Munitis: "Nunca he tenido rabia al Real Madrid"
Cuando ya no queda ni un coche opulento en el aparcamiento de jugadores, se han retirado los periodistas y las c¨¢maras y el personal subalterno recoge los ¨²ltimos b¨¢rtulos, asoma por la puerta de la ciudad deportiva de Abegondo (A Coru?a) la menuda figura de Pedro Munitis. ?l no tiene que tomar la autopista para irse a un piso de lujo de la ciudad o a alguna mansi¨®n junto al mar. Munitis vive all¨ª mismo, entre bosques y prados, en la zona rural, muy cerca de los campos de entrenamiento del Deportivo, y tras la sesi¨®n diaria de toda la plantilla, se queda a solas en el gimnasio. Si tiene ¨¢nimos, a¨²n regresar¨¢ por la tarde para seguir entren¨¢ndose.
Munitis nunca ha roto esa rutina en los dos a?os que lleva en A Coru?a. Ni antes, cuando las cosas le iban mal y desempe?aba un papel secundario en el equipo, ni ahora que la vida vuelve a sonre¨ªrle, que se ha erigido en la bandera del Deportivo de Caparr¨®s y que hasta figura de nuevo en las quinielas para regresar a la selecci¨®n nacional.
Su dedicaci¨®n asombra a entrenadores y compa?eros, que le han visto llegar a las concentraciones con una balanza para pesar los alimentos. El ¨²nico reproche que pueden hacerle es que tal vez se obsesione demasiado con el cuidado f¨ªsico.
Le echaron del Real Madrid alegando, entre otras razones, su falta de glamour. "Pero no le tengo rabia a ese club, nunca se la he tenido. Al contrario, le estoy agradecido por los dos a?os que jugu¨¦ all¨ª", asegur¨® ayer, en v¨ªsperas de enfrentarse a su antiguo equipo.
Con Caparr¨®s el f¨²tbol del Deportivo se ha convertido en un asunto de combate y velocidad, el h¨¢bitat natural del Munitis que se hab¨ªa quemado en la galaxia del Madrid y que no logr¨® recuperarse en el Deportivo de Irureta. Ahora ha vuelto a sentirse importante, aunque ¨¦l, siempre discreto, evite atribuir su renacimiento al cambio de estilo de juego. Dice que est¨¢ m¨¢s a gusto simplemente porque la afici¨®n valora m¨¢s su trabajo y ¨¦ste rinde mayores beneficios al equipo. Y a continuaci¨®n sigue entren¨¢ndose.
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