Un accidente de tr¨¢fico de pesadilla
Una mujer fue secuestrada ocho horas y sufri¨® dos intentos de asesinato del conductor de la gr¨²a que la embisti¨®
Adolfo J. H., de 28 a?os, ingres¨® ayer en prisi¨®n acusado de secuestrar durante ocho horas, en Vilafranca del Pened¨¨s (Barcelona), a una mujer de 25 a?os a la que intent¨® asesinar en dos ocasiones durante el tiempo que permaneci¨® con ella. La Guardia Civil lo detuvo el mi¨¦rcoles, seis d¨ªas despu¨¦s de que sucedieran los hechos. El acusado retuvo a la v¨ªctima porque ¨¦sta se neg¨® a aceptar falsear unos datos en el parte que estaban completando tras sufrir un leve accidente de tr¨¢fico.
De acuerdo con la versi¨®n de los hechos facilitada por la Guardia Civil, lo que empez¨® como un incidente sin importancia acab¨® en pesadilla. Adolfo J. H. es el conductor de una gr¨²a con la que el jueves de la semana pasada iba por una calle de la localidad barcelonesa de Vilafranca del Pened¨¨s; por un despiste, choc¨® con el veh¨ªculo de la chica que circulaba delante, y los dos conductores salieron de sus veh¨ªculos para ver las consecuencias del choque y hacer el parte amistoso. Al empezar a rellenar los papeles, el hombre dijo que se hab¨ªa olvidado el seguro del coche en su trabajo, un taller de desguace. Por ello, le propuso a la chica que lo acompa?ara al taller para consultar los papeles del seguro y completar el parte. La joven cometi¨® el error fatal de cre¨¦rselo y acceder a la petici¨®n.
El disparo no impact¨® en la v¨ªctima porque el gruista rectific¨® en el ¨²ltimo momento
En el taller, la chica recibi¨® una segunda propuesta: falsear los datos y hacer pasar la gr¨²a por otro coche, ya que en realidad no dispon¨ªa del seguro de este veh¨ªculo. La v¨ªctima se neg¨®, ya que el accidente no lo hab¨ªa provocado ella. Ante la negativa, el hombre se puso nervioso y sorprendi¨® a la joven sacando una pistola con la que la amenaz¨®; despu¨¦s la amordaz¨® y la at¨® con una cuerda a la silla. La v¨ªctima estuvo sentada y atada durante seis horas. Transcurrido este tiempo, el acusado la hizo levantar, pero no para poner fin al secuestro, sino para sentarla en su coche e ir a comprar tabaco a una gasolinera. Tras la breve compra, volvieron al taller de desguace, donde lo peor a¨²n estaba por llegar.
Adolfo J. H. decidi¨® poner fin al secuestro asesinando a la chica. Primero la intent¨® estrangular y cuando la v¨ªctima ya no se mov¨ªa la introdujo en un coche, pensando que estaba muerta. Segundos despu¨¦s, la joven volvi¨® en s¨ª. Nervioso, opt¨® por coger el arma y dispararle un tiro. El disparo no impact¨® en el cuerpo de la joven porque el hombre rectific¨® en el ¨²ltimo segundo, ech¨¢ndose atr¨¢s de su intenci¨®n inicial.
Empieza as¨ª una nueva escena del secuestro en la que la historia da un giro tan radical como imprevisible. Tras el disparo, Adolfo J. H. parece darse cuenta de lo que est¨¢ haciendo y, abatido, entrega el arma a la joven. Le pide perd¨®n e incluso le reclama que lo mate. La sensatez y la aparente tranquilidad con que la v¨ªctima afront¨® la ins¨®lita propuesta hizo que el desenlace del secuestro se precipitara en beneficio de ella. La chica le explic¨® que necesitaba atenci¨®n m¨¦dica por el intento de estrangulamiento. No s¨®lo eso, sino que incluso le recomend¨® que tambi¨¦n ¨¦l recibiera el tratamiento de un m¨¦dico, por lo que sugiri¨® que los dos fueran al centro hospitalario m¨¢s cercano. Y le convenci¨®. Visiblemente consternado por lo que hab¨ªa hecho, la llev¨® en coche hasta el Hospital de Vilafranca del Pened¨¨s, la dej¨® cerca del centro y ¨¦l se fue. La chica fue atendida en el servicio de urgencias por las lesiones en el cuello y del choque nervioso que padec¨ªa.
El joven no tiene ning¨²n tipo de antecedentes de problemas psicol¨®gicos.
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