Guarros, depredadores y pol¨ªgamos
?Qu¨¦ quieren que les diga?, a m¨ª siempre me han enternecido estos chicos de alta cuna, catalanes de los que siempre hablaron espa?ol y levantaron la mano cuando lo exig¨ªa el gui¨®n. Notables familias que forman parte de la Catalu?a que crey¨® en la Espa?a una y grande y actu¨® con decidida consecuencia. Los hereus de esas casas son, generalmente, gente educada y correcta, con un puntito brit¨¢nico en las formas, gente con la que una se va de viaje y vuelve refinada. Son tan finos que, por norma, cuando sueltan un taco muy gordo a modo de idea, lo dicen como si fuera un tratado de diplomacia. Por supuesto, no tienen el verbo grueso de algunos obsesos de las Espa?as coperas y viva el obispo, sino que te machacan a Catalu?a con estilo, s¨ª se?or, y hasta parece que les duela que no formes parte del redil de los buenos chicos. Esta gente, preparada, le¨ªda y mundana, son los que hacen los textos serios y dejan que sean los otros, los sobreros, los que construyan el ruido.
Como ello es as¨ª, y como Jorge Trias Sagnier forma parte de los practicantes de la finezza, hombre encantador que brilla con luz propia en el coeficiente intelectual del Partido Popular, una se toma en serio su tratado de la FAES sobre el Libro Rojo del Estatut. Si lo hubiera firmado alguno de los muchos showmen que tiene el PP, especialmente el d¨²o fant¨¢stico Zaplana-Acebes, nos habr¨ªamos re¨ªdo sonoramente, conocedores del sentido del humor agudo que tienen estos dos. De hecho, son tan divertidos que han conseguido que sus gui?oles sean m¨¢s aut¨¦nticos que ellos mismos. Pero el importante documento que ha salido de las entra?as de la FAES y cierra Espa?a, lo firma un se?or que generalmente tiene ideas detr¨¢s de sus palabras, de manera que me pongo las gafas de leer, me borro la ¨²ltima sonrisa que Acebes me dej¨® en el careto y penetro, con er¨®tica voracidad, en la profundidad de sus pensamientos.
Lo sab¨ªa. Siempre lo supe. Desde que Jim¨¦nez de Parga nos dijo que los catalanes ¨¦ramos unos guarros ancestrales, y una larga lista de notables pensadores de la derecha contrarreformista nos lanz¨® la acusaci¨®n de depredadores, insolidarios y taca?os -lo de nazis s¨®lo lo dijo el mamporrero de la convivencia, ese Jim¨¦nez los Santos cuyo nombre nunca estuvo mejor puesto-, desde entonces, dec¨ªa, siempre supe que, en realidad, lo que realmente ¨¦ramos los catalanes era unos depredadores sexuales. Ya s¨¦ que d¨¦cadas de opresi¨®n han inventado el mito del espa?ol pata negra por cuyos huesos suspiran todas las suecas del mundo. Pero ¨¦sa es una mentira hist¨®rica, como lo del Col¨®n espa?ol, porque la aut¨¦ntica alegr¨ªa sandunguera es cuatribarrada y habla catal¨¢n. Y por ello, porque nos puede lo que se sit¨²a por debajo del ombligo, hemos perpetrado un Estatut lascivo, promiscuo y pol¨ªgamo. S¨®lo una mente notable como la de Trias Sagnier pod¨ªa sacar a la luz la verdadera naturaleza del texto estatutario, que no es otra que la reedici¨®n de la m¨ªtica Org¨ªa, de Bellmunt, en versi¨®n tripartita. As¨ª pues, con la aportaci¨®n de Trias Sagnier al debate catal¨¢n, se cierra el c¨ªrculo de las maldades estatutarias, y ahora ya sabemos que incumple todos los pecados del catecismo. Abre la puerta al asesinato selectivo (sic Sagnier), va a dejar a Espa?a m¨¢s pelada que Los Pelaos antes de que les tocara la Primitiva y resulta que avala la poligamia. El no matar¨¢s, no robar¨¢s y no fornicar¨¢s, todo a la porra por culpa de los p¨¦rfidos catalanes. De hecho, es probable que si se usa mucho el Estatut, provoque gripe aviaria, f¨ªstula anal y ¨²lcera de duodeno. Y, por supuesto, el Estatut deja ciegos a quienes lo usan, como ya les ocurr¨ªa a los obsesos masturbadores de los pupitres de El florido pensil.
En estas circunstancias de degradaci¨®n moral de la sociedad catalana, ?qu¨¦ otra cosa puede hacer el responsable, ordenado y serio Partido Popular, m¨¢s all¨¢ de gastarse medio mill¨®n de euros en luchar contra el manifiesto catal¨¢n, como otrora lo hac¨ªa, en los tiempos gloriosos, contra el Manifiesto comunista? ?Qu¨¦ puede hacer sino soliviantar a las masas, llamarlas a diana y lanzarlas a la caza del Estatut? ?Qu¨¦ otra cosa, sino movilizar a todos los boxeadores del micr¨®fono para que insuflen de orgullo patrio los henchidos pechos del somat¨¦n? ?Qu¨¦, sino pedirle a Sagnier que use su notable inteligencia para encontrar la poligamia escondida en el malvado texto? En el fondo, lo que est¨¢ haciendo el Partido Popular, denunciando, insultando, machacando y manipulando, todo, s¨®lo es un servicio p¨²blico. Que se lo digan si no a Mariano Rajoy, cuya responsabilidad pol¨ªtica lo ha llevado al extremo de plantarse en Sant Sadurn¨ª d'Anoia, y cual ¨¦mulo de ese otro notable gallego que se ba?¨® en Palomares para demostrar que no se pon¨ªa fosforito, se ha bebido unas copas de cava catal¨¢n. ?Est¨¢ demostrado!: a diferencia del Estatut, el cava no provoca espasmos ni ceguera, ni te da unas ansias locas de casarte con la vecina del quinto, la prima segunda y el amigo del tercero. Se puede beber. Y no s¨®lo eso, sino que, con su ¨ªnclito y heroico gesto, Rajoy ha demostrado al mundo que no todo lo catal¨¢n te env¨ªa directamente al infierno. ?Qu¨¦ m¨¢s podemos pedir? Nos dan en el cogote desde todos los micr¨®fonos de la caverna, nos montan un pollo pol¨ªtico de a¨²pa, nos fabrican una campa?a millonaria para intentar cargarse nuestra decisi¨®n soberana, nos dicen todas las lindezas del calendario, versi¨®n gruesa, y despu¨¦s nos env¨ªan al bueno de Rajoy a tomar cava. ?Esto s¨ª que es amor a Catalu?a!
En fin, repito mi admiraci¨®n por Trias Sagnier. Nunca la inteligencia estuvo al servicio de m¨¢s alta misi¨®n. Y nunca lleg¨® tan bajo.
www.pilarrahola.com
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