Todos en tratamiento
Las terapias deben implicar a toda la familia y ser multidisciplinares
?Qu¨¦ puede hacer si su hijo es obeso y acusa problemas psicol¨®gicos? ?Ponerle a dieta? ?Apuntarle a un gimnasio? No es tan simple. Se necesitan cambios, y van m¨¢s all¨¢ del ejercicio y la comida. Incluso hay que implicar a toda la familia.
Caroline Braet, una de las m¨¢s destacadas estudiosas europeas de las consecuencias ps¨ªquicas de la obesidad infantil, dice que el tratamiento se debe combinar con terapias psicol¨®gicas de tipo cognitivo conductual. Y que se involucren los padres (desde una m¨ªnima implicaci¨®n hasta el trabajo con ellos exclusivamente) "parece muy importante", asegura Braet, jefa del departamento de Desarrollo Cognitivo y Psicolog¨ªa Social de la Universidad de Gante (B¨¦lgica). "Un estudio de 1994 demostr¨® que el 34% de los ni?os obesos que siguieron una terapia de conducta familiar hab¨ªa disminuido su porcentaje de sobrepeso en 2004, diez a?os despu¨¦s. Un 30% dej¨® de ser obeso".
"Lo primordial es que dejen de engordar. Siguen creciendo, as¨ª que se normalizan"
El tratamiento ideal de la obesidad infantil tendr¨ªa que ser multidisciplinar: pediatras, dietistas, psic¨®logos y educadores f¨ªsicos deber¨ªan intervenir, asegura el coordinador del Proyecto HELENA, un programa europeo que desde mayo pasado y hasta 2008 analizar¨¢ el estado nutricional de los adolescentes y dise?ar¨¢ un programa de intervenci¨®n (http://www.helenastudy.com). Luis Moreno, coordinador del proyecto y profesor de la Universidad de Zaragoza, asegura que la visi¨®n m¨¢s aceptada entre los especialistas ser¨ªa que, como los ni?os y adolescentes est¨¢n en desarrollo, no se debe buscar que adelgacen, sino que mantengan el mismo peso mientras siguen creciendo. "El porcentaje de ¨¦xito en los tratamientos es bueno, el problema es que un 50% de los chicos deja de acudir a las consultas", asegura. No se deben buscar grandes cambios en la dieta que duren s¨®lo un par de meses, sino peque?os cambios de comportamiento, que a base de permanecer en el tiempo, logren el objetivo, cuenta Moreno.
Susana Monereo, jefa de Endocrinolog¨ªa del hospital de Getafe (Madrid), est¨¢ de acuerdo: "Lo primordial es pararlo, que el ni?o deje de engordar. Si es as¨ª, seguir¨¢ creciendo y se normalizar¨¢".
Parece que no es disparatado que todos en casa se planteen cambios, incluidos los abuelos, que se han convertido en muchos casos en los cuidadores principales de los ni?os. "Hay que implicar a los padres, no puede ser que el ni?o coma jud¨ªas verdes y su padre, un helado", mantiene Monereo. "Yo hago pactos con ellos y trato de que todos, padres y ni?os, lo entiendan bien. Y luego uso varias reglas de oro. Que no repitan, que la comida llegue servida en el plato a la mesa, que practiquen su deporte favorito tres veces a la semana. Por ejemplo, les hago prometer que antes de tomar un refresco, han de beber un vaso de agua, para quitarles la sed. Tambi¨¦n les pido que escriban en un papel los comportamientos sanos y luego me digan cu¨¢l van a practicar. O que ellos mismos se pesen y lo vayan apuntando en su libreta. La base es la complicidad".
El psiquiatra infantil Gonzalo Morand¨¦ lleva muchos a?os tratando casos de anorexia y bulimia en menores. Cuando comenz¨®, s¨®lo un 4 ¨® un 5% de quienes padec¨ªan transtornos alimenticios se curaban. Ahora la tasa supera un 60%. "La situaci¨®n, actualmente, es igual de mala para la obesidad infantil", dice. En su hospital, el Ni?o Jes¨²s de Madrid, con el curso escolar se ha iniciado el tratamiento de 12 peque?os. Tienen encuentros semanales a los que acuden tambi¨¦n los padres.
"El objetivo es cambiar todos los h¨¢bitos b¨¢sicos de vida del ni?o, que es lo m¨¢s dif¨ªcil y lo que funciona", mantiene Morand¨¦, "y no s¨®lo los de la comida o el ejercicio. El ni?o tiene que entenderlo, y antes de ¨¦l, sus padres. Se trabaja en ordenar el horario de sue?o (se ha demostrado que si duermes m¨¢s est¨¢s m¨¢s delgado), sus actividades l¨²dicas o que sepan c¨®mo tienen que comer. Tambi¨¦n se arbitra la cantidad de ejercicio que hacen". La terapia se completa con monitorizaci¨®n por tel¨¦fono. Apenas llevan un mes y ya notan progresos. "Pero en este tipo de casos, en que la obesidad ya est¨¢ instaurada, no se pueden esperar resultados concluyentes antes de uno o dos cursos escolares".
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