Un plebiscito presidencial
Los candidatos argentinos asumen que las elecciones legislativas de ma?ana son una votaci¨®n sobre la gesti¨®n de N¨¦stor Kirchner
Los pol¨ªticos argentinos viven hoy la llamada "veda electoral" previa a las elecciones legislativas de ma?ana. Se trata de un peque?o respiro despu¨¦s de una extenuante campa?a electoral de 60 d¨ªas caracterizada sobre todo por la activa participaci¨®n en ella del presidente de la Rep¨²blica, N¨¦stor Kirchner, y la aceptaci¨®n de hecho por parte de los candidatos de la oposici¨®n de que ma?ana se celebra un plebiscito sobre la gesti¨®n presidencial.
"No se ha discutido sobre la esencia de estas elecciones legislativas. Es lo que el Gobierno intent¨® desde el primer momento. La estrategia del Ejecutivo fue plantear la elecci¨®n como un plebiscito en s¨ª mismo", apunta Gustavo Mart¨ªnez Pandiani, decano de la Facultad de Comunicaci¨®n de la Universidad de El Salvador en Buenos Aires. "Pero es que adem¨¢s los propios candidatos no se han expresado como tales, sino pensando en las presidenciales de 2007. As¨ª, Mauricio Macri ha hablado como el jefe de la ciudad de Buenos Aires, Ricardo L¨®pez Murphy como el l¨ªder de la oposici¨®n nacional y Elisa Carri¨® y Cristina Kirchner como presidentes".
"No se ha discutido sobre la esencia de estas legislativas", dice un analista
"S¨ª, ha sido una campa?a con ciertas peculiaridades", reconoce Laura Alonso, de la organizaci¨®n Poder Ciudadano, una ONG dedicada a vigilar y proponer procesos de transparencia pol¨ªtica. "Ha habido un presidente entrando en una campa?a que no le corresponde, tal vez el bajo porcentaje de votos que obtuvo en la primera vuelta de su propia elecci¨®n y la utilizaci¨®n de lo p¨²blico para fines de campa?a. Un ejemplo, la publicidad oficial ha aumentado tanto que ya se ha consumido el 85% de lo presupuestado para este a?o".
Otra caracter¨ªstica es que, a diferencia de lo que ocurre en otros pa¨ªses, para el ciudadano medio es complicado acceder a los programas detallados por escrito de las diferentes candidaturas. No se reparten por la calle o encartados en diarios y revistas. No hay env¨ªos por correo a domicilio y no se cuelgan en ninguna p¨¢gina de Internet. "Los programas electorales est¨¢n escritos pero vaya usted a saber d¨®nde est¨¢n", se?ala Alonso. "Ni se publicitan los programas ni el resto de los candidatos que van en cada lista", a?ade.
Los manuales tradicionales de campa?a electoral no pueden aplicarse a estas elecciones argentinas. La candidata mejor colocada, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, que seg¨²n las encuestas va a obtener una rotunda victoria en la provincia de Buenos Aires con 20 puntos de diferencia sobre su m¨¢s directa rival, la tambi¨¦n peronista Hilda Chiche Duhalde, es la que menos se ha dirigido al electorado a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, siguiendo una estrategia de centrarse en el mensaje directo a trav¨¦s de los m¨ªtines. Como curiosidad, Fern¨¢ndez no votar¨¢ ya que est¨¢ empadronada en la provincia de Santa Cruz, al sur del pa¨ªs, de la que Kirchner era gobernador hasta que en 2003 accedi¨® a la Casa Rosada. La senadora no es el ¨²nico familiar del presidente que se somete a las urnas. Su hermana Alicia Kirchner, quien adem¨¢s ocupa la cartera de ministra de Desarrollo Social, es candidata al Senado por Santa Cruz. Su cargo actual es incompatible con la pertenencia al Legislativo, al igual que en el caso del ministro de Exteriores, Rafael Bielsa.
Precisamente en el caso de Bielsa es donde Kirchner se ha empleado m¨¢s a fondo. Las encuestas colocan a su lista como perdedora en la elecci¨®n de congresistas por la capital argentina, detr¨¢s del centro derechista Mauricio Macri (Propuesta Republicana, PRO) y de la populista Elisa Carri¨® (Argentinos por una Rep¨²blica de Iguales, ARI). Sin embargo, la distancia entre el ministro de Exteriores y la l¨ªder del ARI es muy peque?a, y aqu¨ª ha entrado a fondo Kirchner concediendo entrevistas que en principio no estaban programadas en medios de comunicaci¨®n de Buenos Aires pidiendo el voto para el canciller.
La pol¨¦mica se ha centrado sobre todo en dos hechos puntuales. Por un lado el reparto de electrodom¨¦sticos y cheques en la provincia de Buenos Aires, hecho del que aport¨® fotograf¨ªas el diario La Naci¨®n y del que tanto los peronistas de Kirchner como los de Duhalde se acusaron mutuamente. Desde el Gobierno de la provincia se insisti¨® en que el reparto no correspond¨ªa a ninguna compra de votos, sino que formaba parte de las ayudas que se otorgan a las familias necesitadas regularmente.
El ministro del Interior, An¨ªbal Fern¨¢ndez, calific¨® las denuncias como "gansada fenomenal". A pesar de estos desmentidos, la presunta compra de votos peronistas ha estado presente hasta el final. "No hacemos campa?as con shows y electrodom¨¦sticos", recalc¨® Macri en su cierre electoral.
El otro momento pol¨¦mico se produjo la semana pasada cuando en el santuario de la Virgen de Luj¨¢n, patrona de Argentina, y desde el altar, Kirchner pidi¨® ayuda electoral, critic¨® a algunos sectores de la Iglesia cat¨®lica y cit¨® "genocidios" cometidos en nombre de la fe, en alusi¨®n a la ¨¦poca colonial espa?ola. El discurso levant¨® fuertes cr¨ªticas sobre todo por el lugar empleado para pronunciarlo. Luis Bradoni, candidato de la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), acus¨® al presidente de confundir la bas¨ªlica con una sede peronista. Una vez m¨¢s An¨ªbal Fern¨¢ndez sali¨® al quite. "?D¨®nde quiere que pidan que lo ayuden? Lo pide donde puede".
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