91 millones insuficientes

Noventa y un millones de euros no le han bastado al Madrid para reforzar su plantilla al punto de evitarse problemas. Esta suma, la m¨¢s elevada de Europa despu¨¦s de la gastada por el Chelsea, es la cantidad que invirti¨® su presidente, Florentino P¨¦rez, para contratar futbolistas el pasado verano. Pero no parece suficiente. Lo que comenz¨® por una fisura en el tobillo izquierdo de Ronaldo, ante el Atl¨¦tico en el Calder¨®n hace diez d¨ªas, va camino de convertirse en una crisis que amenaza con dejar al equipo a la intemperie por sus graves carencias. La derrota ante el Valencia (1-2) hizo que ayer el vestuario amaneciera plagado de caras de abatimiento. "Era el primer rival serio que nos visitaba y mira lo que ha pasado...", comentaba un jugador.

El equipo de Vanderlei Luxemburgo es el que m¨¢s expulsiones lleva en la Liga: cinco

Al golpe de la derrota se une la evidencia de los desequilibrios de la plantilla. La racha de lesiones se ha cobrado a Ronaldo, Baptista y Salgado. Las tarjetas rojas han hecho el resto. Con las expulsiones de Beckham y Gravesen, frente al Valencia, el Madrid culmina su arranque de temporada m¨¢s sancionado. En ocho jornadas de Liga y tres de Champions ha recibido seis tarjetas rojas. En lo que va de Liga ha visto cinco, las mismas que en toda la campa?a anterior. Estos n¨²meros le sit¨²an como el cuadro m¨¢s amonestado del campeonato espa?ol, seguido por el Mallorca con tres rojas. El plantel, desequilibrado en algunos puestos, no se lo puede permitir.

"Todav¨ªa no s¨¦ por qu¨¦ [Daud¨¦n Ib¨¢?ez] expuls¨® a Beckham", dijo ayer Pablo Garc¨ªa -el club ha recurrido- como si desconociera que en Espa?a los ¨¢rbitros siempre han castigado a los jugadores por aplaudir con iron¨ªa sus decisiones. "A lo mejor le echaron por ser lindo y rubio, pero me parece demasiado castigo. Que te expulsen por aplaudir es incre¨ªble", a?adi¨®.

El volante uruguayo opin¨® que en algunos casos las tarjetas se deben a la falta de adaptaci¨®n de los jugadores que vienen de la Liga inglesa, caso de Woodgate, expulsado contra el Olimpiakos, y Gravesen, expulsado frente al Valencia. "La patada de Gravesen", record¨® Garc¨ªa, "en un partido de la Liga inglesa no es roja. Aqu¨ª las tarjetas las ves de forma m¨¢s f¨¢cil. En otras Ligas te dejan jugar m¨¢s y no cortan tanto el juego. En el f¨²tbol siempre hay contacto".

La inversi¨®n de 91,3 millones de euros dej¨® solo al Madrid en lo alto de la tabla de fichajes, muy por encima del Valencia, que se gast¨® 20, y del Barcelona, que no se gast¨® nada. Estas cantidades revelan que el dinero no ha servido al Madrid para prever las contingencias de la competici¨®n: basta con examinar el banquillo del Madrid contra el Valencia. All¨ª se sentaron s¨®lo tres internacionales: Gravesen (Dinamarca), Ra¨²l Bravo (Espa?a) y Woodgate (Inglaterra). El resto de los suplentes fueron canteranos: Soldado, Mej¨ªa, Pav¨®n y L¨®pez.

Tras las expulsiones de Beckham y Gravesen, el banquillo madridista en Riazor, ante el Deportivo, ma?ana, estar¨¢ formado por un solo internacional, Bravo, que lleva disputados 24 minutos. La ¨²nica manera de evitarlo pasa por la recuperaci¨®n de Salgado, que ayer no pudo entrenarse con sus compa?eros por permanecer convaleciente de una rotura fibrilar.

Ante la escasez, Vanderlei Luxemburgo, el t¨¦cnico madridista, ha recurrido a jugadores del filial. Javi Garc¨ªa, De la Red, T¨¦bar, Balboa y Soldado se entrenaron ayer con el primer equipo.

En calidad de coart¨ªfice de la plantilla, junto con el presidente, Luxemburgo atribuye el aprieto a problemas coyunturales m¨¢s que estructurales. Pero lo cierto es que la primera plantilla del Madrid s¨®lo tiene un nueve: Ronaldo. Para reponer su baja los t¨¦cnicos han convocado a Soldado, delantero centro del Castilla. La venta de Owen al Newcastle por 25 millones de euros no ayud¨® a reforzar este puesto.

En el centro del campo el Madrid tampoco va excedido. Dispone de tres hombres capaces de canalizar el juego, pero ninguno de ellos ha rendido de forma continuada con ese cometido: Beckham, Gravesen y Pablo Garc¨ªa. Para tratar de solventarlo Luxemburgo piensa en Helguera.