Ejercicios de estilo y un pu?etazo en el est¨®mago
Ante un plato art¨ªstico de la contundencia de Herrumbre cualquier cosa previa queda minimizada. Las coreograf¨ªas del sueco Orj?n Andersson y del italiano Jacopo Godani, que se presentan en calidad de estrenos absolutos en el programa de la Compa?¨ªa Nacional de Danza en La Zarzuela, cumplen al pie de la letra su condici¨®n de aperitivos o, si se quiere, de "ejercicios de estilo" a lo Queneau. Desprenden virtuosismo a raudales, pulcritud en el movimiento y la composici¨®n, sentido de las geometr¨ªas y, especialmente en la del italiano, una sensaci¨®n de frescura e imaginaci¨®n a trav¨¦s del ritmo y la agilidad corporal. Las m¨²sicas de Ghislain Poirier y Blir and Steinbr¨¹chel, o la de Steven Mackey, respectivamente, no son determinantes en ning¨²n caso. Los valores art¨ªsticos encajan con mayor propiedad en conceptos puramente l¨²dicos, bien desde la deconstrucci¨®n reiterativa en Arcos de escarcha, bien desde la reivindicaci¨®n abstracta en Prototype hero.
Compa?¨ªa Nacional de Danza
Director: Nacho Duato. Arcos de escarcha (estreno absoluto); coreograf¨ªa: ?rjan Andersson. Prototype hero (estreno absoluto); coreograf¨ªa: Jacopo Godani. Herrumbre; coreograf¨ªa: Nacho Duato. Teatro de La Zarzuela, 29 de octubre.
La primera, en cualquier caso, no consigue evitar un sentimiento de distancia, de extra?eza; la segunda, m¨¢s fresca y despreocupada, roza la genialidad al mismo nivel que la intrascendencia. Podr¨ªan ser un punto de partida de trabajos de mayor enjundia, o tal vez est¨¦n bien as¨ª, no s¨¦, tan enigm¨¢tica la primera, tan espont¨¢neamente calculada la segunda. La tensi¨®n se mantiene a duras penas en el trabajo de Andersson y es m¨¢s llevadera en el de Godani. Dura esta ¨²ltima 10 minutos menos que aqu¨¦lla y se agradece. El equilibrio de las proporciones es siempre importante en el arte, pero si me apuran, en la danza, como en la m¨²sica, no solamente es fundamental sino una de sus razones de ser.
El factor interpretativo es otra historia. Y en ese terreno se desenvuelven con una soltura excepcional los bailarines. Hace mucho tiempo que no percibo altibajos en su nivel t¨¦cnico. Hay un concepto de seriedad, de profesionalidad, de solidez en el conjunto y en las individualidades. Quiz¨¢ los dos estrenos de este programa no hayan sido para tirar cohetes, ni hayan posibilitado un mayor lucimiento global, pero la disciplina y el trabajo de equipo para sacarlos adelante han sido encomiables.
Herrumbre es de otra galaxia. O, sencillamente, de ¨¦sta. Vista ya en el Liceo de Barcelona, el Ch?telet de Par¨ªs o el Teatro Real de Madrid, su reposici¨®n no ha hecho sino confirmar que estamos ante uno de los espect¨¢culos m¨¢s completos, comprometidos, intensos y valientes de toda la trayectoria art¨ªstica de Nacho Duato. La hora de duraci¨®n se pasa como un suspiro. El alegato contra la tortura se resuelve en una serie de variaciones en las que se alternan el horror con la compasi¨®n, la represi¨®n con la piedad.
La excelente m¨²sica de Pedro Alcalde, Sergio Caballero y David Darling encaja a la perfecci¨®n con la coreograf¨ªa del espect¨¢culo y asimismo es muy efectiva la escenograf¨ªa del arquitecto iraqu¨ª instalado en Viena Jaffar Chalabi.
Pero lo m¨¢s escalofriante de Herrumbre es la sensaci¨®n de di¨¢logo en el l¨ªmite entre la vida y la muerte que transmiten desde el baile los personajes. La t¨¦cnica est¨¢ al servicio de la emoci¨®n. La entrega de los bailarines es absoluta. La credibilidad de cuanto se ve y escucha no ofrece ning¨²n margen de dudas. La obra, en su contenido pol¨ªtico, no cae en ning¨²n momento en la manipulaci¨®n y mucho menos en la demagogia. La esperanza en una sociedad menos cruel y arbitraria es, en todo caso, el ¨²nico mensaje. Y en ello concurren los esfuerzos de unos bailarines que logran estremecer con su pasi¨®n y energ¨ªa, y el de un core¨®grafo que vuelca con coraje su experiencia en el mundo de la danza para ver si ¨¦sta puede de alguna manera contribuir a la construcci¨®n de una sociedad m¨¢s justa.
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