Presos y c¨¢rceles
El Gobierno ha dado luz verde a la construcci¨®n de 10 nuevos centros de reclusi¨®n en un intento de frenar la imparable saturaci¨®n de las c¨¢rceles, acelerada en el ¨²ltimo decenio, que amenaza con poner en entredicho el propio funcionamiento del sistema penitenciario espa?ol. Las c¨¢rceles acogen hoy en condiciones cada vez m¨¢s precarias a m¨¢s de 61.000 reclusos, lo que sit¨²a a Espa?a en los primeros lugares de la Uni¨®n Europea con una tasa de 140 presos por cada 100.000 habitantes.
Los nuevos centros servir¨¢n para paliar el problema pero no para erradicarlo: las 7.000 plazas previstas quedan lejos de las 20.000 necesarias para cumplir con el principio "un preso, una celda", que sigue orientando la pol¨ªtica penitenciaria. El sistema instaurado en los ¨²ltimos a?os desde una determinada concepci¨®n sobre la seguridad ciudadana conduce a construir m¨¢s c¨¢rceles, disponer de m¨¢s funcionarios y, en definitiva, a destinar m¨¢s inversi¨®n p¨²blica al ¨¢mbito carcelario.
La actual situaci¨®n no puede desligarse del endurecimiento de las leyes penales, de la aplicaci¨®n generalizada de la prisi¨®n preventiva a una franja significativa de la delincuencia menor y de la restricci¨®n de no pocos mecanismos de reinserci¨®n social y, consecuentemente, de los beneficios penitenciarios. Esta pol¨ªtica de rigorismo penal no fue acompa?ada de un aumento de la infraestructura penitenciaria, que sigue siendo sustancialmente la misma que la puesta en pie por los Gobiernos de la primera etapa socialista. En la actual situaci¨®n carcelaria han intervenido tambi¨¦n otros factores: el aumento de la poblaci¨®n, por la llegada de inmigrantes y la parte al¨ªcuota de incremento de la delincuencia y de la poblaci¨®n reclusa; y la actividad de la delincuencia organizada, una modalidad en aumento, seg¨²n constata la ¨²ltima memoria de la Fiscal¨ªa del Estado.
La construcci¨®n de nuevas c¨¢rceles no s¨®lo es necesaria sino urgente. Pero no dejar¨¢ de ser un parche si la prisi¨®n se considera la panacea frente a los problemas de seguridad ciudadana. Existen medidas disuasorias o preventivas de tipo policial y otras de car¨¢cter sancionador-administrativo que siguen sin ponerse en pr¨¢ctica por desidia pol¨ªtica o presupuestaria. Pero la opci¨®n carcelaria, como eje exclusivo de las pol¨ªticas de seguridad, adem¨¢s de que puede resultar aberrante pasado cierto l¨ªmite, tiene un coste que la sociedad no puede desconocer: m¨¢s presos significa m¨¢s c¨¢rceles, m¨¢s funcionarios, m¨¢s servicios y, en definitiva, m¨¢s gasto.
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