Bush retira a su pol¨¦mica candidata al Tribunal Supremo
George W. Bush sacrific¨® ayer a su amiga y consejera jur¨ªdica Harriet Miers y retir¨® la candidatura presentada hace tres semanas para llevarla al Tribunal Supremo. Bajo la doble presi¨®n de los grupos m¨¢s conservadores del universo republicano y de los moderados y dem¨®cratas que dudaban de su experiencia en derecho constitucional, Miers -la d¨¦cima persona propuesta para el Supremo cuya candidatura es retirada- dijo que no quer¨ªa "ser una carga para la Casa Blanca", algo muy comprensible en estos momentos.
En su carta al presidente, la frustrada candidata dijo que le preocupaba que el proceso de confirmaci¨®n fuera "una carga para la Casa Blanca y no sea lo mejor para el pa¨ªs". Bush acept¨® "a su pesar" la decisi¨®n y subray¨® su "profundo respeto y admiraci¨®n". El lunes pasado, cuando nadie anticipaba el sorprendente anuncio, el presidente habl¨® de Miers como "una mujer extraordinaria" y expres¨® su confianza en que tendr¨ªa la oportunidad de explicarse en las sesiones del Senado, que estaban previstas a partir del 7 de noviembre. Varios factores le han hecho rectificar.
La Casa Blanca quiso explicar la decisi¨®n por la imposibilidad de ceder a las exigencias de los senadores que quer¨ªan "documentos internos sobre la asesor¨ªa de Miers al presidente", pero lo que ha hecho saltar por los aires la nominaci¨®n no es eso. La clave es la debilidad de Bush; la clave es que el entorno presidencial no atraviesa momentos como para permitirse el lujo de una bronca en las filas republicanas.
Ofensiva conservadora
Lo que ha doblado la mu?eca al presidente ha sido la ofensiva de destacados portavoces conservadores como George Will, que 24 horas despu¨¦s de la nominaci¨®n pidi¨® el voto en contra de los senadores republicanos, o como Charles Krauthammer, que arranc¨® su columna de hace una semana diciendo: "No es ning¨²n secreto que la nominaci¨®n de Harriet Miers ha sido un error". El analista explic¨® que el problema no estaba en sus posiciones pol¨ªticas, "sino en su ausencia de pr¨¢ctica constitucional, lo que hace que carezca de las exigencias m¨ªnimas para el puesto".
Es cierto que la candidata, con un destacado historial profesional, no daba la talla para un puesto vitalicio en la c¨²pula del Poder Judicial; pero tambi¨¦n es verdad que no ofrec¨ªa garant¨ªas suficientes a la derecha m¨¢s inflexible. Hace dos d¨ªas se supo que en 1993 se mostr¨® partidaria de la autodeterminaci¨®n en asuntos de aborto. Desde entonces, el grupo Mujeres Preocupadas de Am¨¦rica se uni¨® a la movilizaci¨®n contra Miers.
En una clara se?al de por d¨®nde iban unos tiros que la Casa Blanca no estaba dispuesta a soportar m¨¢s, otro grupo conservador, Americanos a favor de una Justicia Mejor, hab¨ªa empezado a airear en la cadena de televisi¨®n amiga Fox anuncios en los que ped¨ªa la retirada de Miers, con este texto: "Incluso los mejores l¨ªderes cometen errores. Los conservadores apoyan a George Bush, pero no respaldan a Harriet Miers".
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