El Valencia y la identidad

La Comisi¨®n Antiviolencia inst¨® ayer a la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol a adoptar las medidas necesarias para que no se repitan hechos como los ocurridos el pasado s¨¢bado en el Camp Nou donde un acto del Correllengua deriv¨® en una proclama a favor de los Pa?sos Catalans, generando, dice la comisi¨®n, una "controversia ajena al deporte". A esta llamada a la sensatez, el Valencia Club de F¨²tbol responder¨¢ vistiendo hoy en Mestalla el uniforme de la senyera y las pe?as valencianistas, exhibiendo una pancarta que a saber qu¨¦ dir¨¢.

El Valencia anunci¨® su decisi¨®n de modificar su uniforme oficial, pese a jugar en casa, con un lac¨®nico comunicado; pero a nadie se le escapa la relaci¨®n causa-efecto entre lo sucedido el pasado s¨¢bado en Barcelona y lo que ocurrir¨¢ hoy en Valencia. Un efecto de acci¨®n-reacci¨®n, que hace caso omiso de la recomendaci¨®n de la Comisi¨®n Antiviolencia, y que conecta directamente con el discurso del Consell y del PP, que aprovech¨® el error del presidente del Bar?a, Joan Laporta, y de su junta directiva para elaborar una ceremonia de la confusi¨®n en la que no se distingu¨ªa entre directivos, aficionados cul¨¦s, catalanes y pol¨ªticos de Catalu?a.

A esta confusi¨®n deliberada, que tiene todo que ver con el debate sobre el Estatuto catal¨¢n y la estrategia de la crispaci¨®n, con su correlato anticatalanista, de los populares en Espa?a se ha sumado ahora el Valencia, que no puede alegar ignorancia sobre el momento pol¨ªtico actual, salvo que todos sus dirigentes sean autistas, que no es el caso. Que el Valencia juegue esta noche con el equipaje de la senyera es un hecho pol¨ªtico en sinton¨ªa con el PP. Ayer mismo un periodista radiof¨®nico, por si alguien no hab¨ªa ca¨ªdo en la cuenta, lo explicaba con claridad meridiana: "El Valencia, dec¨ªa, quiere defender las se?as de identidad de los valencianos". Qu¨¦ mal deben de estar y qu¨¦ fr¨¢giles son las se?as identitarias valencianas cuando se pretende forzar una respuesta social -que se sabe c¨®mo comienza, pero no c¨®mo acaba- de tama?a intensidad.

Tampoco hay que sorprenderse en exceso por el servilismo del club de Mestalla ante la derecha pol¨ªtica. Tiene una larga tradici¨®n. De m¨¢s est¨¢ decir la dependencia que tiene su presidente, Juan Soler, y el grupo de promotores que se sienta en su junta directiva, de las decisiones del Consell en lo que se refiere a Territorio y Vivienda. Por no remontarnos a Ramos Costa e incluso a Paco Roig, que hab¨ªa que ver c¨®mo se cuadraba ante un madridista confeso como Eduardo Zaplana. Los directivos del Valencia -no confundir con la afici¨®n- y la derecha siempre han mantenido unas excelentes relaciones.

Escrib¨ªa ayer en estas p¨¢ginas Vicent Franch que las mechas se prenden en Catalu?a. No dir¨¦ que no; pero la le?a y los bidones de gasolina se ponen aqu¨ª. Y conclu¨ªa el profesor afirmando que quienes promueven actos como el ocurrido el pasado s¨¢bado en el Camp Nou "no pueden tenerse como amigos de los usuarios leales del valenciano". Nada m¨¢s cierto. Pero cu¨¢ntos miembros del Consell hablan habitualmente en valenciano. Alguno hay que pr¨¢cticamente s¨®lo lo utiliza para hacer anticatalanismo, que ya es paradoja. Y cu¨¢ntos directivos del Valencia hablan en valenciano. Pobres se?as de identidad.