Atutxa repite en el juicio que no desobedeci¨® ni despreci¨® al Supremo
La fiscal, que no acusa, someti¨® a los tres procesados a un inquisitivo interrogatorio
El ex presidente de la C¨¢mara vasca Juan Mar¨ªa Atutxa (PNV), juzgado desde ayer junto a Gorka Kn?rr (EA) y Kontxi Bilbao (EB) por no disolver el grupo heredero de Batasuna como orden¨® el Tribunal Supremo, neg¨® haber "incurrido en desobediencia" o haber "despreciado" al alto tribunal. Los tres acusados se mantuvieron firmes al decir que intentaron cumplir la orden de disoluci¨®n de Sozialista Abertzaleak (SA), pero fue "imposible" hacerlo por causas ajenas a ellos.
En la primera sesi¨®n del juicio todo discurri¨® sobre el gui¨®n previsto, hasta que tom¨® la palabra la fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia vasco, Mar¨ªa ?ngeles Montes, para interrogar a los acusados. Hasta ese momento, pasadas las 11.30, las instant¨¢neas hab¨ªan sido las esperadas: un apoyo efusivo en la calle a los tres acusados, que acudieron arropados por las direcciones de sus partidos hasta la escalinata de la entrada del Palacio de Justicia. Todos ellos con el mismo discurso: la vista oral es un "juicio pol¨ªtico", un "vodevil pol¨ªtico judicial" o, como afirm¨® el lehendakari Ibarretxe, "la cola del cometa del pensamiento ¨²nico que lider¨® el PP".
Junto a esas declaraciones y muestras de afecto, ya en la sala de vistas, las habituales cuestiones previas de la defensa. Todas ellas rechazadas por el tribunal, al considerar que no hab¨ªa ning¨²n motivo para suspender la vista, como hab¨ªa solicitado el abogado defensor. La secretaria ley¨® entonces los escritos de las partes, en los que, sobre el papel, s¨®lo aparece como acusaci¨®n el sindicato Manos Limpias, que pide una multa e inhabilitaci¨®n especial durante dos a?os por desobediencia. Su letrado, Jaime Alonso Garc¨ªa, no pudo ni abrir la boca. Los acusados se negaron, "por dignidad", a contestar a las preguntas de un "sindicato ultraderechista".
La fiscal¨ªa, que durante toda la instrucci¨®n actu¨® como punta de lanza de la acusaci¨®n, menciona en su escrito las "graves dificultades que concurr¨ªan para cumplir" la orden del Supremo. Y a?ade que los acusados no pudieron llevar "a buen t¨¦rmino" la disoluci¨®n porque la Junta de Portavoces rechaz¨®, el 6 de mayo de 2003, una Resoluci¨®n General de Presidencia, apoyada el d¨ªa anterior en la Mesa por Atutxa, Kn?rr, Bilbao y el representante del PSE-EE que la propuso, Manuel Huertas. Justo la "v¨ªa de consenso" mencionada ayer por los acusados para cumplir la orden del Supremo y disolver SA.
Pero la fiscal sorprendi¨® con un interrogatorio que, en algunos momentos, m¨¢s parec¨ªa querer resaltar el comportamiento supuestamente desobediente de los acusados que la imposibilidad a la que se refirieron ayer los tres pol¨ªticos de satisfacer al Supremo. Atutxa habl¨® de "calvario" desde el 20 de mayo de 2003 para referirse al enfrentamiento con el Supremo por no poder cumplir sus ¨®rdenes sin vulnerar la autonom¨ªa parlamentaria y el Reglamento de la C¨¢mara. Un texto que, seg¨²n los acusados, no prev¨¦ la f¨®rmula para disolver un grupo. Montes lleg¨® a preguntar a Atutxa si se hab¨ªan puesto de acuerdo previamente con los representantes de sus partidos en la Junta para eludir su responsabilidad. Atutxa lo neg¨®.
Los tres pol¨ªticos acusados invocaron con profusi¨®n el informe redactado por el ex fiscal general del Estado Jes¨²s Cardenal, en noviembre de 2002, dentro del procedimiento seguido por el juez Baltasar Garz¨®n por el que se suspendi¨® la actividad de Batasuna. Ese texto fija que partido y grupo parlamentario son "realidades diferentes" y subraya la autonom¨ªa de la C¨¢mara para organizarse internamente. "Hicimos lo que dec¨ªa ese informe", asegur¨® Atutxa, aunque Montes le record¨® que Cardenal recomendaba la modificaci¨®n del Reglamento, algo que los acusados no promovieron desde la Mesa.
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