Tormenta arbitral en Sevilla

El encuentro se presagiaba intenso, con dos equipos con urgencias. Y as¨ª fue, un buen partido, hasta que se lo carg¨® el ¨¢rbitro madrile?o Rubinos P¨¦rez. Hac¨ªa prever mucho f¨²tbol. Las urgencias tambi¨¦n son parte de este juego. Pero un alarde interpretativo de las reglas por parte de Rubinos P¨¦rez se lo carg¨®. Mediada la segunda parte, Rubinos se?al¨® un penalti que muchos no vieron y expuls¨® a Joaqu¨ªn. Por si fuera poco... orden¨® repetir la pena m¨¢xima que Doblas le hab¨ªa parado a Riquelme. A la segunda, la clav¨® el argentino. Poco despu¨¦s, Melli tambi¨¦n fue expulsado. Y a¨²n hubo m¨¢s. El ¨¢rbitro anul¨® un gol al Betis que pareci¨® legal.

Decisiones que encendieron a la afici¨®n b¨¦tica.

Antes del esc¨¢ndalo final, el partido fue fiel reflejo de la necesidad de confianza de ambos contendientes. Ninguno se pod¨ªa permitir la derrota y el juego se vio afectado por esa coyuntura. El Betis adopt¨® una actitud m¨¢s primaria que profesional. Quiz¨¢ por ello, Riquelme estaba suelto. Nadie sabe por qu¨¦, pero era as¨ª y una jugada suya acab¨® con el gol de Jos¨¦ Mari. Las urgencias se instalaban en Heli¨®polis y Riquelme segu¨ªa libre. Precisamente, uno de los culpables de su disfrute colabor¨® a terminar con la euforia amarilla. Assun?ao sac¨® una falta y Oliveira cabece¨® a la red. Y la ansiedad se volvi¨® a repartir. Los verdiblancos revivieron gracias al esfuerzo f¨ªsico de Xisco y el t¨¢ctico de Rivera, que logr¨® que sus compa?eros le ayudaran a anular a Riquelme y tuvo fuerzas para repartir juego. El Villarreal mostr¨® una cara bronca, que no le pega, pero que tiene. Joaqu¨ªn recibi¨® palos por todos los sitios. En la segunda mitad, el Villareal se volvi¨® a adelantar, y Javi Venta, en propia puerta, sell¨® de nuevo la igualada. A partir de ah¨ª, el ¨¢rbitro llev¨® el partido a la locura.