Muere Alberto Ormaetxea
El entrenador que dio sus dos ¨²nicos t¨ªtulos de Liga a la Real Sociedad falleci¨® ayer en San Sebasti¨¢n tras una larga enfermedad
Alberto Ormaetxea, el hombre que llev¨® a la Real Sociedad a la conquista de dos Ligas, muri¨® ayer tras una larga enfermedad en San Sebasti¨¢n, la ciudad que no olvida al equipo campe¨®n de las temporadas 80-81 y 81-82. Aquella Real inteligente defensivamente, vers¨¢til en el medio campo y letal en los contragolpes, fue dirigida sin ruido y con buena mano por Alberto Ormaetxea, entrenador de talante discreto que coron¨® la obra de sus tres predecesores: Rafael Iriondo, Andoni Elizondo y Jos¨¦ Antonio Irulegui. Atr¨¢s hab¨ªan quedado los amargos a?os en Segunda Divisi¨®n, en los que Ormaetxea particip¨® como lateral izquierdo en una defensa que luego se hizo respetar en Primera Divisi¨®n. Cuando la Real regres¨® a la m¨¢xima categor¨ªa en 1967, muchos dudaron del futuro de aquel equipo. Pero alrededor del portero Esnaola y de los defensas Gorriti, Mart¨ªnez y Ormaetxea, se pusieron los cimientos de un equipo extremadamente competitivo, vinculado como pocos a su afici¨®n, con una firmeza defensiva que ser¨ªa decisiva mucho a?os despu¨¦s, cuando el minucioso y excepcional trabajo con la cantera desemboc¨® en la aparici¨®n de jugadores como Arconada, Kortabarria, Diego, Perico Alonso, Zamora, Satrustegui y L¨®pez Ufarte. Eran futbolistas de car¨¢cter, complementarios, capaces de adaptarse a todo tipo de partidos, a los fuertes y a los finos. A todos ellos les dirigi¨® Ormaetxea sin ninguna de las vanidades que tanto caracterizan a los t¨¦cnicos de hoy.
Discreto, serio y eficaz, mantuvo los rasgos del equipo y sac¨® lo mejor de sus jugadores
Natural de ?ibar, comenz¨® su carrera en el equipo de su pueblo natal. En 1962 ingres¨® en la Real Sociedad, por entonces en Segunda Divisi¨®n. Era un lateral izquierdo m¨¢s alto y fuerte de lo que se acostumbraba en aquellos d¨ªas. Junto a Gorriti y Mart¨ªnez form¨® una defensa expeditiva, poco proclive a los alardes t¨¦cnicos. Para esas cuestiones estaban Mendiluce y el extremo izquierdo Boronat. En contra de los pron¨®sticos, el equipo se estableci¨® con garant¨ªas en Primera Divisi¨®n, apoyado en el inexpugnable Atocha, el m¨ªtico campo donde la Real comenz¨® a dar las se?ales del ¨¦xito. Presidido por Jos¨¦ Antonio Orbegozo, el club se decidi¨® por una pol¨ªtica estricta de cantera. El resultado fue impresionante. Cuando Ormaetxea se retir¨® en 1974, la Real ya no era el equipo que hab¨ªa sufrido una larga traves¨ªa por la Segunda Divisi¨®n, ni el club que s¨®lo pretend¨ªa mantenerse en Primera. Los objetivos eran otros: aprovechar al m¨¢ximo una generaci¨®n de magn¨ªficos jugadores.
Ormaetxea, que entren¨® brevemente al ?ibar, regres¨® a la Real para dirigirla en 1978. Lo que sucedi¨® en sus siete a?os como entrenador es algo imborrable. Gan¨® dos t¨ªtulos de Liga (temporadas 1980-81 y 81-82), una Supercopa y fue subcampe¨®n de Liga en la 79-80, en el que posiblemente fue el mejor a?o del equipo. S¨®lo perdi¨® un partido en toda la temporada, pero la derrota en Sevilla en la pen¨²ltima jornada -el gol de Bertoni jam¨¢s se olvidar¨¢ en San Sebasti¨¢n- le priv¨® del t¨ªtulo, obtenido por el Real Madrid. No fue el ¨¦xito casual de un club destinado a decaer. Ormaetxea, hombre de pocas palabras, serio y eficaz, mantuvo los rasgos de la Real y sac¨® lo mejor de sus jugadores. Lo hizo apoyado en su viejo compa?ero de ala, Marco Antonio Boronat. El t¨¢ndem funcion¨® a la perfecci¨®n en todos los aspectos. Nada les distrajo de lo principal. La Real estaba en condiciones de hacer historia. Los dos t¨ªtulos de Liga fueron la culminaci¨®n de una obra que, vista con perspectiva, resulta excepcional. Desde 1967, a?o de su ascenso a Primera, la Real es uno de los cuatro equipos que no han descendido a Segunda. Los otros son el Real Madrid, el Bar?a y el Athletic.
Sustituido por John Toshack en 1985, Ormaetxea dirigi¨® al H¨¦rcules, donde se encontr¨® fuera del h¨¢bitat que conoc¨ªa perfectamente. Fue su ¨²ltimo trabajo como entrenador. Regres¨® a San Sebasti¨¢n y se desvincul¨® profesionalmente del f¨²tbol, pero no perdi¨® su relaci¨®n con el equipo. Hasta hace poco tiempo ejerc¨ªa como entrenador del equipo de veteranos. Y sus comentarios en el Diario Vasco se han publicado hasta el pasado jueves. Comentarios sensatos, sin estridencias, como correspond¨ªa a su car¨¢cter.
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