Estupideces y demagogias
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, decidi¨® el pasado s¨¢bado en el Camp Nou tender una cortina de humo para tapar las verg¨¹enzas que le supone tener un cu?ado franquista que, para mayor escarnio, formaba parte de su directiva. Y no se le ocurri¨® nada mejor que promocionar el Correllengua (una actividad que pretende impulsar el uso social del catal¨¢n) sobre un mapa que reproduc¨ªa los territorios de Catalu?a, la Comunidad Valenciana y las Baleares. Los Pa?sos Catalans, dicho sea en corto y por derecho, que apenas existen en el imaginario de una muy escasa parte de la sociedad catalana y balear y que registran un microsc¨®pico apoyo entre los valencianos. La decisi¨®n de Laporta, por leg¨ªtima que fuera, fue oportunista y est¨²pida. De paso, alej¨® al Bar?a de la globalizaci¨®n y lo aproxim¨® un poco m¨¢s hacia el bunker barretina.
El desprop¨®sito de Laporta lo caz¨® al vuelo el PP valenciano, seguidista como nadie de la catalanofobia dise?ada desde su sede central en Madrid, que mand¨® al portavoz del Consell a agitar los viejos fantasmas. Y ah¨ª apareci¨® Gonz¨¢lez Pons, tan fino, tan elegante, con su barba de progre de los a?os setenta, para exigir, poco menos, que la intervenci¨®n de los cascos azules de la ONU, no fuera cosa que el expansionismo nazi (?de los catalanes o de los cul¨¦s?) y fascista se apoderara del esp¨ªritu de un pueblo -el valenciano- cuya existencia se justifica, seg¨²n el PP, "para ofrendar nuevas glorias a Espa?a". Daba un no s¨¦ qu¨¦ escuchar el discurso de la derecha m¨¢s extrema de los a?os setenta, cuando la Batalla de Valencia, en boca de un consejero que cultiva una imagen de centro progresista en este inicio del siglo XXI. Y daba qu¨¦ pensar su exigencia para que nadie utilizara el deporte para hacer propaganda pol¨ªtica, cuando su partido y el Gobierno del que forma parte no han dudado en utilizar a todos los equipos de f¨²tbol de la Comunidad Valenciana, subvencionados con munificencia por el Consell, durante la campa?a de Agua para todos. Sabido es que el consejero portavoz manifiesta una cierta tendencia a sobreactuar en cuanto vislumbra un objetivo, sea fotogr¨¢fico o televisivo, pero concluir que Pasqual Maragall y Joan Laporta son los presidentes de Zapatero porque ¨¦ste es un cul¨¦ confeso, revela hasta qu¨¦ punto sus astracanadas pol¨ªticas se mueven entre la miseria y la indigencia intelectual.
Sabido es que el PP ha hecho de sus cr¨ªticas al Estatuto catal¨¢n el eje de toda su acci¨®n pol¨ªtica para deteriorar a los socialistas. Nada que objetar. Pero ser¨ªa conveniente que midieran sus palabras para no levantar un abismo de odio entre la mayor¨ªa de los catalanes y el resto de los espa?oles, singularmente de los valencianos; siempre tan sensibles a todo lo que nos llega, o dicen que nos llega, de nuestros vecinos del norte. De la estupidez ocurrida el pasado s¨¢bado en el Camp Nou, s¨®lo es responsable Laporta y su junta directiva; no los catalanes, ni los pol¨ªticos que los representan. Gonz¨¢lez Pons har¨ªa bien en no mezclar churras con merinas, m¨¢s que nada porque, imagino, a¨²n guarda una cierta autoestima.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.