Ley del embudo
Dec¨ªa en esta secci¨®n Jon Aritz Bengoetxea, portavoz de EA en el Ayuntamiento de Bilbao, en relaci¨®n con la voluntad pol¨ªtica del pueblo vasco, que "lo m¨¢s sencillo y directo es preguntar al propio pueblo directamente y sin intermediarios qu¨¦ es lo que quiere ser".
Me gustar¨ªa saber si, en caso de que tal cosa ocurriera, el nacionalismo vasco respetar¨ªa la voluntad de aquella parte del territorio vasco -provincias y municipios- que decidiera permanecer unida a Espa?a, o si, por el contrario, esa voluntad deber¨ªa someterse a la decisi¨®n de la mayor¨ªa electoral si ¨¦sta optara por la independencia.
En tal caso, se reproducir¨ªa en el interior del "¨¢mbito de decisi¨®n vasco" la situaci¨®n de sometimiento de una parte al todo soberano e indivisible que el nacionalismo vasco considera inaceptable en la actualidad. Viene esto a cuento porque ciertos nacionalismos han convertido el derecho de autodeterminaci¨®n en paradigma de la ley del embudo: s¨®lo es aplicable si sirve a sus prop¨®sitos y hasta el momento en que ¨¦stos se hayan alcanzado. Me recuerda esto una entrevista que el peri¨®dico La Vanguardia le hizo en su d¨ªa a la ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno aut¨®nomo de Quebec, en la que ¨¦sta se mostraba muy confiada en el triunfo de su opci¨®n secesionista en un pr¨®ximo refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, tras el resultado adverso obtenido en referendos anteriores. Cuando el periodista le pregunt¨® si una vez conseguida la independencia se seguir¨ªan celebrando referendos para saber si el pueblo soberano prefer¨ªa volver a la situaci¨®n anterior, la respuesta fue que no, porque los referendos s¨®lo deben servir para salir de un Estado, y no para reintegrarse en ¨¦l. De ello deduje que el derecho de autodeterminaci¨®n de una comunidad caduca cuando aquellos que lo invocan han conseguido sus fines. Parece, pues, que la cosa no es tan sencilla como la pinta Aritz.
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