V¨ªctimas paquistan¨ªes, auxilio espa?ol
Un equipo de 35 personas atiende un hospital m¨®vil en una zona devastada por el terremoto
El valle es tan estrecho y en pendiente que el helic¨®ptero da varias vueltas antes de encontrar una loma donde posarse. Para entonces, cientos de cachemires le han hecho se?ales con el primer trapo a mano y muchos ni?os corren detr¨¢s de la estela de sus aspas. Arja es un lugar tan escondido que s¨®lo el Ej¨¦rcito paquistan¨ª y el equipo de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional (AECI) han acudido en apoyo de los miles de familias que habitan en este entorno, sembrado de destrucci¨®n, dolor y muerte por el terremoto del pasado d¨ªa 8.
El equipo de la AECI lo forman 35 personas de servicios de urgencia y ONG de Madrid, Navarra, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Comunidad Valenciana. Han montado un hospital m¨®vil y desde que se instalaron, hace ya dos semanas, ven al d¨ªa unos 150 heridos y pacientes. Todav¨ªa ayer sus dos traumat¨®logos -Juan Bilbao, de 48 a?os, y Carlos Le¨®n, de 51- trataban de arreglar los huesos rotos de una anciana y de dos j¨®venes que a¨²n no hab¨ªan sido atendidas por un m¨¦dico desde el d¨ªa del terremoto.
"Es agotador y frustrante porque a estas alturas podemos hacer poco", dice Bilbao mientras con dos enfermeros trata de recolocar el codo de una joven, que gime de dolor. "Despu¨¦s de 16 d¨ªas, el hueso ha creado callo y no hay forma de recuperar la movilidad y la fuerza anteriores", a?ade el m¨¦dico, que con su compa?ero realiza dos o tres operaciones al d¨ªa y atiende a unos 50 heridos.
Llegar al hospital supone para muchos cachemires una caminata de m¨¢s de dos d¨ªas a trav¨¦s de senderos que las avalanchas provocadas por el se¨ªsmo han borrado. El terremoto afect¨® a unos 25.000 kil¨®metros cuadrados del noreste de Pakist¨¢n, un ¨¢rea muy monta?osa y en la que la poblaci¨®n vive diseminada en caser¨ªos levantados en los bancales que cultivan. Aunque caus¨® grandes destrozos en el noreste de la Provincia Fronteriza del Noroeste, la parte m¨¢s afectada fue Cachemira Libre -como llaman los paquistan¨ªes a la zona que controlan de esa regi¨®n que se disputan con India-. Su capital, Muzaffarabad, con cerca de unos 100.000 habitantes, es el centro urbano que ha sufrido con m¨¢s crueldad la furia de la naturaleza.
Jos¨¦ Antonio Jim¨¦nez, de 48 a?os, y coordinador m¨¦dico del equipo, se?ala que atienden tambi¨¦n muchos problemas ps¨ªquicos y cuadros de ansiedad de supervivientes que, adem¨¢s de sufrir sus propias heridas, la p¨¦rdida de seres queridos y la destrucci¨®n de la casa, tienen que hacer frente a las continuas r¨¦plicas del terremoto que sacuden la zona.
Pacientes y resignados a su suerte, decenas de paquistan¨ªes aguardan su turno a la entrada de la enorme carpa, en cuyas salas m¨¦dicos, enfermeros, t¨¦cnicos e int¨¦rpretes trabajan de sol a sol. En los ¨²ltimos d¨ªas, la mayor¨ªa de los que acuden llega con problemas end¨¦micos agravados por el terremoto, como gastroenteritis o erupciones en la piel por la suciedad. Juan Bartolom¨¦, jefe del servicio de emergencia de la AECI, se?ala que, despu¨¦s de todo el esfuerzo realizado, no le gustar¨ªa levantar las tiendas y volver a casa. Defiende que Espa?a establezca en Arja un "proyecto de cooperaci¨®n al desarrollo".
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