La transici¨®n energ¨¦tica
Las fuentes renovables s¨®lo cubren el 6% de la energ¨ªa. Ni doblando la cifra podr¨ªan cubrir el incremento de demanda. Las el¨¦ctricas apuestan por prolongar la vida de las nucleares
Con frecuencia se ha planteado el debate energ¨¦tico en t¨¦rminos antag¨®nicos: o renovables o nucleares. Los detractores de la energ¨ªa nuclear argumentan que los enormes intereses de la energ¨ªa at¨®mica han impedido el desarrollo de las energ¨ªas alternativas. Ahora temen que, en la nueva disyuntiva, se opte de nuevo por el camino m¨¢s f¨¢cil de lo nuclear, y ello se haga en detrimento de las energ¨ªas renovables. Sin embargo, la crisis que se avecina es de tal magnitud que todos los expertos consultados coinciden en que estamos ante un nuevo paradigma. ?Qu¨¦ ha cambiado exactamente? "El tiempo que nos queda", afirma Pedro G¨®mez-Romero, investigador del Instituto de Ciencias de los Materiales de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, del CSIC. "Ahora tenemos 30 a?os menos para tomar decisiones. L¨¢stima que a los visionarios que entonces pronosticaban una crisis energ¨¦tica no fueran escuchados, porque hemos perdido un tiempo precioso".
El 30% de la energ¨ªa que consumen los pa¨ªses industrializados se malgasta por un uso ineficiente
Lo que una familia de cuatro miembros paga al d¨ªa por la electricidad que consume cuesta igual que un caf¨¦ y un cruas¨¢n
Un ciudadano chino gasta 1,9 barriles de petr¨®leo al a?o, un europeo 12 y un estadounidense 25
Nadie apuesta abiertamente por lo nuclear. Pero nadie descarta que pueda ser necesaria como energ¨ªa de transici¨®n. "Alguien tiene que hacer las cuentas y decirle a la opini¨®n p¨²blica qu¨¦ alternativas tiene realmente. Hay que abrir un debate transparente y en profundidad", sostiene Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez Arriaga, autor del Libro Blanco sobre la Energ¨ªa presentado en julio pasado. "Es evidente que estamos ante una crisis energ¨¦tica sin precedentes y que nuestro modelo econ¨®mico tiene graves problemas de sostenibilidad: estamos agotando r¨¢pidamente las reservas f¨®siles, la producci¨®n de energ¨ªa tiene un impacto ambiental enorme y adem¨¢s un tercio de la humanidad no tiene acceso a las formas modernas de energ¨ªa, lo cual comporta una espiral de pobreza y migraci¨®n. En los tres niveles vamos a peor, de modo que es urgente tomar decisiones. En mi opini¨®n, por este orden de prioridad: aumentar el ahorro y la eficiencia, desarrollar al m¨¢ximo las energ¨ªas renovables y potenciar la investigaci¨®n de mejoras tecnol¨®gicas como la fusi¨®n, la captaci¨®n de CO2, la tecnolog¨ªa del hidr¨®geno y la transmutaci¨®n nuclear".
El Consejo Mundial de la Energ¨ªa de la ONU estima que el 30% de la energ¨ªa se malgasta por un uso ineficiente. ?se es el porcentaje de ahorro posible que aparece tambi¨¦n en el Libro Verde de la UE. Estamos muy lejos de ese objetivo y en Espa?a a¨²n m¨¢s, pero todos los Gobiernos, incluido el espa?ol, han comenzado a tomar medidas.
"Para ahorrar energ¨ªa son precisos cambios profundos en los h¨¢bitos de consumo", afirma P¨¦rez Arriaga. "En Espa?a estamos educados en la cultura del despilfarro energ¨¦tico, en parte porque la electricidad es a¨²n muy barata, apenas el 2,4% del presupuesto familiar anual. No alcanza a 1,5 euros por familia de cuatro miembros al d¨ªa, lo mismo que un caf¨¦ y un cruas¨¢n. Pero si nos dijeran que nos devuelven el euro y medio y nos quitan la luz, ?qu¨¦ dir¨ªamos? Que no, claro. Nadie est¨¢ dispuesto a renunciar al bienestar. Y como la energ¨ªa es barata, la derrochamos. En muchos hogares, uno solo de los tel¨¦fonos m¨®viles cuesta m¨¢s que la factura de la luz. ?Es eso razonable? Pero la energ¨ªa es a¨²n barata porque no incluye los costes ambientales y nadie piensa que cuando dejas las luces encendidas contribuyes al cambio clim¨¢tico".
Fr¨ªo en verano calor en invierno
Durante diez a?os las tarifas el¨¦ctricas han permanecido congeladas, pero eso tambi¨¦n se ha terminado. El Gobierno planea ya una subida del 3% para este a?o. Greenpeace y otras organizaciones ecologistas vienen reclamando planes para fomentar el ahorro, y donde no llega la persuasi¨®n, se plantea recurrir a la imposici¨®n. Catalu?a, por ejemplo, prepara un decreto para establecer unos topes en la temperatura de los edificios p¨²blicos climatizados, porque no tiene sentido que en ellos se pase fr¨ªo en verano y calor en invierno.
La segunda prioridad planteada por P¨¦rez Arriaga es potenciar las energ¨ªas renovables. En Espa?a, apenas cubren el 6% de la energ¨ªa primaria. La UE se ha propuesto alcanzar el 12% en 2010, pero para eso va a ser preciso invertir mucho m¨¢s en desarrollos eficientes. Entre 1972 y 2002, los pa¨ªses de la OCDE s¨®lo les dedicaron el 8% de las inversiones en mejoras energ¨¦ticas, mientras que la fisi¨®n y la fusi¨®n nuclear se llevaron el 57%. Ahora, est¨¢ desproporci¨®n se ha corregido, y tanto en la UE como en Espa?a las inversiones son m¨¢s equilibradas..
"Las renovables tienen que poder cubrir al menos una parte importante del incremento de la demanda, explica Cayetano L¨®pez, catedr¨¢tico de F¨ªsica Te¨®rica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "Es una apuesta que hay que hacer. El problema de las energ¨ªas renovables es la intermitencia. Una nuclear llega a funcionar m¨¢s de 8.000 horas anuales, un parque e¨®lico a pleno rendimiento no llega, en promedio, a las 2.500 y una planta solar fotovoltaica no alcanza las 3.000 en un a?o con mucho sol". "De momento", a?ade P¨¦rez Arriaga, "la energ¨ªa solar tiene un problema de eficiencia. En las placas fotovoltaicas, s¨®lo un 10% de la energ¨ªa captada se transforma en electricidad. En las centrales termosolares, el aprovechamiento llega al 30%, pero es a¨²n bajo".
La energ¨ªa solar goza de mucha simpat¨ªa, pero todav¨ªa contribuye poco a resolver el problema energ¨¦tico. Es ¨²til para obtener agua caliente, pero a¨²n no aporta cantidades importantes de electricidad y consume mucho espacio. "Si tuvi¨¦ramos que producir toda la electricidad que se consume en Catalu?a con placas fotovoltaicas, ocupar¨ªan una superficie de 100 kil¨®metros de largo por 12 de ancho. Y seguir¨ªamos teniendo un problema los d¨ªas nublados", explica Ignacio Nieto, ingeniero industrial que particip¨® en la elaboraci¨®n del Plan de la Energ¨ªa de Catalu?a.
Espejos para captar el calor
Las esperanzas de producci¨®n masiva est¨¢n puestas en la energ¨ªa termosolar, que utiliza un sistema de espejos para captar el calor y proyectarlo sobre una torre de acumulaci¨®n. El CIEMAT tiene en Almer¨ªa una plataforma experimental donde un mar de espejos captan el calor del sol. "En Espa?a hay una decena de proyectos de plantas solares de entre 10 y 50 megavatios cada uno. Para que nos hagamos una idea de lo que eso significa, una nuclear grande produce 1.000 megavatios, y el mayor molino de viento, de un aspa de 40 metros, un megavatio". La energ¨ªa e¨®lica ha tenido un desarrollo espectacular en Espa?a, hasta el punto de que se ha desarrollado una industria de componentes que exporta a otros pa¨ªses. Es la que tiene mayor viabilidad econ¨®mica con las actuales tarifas, pero presenta tambi¨¦n problemas de eficiencia e intermitencia.
Est¨¢ claro que las energ¨ªas renovables son el futuro, pero ?ser¨¢n suficientes para satisfacer los incrementos de la demanda? ?Est¨¢n en condiciones de sustituir a los combustibles f¨®siles? "Con su actual nivel de penetraci¨®n y el ritmo de crecimiento del consumo, desde luego que no", responde P¨¦rez Arriaga. Ser¨ªa preciso un dr¨¢stico programa de ahorro y eficiencia energ¨¦tica, y una apuesta muy clara por ellas".
Igansi Nieto aporta datos al respecto: "En Espa?a, las energ¨ªas renovables representan el 5,5% de la energ¨ªa primaria. Haciendo un enorme esfuerzo, en 2010 se podr¨ªa alcanzar como m¨¢ximo un 12%. Pero si la demanda crece a raz¨®n de un 2% anual acumulativo, en seis a?os habr¨ªa que aumentar la producci¨®n de energ¨ªa en un 12,6%. Eso significa que ni siquiera doblando su actual producci¨®n, las energ¨ªas renovables pueden cubrir los incrementos previstos".
Eso le lleva a la siguiente conclusi¨®n: "Las energ¨ªas renovables son parte de la soluci¨®n, pero no son la soluci¨®n". Exactamente lo mismo que sosten¨ªa en el cap¨ªtulo anterior Marcel Coderch respecto de las nucleares y el cambio clim¨¢tico. Lo cual plantea una terrible paradoja: es posible que las nucleares no sean la alternativa que requiere el cambio clim¨¢tico, pero prescindir de ellas agrava el problema.
?Significa eso que no queda m¨¢s remedio que acatar la energ¨ªa nuclear?
No exactamente. La respuesta est¨¢ en qu¨¦ modelo queremos. Si queremos mantener el nivel de consumo actual, las nucleares pueden resultar imprescindibles, incluso desarrollando al m¨¢ximo las energ¨ªas renovables. "En los foros de la Agencia de la Energ¨ªa Nuclear trabajamos con la hip¨®tesis de que en 20 a?os se tendr¨ªa que doblar la potencia instalada para satisfacer la demanda de electricidad y eso exige un esfuerzo descomunal, no s¨®lo econ¨®mico y social, sino tambi¨¦n tecnol¨®gico. Se ha de potenciar el ahorro y las energ¨ªas renovables, sin duda. Pero la energ¨ªa nuclear deber¨ªa figurar en el mix energ¨¦tico", defiende Enrique Gonz¨¢lez, responsable de la secci¨®n de fisi¨®n del CIEMAT.
Inoperancia y dejadez
"El hecho de que las energ¨ªas renovables no est¨¦n en condiciones de responder ahora a las necesidades energ¨¦ticas no debe significar de ning¨²n modo que se aparquen", afirma G¨®mez-Romero. Efectivamente es m¨¢s f¨¢cil apostar por las nucleares, pero ser¨ªa un error no seguir invirtiendo en mejorar las renovables. Hay un peligro: que la urgencia nos haga tomar caminos equivocados. Que hipertrofiemos la tecnolog¨ªa que ya tenemos, la nuclear, y aparquemos las posibles alternativas. Yo no cerrar¨ªa las nucleares, porque las vamos a necesitar. Incluso es posible que tengamos que construir alguna m¨¢s. El problema se va a hacer tan urgente, a base de inoperancia y dejadez por parte de quienes han de decidir, que al final no va a haber otro recurso que la nuclear. Pero la nuclear no puede ser la soluci¨®n del futuro. En todo caso, ser¨ªa una energ¨ªa de transici¨®n".
"Es que el problema, tal como est¨¢ planteado, no tiene soluci¨®n. Hay que cambiar el planteamiento. La ¨²nica soluci¨®n es evitar que la demanda crezca tanto, renunciar a un modelo econ¨®mico que exige un consumo tan intensivo de energ¨ªa y reducir las expectativas de crecimiento econ¨®mico al que puedan proporcionar las fuentes renovables, invirtiendo al m¨¢ximo en su desarrollo para que puedan ir sustituyendo el uso de combustibles f¨®siles", defiende Marcel Coderch. En esta l¨ªnea se sit¨²a la Asociaci¨®n para el Estudio de los Recursos Energ¨¦ticos (www.crisisenerg¨¦tica.org).
"En las sociedades pobres, peque?os aumentos en el consumo de energ¨ªa suponen importantes saltos en el desarrollo econ¨®mico y social", corrobora G¨®mez-Romero, "pero a partir de determinado nivel de riqueza, consumir m¨¢s energ¨ªa ya no aporta mejoras sustanciales en el desarrollo humano, sino s¨®lo un mayor confort, a veces completamente superfluo".
Hay un estudio de Naciones Unidas que correlaciona el consumo de electricidad con el nivel de desarrollo humano. Es de una claridad meridiana. Observen en el cuadro adjunto a Etiop¨ªa: pegada a la l¨ªnea del cero en la coordenada del consumo energ¨¦tico, y a ras de suelo en la de desarrollo humano. Vean c¨®mo el mayor consumo permite a pa¨ªses como India, Egipto, China, Ucrania o Rusia escalar puestos en el desarrollo humano. En los niveles m¨¢s bajos, subir un escal¨®n puede salvar millones de vidas. Observen ahora arriba, c¨®mo Reino Unido, Holanda, Jap¨®n, Australia, Estados Unidos y Canad¨¢ est¨¢n exactamente en el mismo nivel de desarrollo, el m¨¢ximo, y en cambio consumen cantidades de energ¨ªa muy diferentes. Canad¨¢ y Estados Unidos gastan el doble de electricidad que Australia o Jap¨®n y el triple que Holanda o Reino Unido. ?Podr¨ªa decirse que viven el doble o el triple de bien? No. A partir de cierto nivel, las diferencias ya no indican desarrollo, sino despilfarro.
Un chino gasta 1,9 barriles de petr¨®leo al a?o, un europeo 12 y un americano 25. Pero en este mundo capaz de organizar vuelos de turismo espacial, todav¨ªa hay 1.600 millones de personas que no tienen acceso a la electricidad. Es evidente que los pa¨ªses ricos pueden ahorrar mucha energ¨ªa sin poner en riesgo su bienestar. El problema es que en la base de la pir¨¢mide hay muchos pa¨ªses pobres que quieren dejar de serlo, y pa¨ªses emergentes como China, India, Brasil, Ucrania o M¨¦xico que suman la mayor parte de la poblaci¨®n del planeta y que pugnan por escalar posiciones en la coordenada del desarrollo. Tienen fuertes expectativas de crecimiento, pero para ello van a necesitar mucha energ¨ªa. ?Con qu¨¦ argumentos se les podr¨ªa negar?
Pero basan su desarrollo en el consumo intensivo de combustibles f¨®siles, la consecuencia ser¨¢ una cat¨¢strofe ecol¨®gica y el agotamiento de las reservas. Ah¨ª aparece de nuevo la nuclear como energ¨ªa de transici¨®n, mientras se confirma la viabilidad de la fusi¨®n.
El debate, pues, est¨¢ abierto. Estados Unidos apuesta claramente por la energ¨ªa nuclear. Europa se muestra dubitativa. Pa¨ªses como Alemania, Suecia, B¨¦lgica, Italia o Dinamarca aprobaron moratorias nucleares y el cierre de sus plantas, pero las encuestas muestran cambios en la opini¨®n p¨²blica. Cuando Finlandia se plante¨® en 2003 construir su quinta nuclear en Olkiluto y quiso conocer cu¨¢l era el estado de opini¨®n. En 10 a?os hab¨ªa dado un vuelco: las personas favorables a la energ¨ªa nuclear hab¨ªan subido del 29% al 43%, con un 27% de neutrales. Un consorcio formado por la alemana Siemens y la francesa Areva construye la planta que entrar¨¢ en servicio en 2009 con una inversi¨®n de 3.000 millones de euros.
El pa¨ªs m¨¢s nuclearizado de la UE es Francia. Tiene 59 reactores que producen el 78% de la electricidad, lo que le permite exportar a sus vecinos, entre ellos Espa?a, y ahora se propone construir un nuevo reactor dise?ado por Framatome y Siemens. El 50% de los suecos apoya la continuidad de sus 11 reactores y Suiza acaba de rechazar en refer¨¦ndum prolongar la moratoria y cerrar cinco nucleares.
Alemania ha sido, sin embargo, el pa¨ªs donde el debate nuclear ha sido m¨¢s intenso. Con la llegada al Gobierno de Los Verdes, estaba claro que la energ¨ªa nuclear, que produce el 28% de su electricidad, ten¨ªa poco futuro. Pero los ecologistas dieron muestras de pragmatismo y aceptaron un pacto con la industria para cerrar las nucleares en un plazo muy dilatado -hasta 2020- y con una cl¨¢usula que permite que las centrales activas asuman la producci¨®n de las que van cerrando. La llegada a la presidencia del Gobierno de la democristiana Angela Merkel, obligada a una coalici¨®n con los socialdem¨®cratas, ha puesto un enorme interrogante sobre el futuro de la energ¨ªa nuclear. La CDU quiere revisar la moratoria, pero no se sabe qu¨¦ har¨¢n los socialdem¨®cratas ahora que no est¨¢n atados a Los Verdes.
De las nueve centrales que quedan operativas en Espa?a tras el cierre de Vandell¨°s I, la m¨¢s antigua es la de Zorita (Jos¨¦ Cabrera), que se conect¨® a la red en 1968. Eso quiere decir que dentro de tres a?os cumplir¨¢ 40. El permiso de explotaci¨®n caduca en abril de 2006 y est¨¢ previsto su cierre en una fecha a¨²n por determinar. En 1971 entr¨® en servicio la de Santa Mar¨ªa de Garo?a, cuyo permiso de explotaci¨®n concluye en 2009. La sociedad propietaria, Nuclenor, ha decidido invertir, asumiendo un riesgo considerable, en la remodelaci¨®n necesaria para seguir operativa hasta los 60 a?os, con la expectativa de que el Gobierno autorizar¨¢ las pr¨®rrogas.
Se decidi¨® que las nucleares espa?olas amortizaran sus inversiones en 25 a?os. La ¨²ltima, la de Trillo, estar¨¢ amortizada en 2013. Cuando en diciembre de 2010 deje de estar en vigor la disposici¨®n transitoria 6? de la Ley del Sector El¨¦ctrico, las centrales nucleares espa?olas ser¨¢n una especie de gallinas de los huevos de oro. La mayor¨ªa habr¨¢ amortizado ya los costes de construcci¨®n y podr¨¢ vender su electricidad a un precio muy superior al de su coste, puesto que en el mercado este precio se fija en funci¨®n de la fuente m¨¢s cara. De modo que el margen de beneficios de las nucleares ser¨¢ mayor cuanto mayor sea el precio del petr¨®leo.
P¨¦rez Arriaga advierte de que este modelo puede actuar como un incentivo negativo para la seguridad. "En el anterior r¨¦gimen de coste de servicio, el margen de beneficio de una nuclear apenas depend¨ªa de que produjera o no electricidad en un momento dado. Ahora, como s¨®lo se paga por kilovatio hora producido, si no produce, no cobra nada. Cualquier peque?o incidente que obligue a parar el reactor se traduce en un grave perjuicio econ¨®mico, y eso puede actuar como un incentivo perverso en contra de la seguridad".
Las el¨¦ctricas espa?olas no parecen especialmente interesadas sin embargo en invertir en nuevas nucleares, al menos a corto plazo. Su batalla se centra ahora en prolongar la vida ¨²til de las que funcionan en 20 a?os m¨¢s. De momento, les resulta m¨¢s barato y m¨¢s seguro invertir en centrales de ciclo combinado de gas natural y fuel, porque requieren menos inversi¨®n, se amortizan antes y el suministro est¨¢ asegurado, aunque la factura del Protocolo de Kioto puede alterar estas premisas. El informe del MIT considera dif¨ªcil que la energ¨ªa nuclear pueda desarrollarse sin apoyo gubernamental.
Son los fabricantes de componentes nucleares (Westinghouse, General El¨¦ctric, Siemens, Echelon, Dominon) quienes sostienen los foros de debate en favor de esta energ¨ªa, con el apoyo de algunas el¨¦ctricas y los partidos conservadores. Espa?a tiene uno de los m¨¢s activos (www.foronuclear.org), y Loyola de Palacio, eurodiputada del PP, ha liderado la batalla de la rehabilitaci¨®n nuclear en Europa. La campa?a arreci¨® en noviembre de 2001, cuando 99 empresas de diferentes pa¨ªses emitieron una carta abierta a las Administraciones a favor de la energ¨ªa nuclear, que defin¨ªan como una energ¨ªa "limpia y renovable". Discretamente, la Embajada de Estados Unidos en Madrid trata tambi¨¦n de impulsar el debate y favorecer la penetraci¨®n de las empresas norteamericanas.
El fantasma de una recesi¨®n
Si el precio del petr¨®leo sigue subiendo y el cambio clim¨¢tico se acelera, la crisis energ¨¦tica puede precipitarse. Se perfilan dos posiciones: si se quiere mantener el crecimiento econ¨®mico y evitar el impacto sobre el clima, habr¨¢ que apostar por extender el parque de nucleares. Si lo que se pretende es priorizar la protecci¨®n del medio ambiente sin incurrir en los riesgos de la energ¨ªa nuclear, entonces habr¨¢ que sacrificar el bienestar asociado al consumo intensivo de energ¨ªa y organizar un sistema menos dependiente del transporte.
En medio se situar¨ªa una tercera corriente de opini¨®n, muy extendida en c¨ªrculos acad¨¦micos, partidaria de fomentar el ahorro, sustituir lo m¨¢s r¨¢pidamente posible los combustibles f¨®siles por energ¨ªas renovables y utilizar la nuclear como una energ¨ªa de transici¨®n, limitada al objetivo de proteger el medio ambiente. La expresa Mariano Marzo, catedr¨¢tico de recursos energ¨¦ticos de la Universidad de Barcelona, con estas palabras: "Estamos atrapados en la pinza de una doble demagogia: por un lado, la de quienes presentan la energ¨ªa nuclear como una panacea que resolver¨¢ la crisis energ¨¦tica garantizando al mismo tiempo un crecimiento econ¨®mico ilimitado, y por otro, la de quienes abogan por prescindir de una fuente de energ¨ªa que ahora proporciona la cuarta parte de la electricidad, eludiendo referirse a la recesi¨®n econ¨®mica que ello comportar¨ªa". Tambi¨¦n hay quienes, como Marcel Coderch, temen que el peak-oil provoque una reducci¨®n del suministro energ¨¦tico que haga aumentar los precios y nos lleve directamente a una recesi¨®n como la de 1973. Y si hay recesi¨®n, la demanda caer¨¢ y ya no har¨¢n falta nucleares.
Otra opci¨®n es entregarse al optimismo hist¨®rico del "algo se inventar¨¢". "Hasta ahora la tecnolog¨ªa siempre nos ha sacado del atolladero. Pero ahora estamos realmente en un atasco y la tecnolog¨ªa no nos va a resolver la papeleta si no apostamos por ella. Y para apostar hay que decidir", dice P¨¦rez Arriaga. El problema es que el tiempo tambi¨¦n se agota.
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