Florida resiste el paso del hurac¨¢n
El cicl¨®n deja un muerto y p¨¦rdidas cercanas a los 1.650 millones de euros
Hasta las once no amaneci¨® ayer en Florida. Fue cuando el ojo del hurac¨¢n Wilma empez¨® a salir de la pen¨ªnsula despu¨¦s de cinco horas de abatirse sobre ella, con vientos que bordearon los 200 kil¨®metros por hora. "Con un ruido tan horrible que parec¨ªa que estuvi¨¦ramos en guerra", cuenta Matilde Su¨¢rez, residente en Miami. Aunque al final el desastre ha sido menor de lo previsto. El primer balance habla de un muerto y da?os por 2.000 millones de d¨®lares (1.650 millones de euros). ?ste ha sido el peor hurac¨¢n en la zona desde el Andrew en 1992.
El 65% de los habitantes de la zona afectada se qued¨® sin electricidad
Florida es el Estado de EE UU m¨¢s afectado por las tormentas y huracanes. Wilma, que a esta hora se dirige por la costa oriental del pa¨ªs, ha sido el n¨²mero 12 de esta temporada. Ayer por la tarde, cuando la normalidad volvi¨® al sur de la pen¨ªnsula, la energ¨ªa el¨¦ctrica faltaba al 65% de la poblaci¨®n. Se registraron numerosas inundaciones, millares de hect¨¢reas de cultivos afectados, saqueos en el centro de Miami, algunos incendios, millares de ¨¢rboles ca¨ªdos, aunque al parecer las refiner¨ªas del golfo de M¨¦xico no han sido afectadas.
Una vez pasados los vientos huracanados y de tormenta tropical, al comienzo de la tarde, la gente sali¨® de sus casas y se encontr¨® con que 14 condados del Estado hab¨ªan sido declarados en estado de emergencia por el Gobierno. Los organismos nacionales, federales y locales ten¨ªan preparados 150 camiones con agua, hielo y alimentos; siete helic¨®pteros de rescate, una docena de equipos m¨¦dicos, varias carpas para damnificados y m¨¢s de 5.000 guardias nacionales disponibles para prestar ayuda.
Una de las prioridades es el restablecimiento del fluido el¨¦ctrico, clave en una zona que es como la gran capital del aire acondicionado. Tardar¨¢ de 24 a 72 horas, pero los floridanos recibieron una buena noticia cuando los meteor¨®logos anunciaron que se aproximaba una corriente de aire fr¨ªo. Es el pen¨²ltimo episodio que ha dejado Wilma, cuya llegada a las costas suroccidentales fue precedida de varias trombas marinas.
No era a¨²n la medianoche del domingo y los vientos huracanados se adelantaron para delinear la trayectoria del hurac¨¢n. Hasta que el v¨®rtice o el ojo, que empezaba a ensancharse inusitadamente, toc¨® tierra a las seis y media de la ma?ana en completa oscuridad por los pantanos de Everglades para dirigirse en diagonal, con una velocidad de traslaci¨®n de 40 kil¨®metros por hora, hacia el nororiente, hasta salir por la ciudad de J¨²piter, en la costa atl¨¢ntica hacia las once de la ma?ana. Aunque entr¨® con categor¨ªa 3, su avance por tierra lo debilit¨® hasta caer en la categor¨ªa 2, pero esparciendo la zona de tornados.
A su paso, Florida se cubri¨® de una mara?a de fuertes ruidos cavernosos producidos por los vientos y sus consecuencias: desprendimiento de tejados, crujir de los ¨¢rboles o el estremecimiento de los porches y las alarmas de los coches, que se dispararon.
Muy pronto las dos terceras partes del sur del Estado se quedaron sin luz. Entre tinieblas, las familias esperaban la llegada de los vientos m¨¢s fuertes protegidas en sus casas con especiales contraventanas de madera o metal. "Fue muy miedoso todo y tuve que meterme en el armario de mi dormitorio porque parec¨ªa que me aullaban 13 lobos en el jard¨ªn", cuenta Catalina, una colombiana a quien el hurac¨¢n la sorprendi¨® sola.
Ruidos similares debieron experimentar tambi¨¦n las 33.000 personas albergadas en los diferentes refugios habilitados en diferentes pueblos. Fue muy extra?o para todos porque horas antes de que se encerraran en sus casas y alojamientos especiales, Wilma se acercaba con categor¨ªa 2. "Nadie esperaba que ese animal entrara tan fuerte", dice Marcos, mientras trata de levantar uno de los pilares del porche de su casa.
El cambio de velocidad de Wilma fue tan inesperado que cogi¨® a algunos p¨¢jaros por sorpresa, que se guarecieron la larga madrugada y la ma?ana de ayer en los porches y aleros. "Es incre¨ªble lo que estamos haciendo", se lamenta Florentino, quien agrega: "Esto es de todos y la naturaleza est¨¢ reclamando su espacio". Esta experiencia de Wilma en Florida la ha vivido sobre todo el alto porcentaje de hispanos que vive en ella. Una cifra que alcanza en ciudades como Miami y Hialeah el 70%.
El pen¨²ltimo dato desconcertante del hurac¨¢n que ha hecho historia fue la ampliaci¨®n de su ojo de manera tan r¨¢pida. Pas¨® de 50 kil¨®metros de di¨¢metro a medir casi 100 kil¨®metros. Otra inc¨®gnita m¨¢s para los meteor¨®logos sobre un hurac¨¢n que el mi¨¦rcoles los dej¨® perplejos, cuando en menos de 10 horas pas¨® de categor¨ªa 2 a categor¨ªa 5, es decir, de unos 110 kil¨®metros por hora a 270. Ha sido un hurac¨¢n excepcional.
Cada a?o se registran en el mundo cerca de 60 tormentas, y en 2005, s¨®lo en el Atl¨¢ntico, ya van 22, todo un r¨¦cord (incluso ya se han empezado a utilizar las letras del alfabeto griego para nombrar estos fen¨®menos). "Estamos cerrando una temporada sin precedentes", asegur¨® Christopher Landsea, un cient¨ªfico de la Administraci¨®n Nacional Atmosf¨¦rica y Oce¨¢nica, al peri¨®dico The New York Times. "La verdadera huella de la larga vida de las tormentas no la hemos visto a¨²n".
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