conflicto determinado, el resultado era la "transgresi¨®n" de la legalidad: "El r¨¦gimen lo interpretaba como un desaf¨ªo al Estado que hab¨ªa que combatir claramente".
"Las transformaciones socioculturales favorecieron la expansi¨®n de la conflictividad", expuso, "y las protestas de obreros y estudiantes fueron un est¨ªmulo para el posicionamiento de intelectuales y de miembros de la Iglesia, y adem¨¢s daban a la oposici¨®n pol¨ªtica oportunidades para la acci¨®n y el crecimiento". Los intentos de desactivar la conflictividad social pasaron por un incremento de la violencia que revert¨ªa contra las mismas autoridades del r¨¦gimen en forma de m¨¢s contestaci¨®n.
La conciencia de la debilidad, se?al¨® Ys¨¤s, fue manifestada a puerta cerrada desde principios de los setenta por algunos elementos destacados de la dictadura, que discutieron la oportunidad de crear alguna forma de asociacionismo pol¨ªtico. "Desde finales de los a?os sesenta, parte de la clase pol¨ªtica del r¨¦gimen era consciente del problema de la falta de legitimidad democr¨¢tica, lo que explica que constantemente se buscaran f¨®rmulas de regulaci¨®n", interpretables, en su gran mayor¨ªa, en clave de supervivencia: "S¨®lo se puede atribuir una clara voluntad de cambio democr¨¢tico a una parte muy minoritaria de los elementos del r¨¦gimen". "La conciencia de la debilidad del sistema cuestiona la versi¨®n sobre el papel de los reformistas del r¨¦gimen", insisti¨® Carme Molinero, directora del Centro de Estudios sobre las ?pocas Franquista y Democr¨¢tica de la UAB, que organiza las jornadas. "Sin cuestionar la habilidad, en su momento, de Adolfo Su¨¢rez, nadie mejor que ellos hab¨ªa constatado esta debilidad", afirm¨® Molinero.
A pesar del proceso de disoluci¨®n interna, a la muerte de Franco, concluy¨® Ys¨¤s, "no hab¨ªa nada decidido. La transici¨®n estuvo condicionada por la crisis del franquismo, pero el resultado final no estaba predeterminado en absoluto".
Jos¨¦ M. Mar¨ªn, de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia, lo corrobor¨® por la tarde: "El extraordinario crecimiento de la conflictividad social y laboral a la muerte de Franco fue fundamental para acelerar los ritmos del cambio pol¨ªtico y que ¨¦ste se produjera en un sentido abiertamente democr¨¢tico".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.