Camino a la perdicion
Hace unos d¨ªas se present¨® en C¨®rdoba el proyecto de un nuevo edificio que se pretende construir en el lugar que hoy ocupa un hotel, el antiguo Meli¨¢ como es conocido en la ciudad. El edificio se proyecta con una altura de trece plantas mientras que la normativa de los Planes Generales, incluido el vigente, han limitado siempre a siete la altura m¨¢xima permitida, adem¨¢s se encuentra situado en un lugar elevado, a cien metros del casco hist¨®rico.
Desde que hace unos meses se anunci¨® que se iba a construir este edificio, se dijo entonces que con veintitr¨¦s plantas, ha surgido un debate sobre la idoneidad de su construcci¨®n y sobre el lugar elegido, mesas redondas, informaciones, entrevistas y art¨ªculos en los peri¨®dicos, hasta en La Vanguardia, han reflejado posturas a favor y en contra. Los defensores del proyecto lo elevan a s¨ªmbolo de la modernidad y a los que defendemos que es un proyecto distorsionador, se nos acusa de conservadores, m¨¢s preocupados por el pasado y de taparnos los ojos a lo nuevo.
Dec¨ªa el autor del proyecto Carlos Ferrater que "hab¨ªa gente que antes de verlo iba a decir que no". Ten¨ªa raz¨®n, porque lo que provoca rechazo es la ocurrencia de construir un edificio de esas caracter¨ªsticas y m¨¢s en ese lugar, no al proyecto en s¨ª, que entonces no exist¨ªa como tal. Lo que tenemos que analizar no tiene nada que ver con el proyecto arquitect¨®nico, que no entro a valorar, porque como dec¨ªa, desde las p¨¢ginas de este peri¨®dico, el arquitecto Fernando Mendoza, "la reflexi¨®n sobre una ciudad hist¨®rica no debe depender de si el arquitecto es bueno o no". Lo que se cuestiona es la grave alteraci¨®n de un modelo de ciudad que nos hemos dado en al transcurso de la historia, que define su singularidad y la hace diferente de las dem¨¢s.
Ese modelo para nada es antiguo, es distinto, imprime personalidad y contribuye a la diversidad en los modelos de la modernizaci¨®n. Es lo que Manuel P¨¦rez Iruela llama en el libro La sociedad andaluza (2000), la modernizaci¨®n reflexiva y explica "que en el proceso modernizador no todas las cosas son compatibles... La modernizaci¨®n es un proceso que, adem¨¢s de complejo, tiene una componente hist¨®rica espec¨ªfica para cualquier sociedad. No hay una sola forma de ser modernos. Cada sociedad debe reflexionar y debatir sobre su devenir para encontrar sus fortalezas y debilidades, a la hora de modernizarse, y para optar por la forma de ser modernos que mejor se adapte a sus peculiaridades". Exactamente se trata de eso, de que ser moderno no es copiar modelos de otros sitios, sino construir uno basado en la cultura propia. C¨®rdoba se moderniza en su imagen de ciudad, y debe continuar haci¨¦ndolo, desde una reflexi¨®n que ha considerado unos valores determinados como pilares sobre los que asentar su evoluci¨®n. Eso es, precisamente, lo que define a una ciudad y a sus ciudadanos. Y uno de esos pilares es la altura de sus construcciones. En ese aspecto la ciudad ha resistido bien los ataques del desarrollismo de los a?os 60, que tantos estragos produjo en otras ciudades y los planeamientos urbanos que se han redactado han mantenido esa fisonom¨ªa. Sirva como ejemplo ¨²ltimo el desarrollo del Plan General de 1986. ?Acaso no son modernos los nuevos barrios de Poniente, Margaritas o los del Plan RENFE? En estos espacios los promotores y arquitectos, la mayor¨ªa cordobeses, han apostado por nuevas formas de arquitectura, algunas de ellas con notables resultados, siempre desde el respeto a las normas que definen nuestro modelo urban¨ªstico. A esto hay que a?adir la magn¨ªfica arquitectura que se ha hecho en edificios p¨²blicos, como la Estaci¨®n de Ferrocarril y la Estaci¨®n de Autobuses, esta ¨²ltima Premio Nacional de Arquitectura. Seamos modernos desde el respeto a la ciudad.
Un edificio, como el que nos ocupa, adem¨¢s de cambiar de manera importante el paisaje urbano de C¨®rdoba, rompe con la legalidad urban¨ªstica y establece un precedente que favorece m¨¢s iniciativas de este tipo. ?Qu¨¦ argumentos se pueden emplear para decir que se hacen excepciones con unos s¨ª y con otros no? Se nos anuncia que el promotor va a pagar una remodelaci¨®n urbana del entorno del edificio, con aparcamiento subterr¨¢neo incluido, aparte de que eso le reportar¨¢ m¨¢s plusval¨ªas, ?es que cambiar un modelo de ciudad en beneficio de un particular es una cuesti¨®n de precio?
Ese camino nos puede conducir, por la v¨ªa de los hechos, a un cambio profundo de nuestro concepto de ciudad. Si se quiere continuar con este proyecto lo que se tiene que hacer es un nuevo Plan General, porque en su redacci¨®n nos obligamos todos a debatir si un nuevo modelo urbano, basado en edificios muy altos, nos conviene o no y si acordamos que el ser modernos es una cuesti¨®n de altura, establezcamos nuevas reglas iguales para todos.
Tomo prestado el t¨ªtulo de este escrito de la magn¨ªfica pel¨ªcula de Sam Mendes. Lo considero el m¨¢s adecuado para expresar la situaci¨®n en que nos encontramos.
Herminio Trigo Aguilar es ex alcalde de C¨®rdoba
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