La burocracia, obst¨¢culo de la misi¨®n humanitaria
Los 87 soldados espa?oles enviados a Pakist¨¢n siguen a la espera de permiso para viajar a la zona afectada por el terremoto
Durante el invierno pasado en Cachemira muchas aldeas y carreteras quedaron sepultadas bajo un metro y medio de nieve. Si la nieve y el fr¨ªo se unen en los pr¨®ximos d¨ªas al hambre, las enfermedades y el aislamiento que han sufrido las poblaciones en la zona tras el terremoto del 8 de octubre, a¨²n podr¨¢n sumarse varios miles de muertos a los m¨¢s de 50.000 que fallecieron con el se¨ªsmo, seg¨²n auguran las organizaciones humanitarias. Las ayudas internacionales han de emprender una carrera contra reloj para salvar las vidas.
Pero a veces esa carrera se da de bruces con la burocracia y la desorganizaci¨®n.
Los 87 soldados espa?oles que bajo el mando de la OTAN llegaron la ma?ana del domingo a Pakist¨¢n, pasaron ayer una segunda noche en un hangar del aeropuerto de Lahore, a unos 500 kil¨®metros del epicentro del terremoto, sin poder hacer nada m¨¢s que matar el tiempo esperando a que se les autorizara viajar a la zona. Cuando anochec¨ªa los soldados espa?oles supieron que se les autorizaba a viajar en un plazo de 24 horas hacia la zona afectada.
Los soldados llevaban ya 48 horas sin salir nada m¨¢s que a la puerta del hangar donde se encontraban recluidos. "Ten¨ªamos que llevar ya en Cachemira ese tiempo", comentaba un soldado. "En cuanto el avi¨®n aterriz¨® en Lahore, deber¨ªa haber habido varios autobuses paquistan¨ªes esper¨¢ndonos para montarnos en ellos y partir hacia Cachemira".
El plan de la expedici¨®n espa?ola comenz¨® a torcerse cuando un d¨ªa antes de salir desde la base militar de Torrej¨®n las autoridades paquistan¨ªes advirtieron de que no ser¨ªa posible aterrizar en Islamabad porque el aeropuerto se encontraba saturado con toda la ayuda humanitaria que llegaba. Los espa?oles tuvieron que aterrizar en Lahore, ciudad que se encuentra a unas cuatro horas en coche de Islamabad. "Bueno, cuatro horas si viajas con un buen veh¨ªculo particular, pero si vas en un convoy con protecci¨®n militar, entonces se pueden emplear hasta siete horas en llegar a Islamabad o Rawalpindi", indicaba un oficial.
Anoche, los militares ya pudieron instalar las literas en vez de dormir en el suelo como la primera noche. Para no aburrirse, unos jugaban con la play station, alguno le¨ªa, otros charlaban, varios ve¨ªan alguna pel¨ªcula en un DVD port¨¢til... Y as¨ª, 48 horas desde que aterrizaron en Lahore. "Paciencia", aconsejaban los oficiales. Los mandos ordenaban a los soldados que se vistieran con mangas largas para no contraer la malaria. Los ba?os se atascaron durante varias horas porque no estaban dise?ados para succionar papel higi¨¦nico. Por las pistas del aeropuerto paseaban a veces dos guardias varones con las manos entrelazadas, cosa que en ning¨²n momento pareci¨® escandalizar a la tropa espa?ola. Sin embargo, los oficiales paquistan¨ªes indicaron que no deb¨ªan permanecer las diez soldados espa?olas de la tropa en el mismo hangar que sus compa?eros varones. Ya se iba a habilitar una sala para ellas cuando lleg¨® un grupo de 28 militares franceses (con una sola mujer entre ellos) y todo qued¨® como estaba.
Mientras la expedici¨®n espa?ola procuraba no aburrirse, los peri¨®dicos paquistan¨ªes abr¨ªan su primera p¨¢gina con las declaraciones de Ann Venemam, directora de UNICEF, quien advirti¨® de que el mundo debe tomar conciencia de la verdadera magnitud del terremoto de Pakist¨¢n y hacer m¨¢s de lo que se ha hecho para salvar tantas vidas como sea posible antes de la llegada del invierno. La ayuda internacional hasta el momento asciende a 120 millones de d¨®lares, cifra que queda lejos de los 550 millones que ped¨ªa la ONU.
A mitad de la tarde se supo que las autoridades paquistan¨ªes autorizaban el desplazamiento de los primeros soldados hacia la zona afectada por el terremoto. "Puede ser que salgamos ma?ana", indic¨® el comandante Jos¨¦ Ram¨®n P¨¦rez. En principio viajar¨¢n 36 soldados de la unidad de apoyo al despliegue, que son los encargados de preparar el campamento donde se ir¨¢ alojando el resto. Viajar¨¢n en un autob¨²s contratado a una empresa civil y har¨¢n noche en Rawalpindi
[a unas cuatro horas en autom¨®vil de la zona afectada]". Con lo cual, no se prev¨¦ la llegada de los primeros espa?oles a Cachemira hasta el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. "Lo que no queremos es llegar all¨ª y que pasen los d¨ªas y la gente vea que no estamos haciendo nada. Eso es lo peor que nos puede suceder", coment¨® un oficial.
"Un equipo de trabajo s¨®lido"
En Lahore se encuentran 87 soldados espa?oles, la avanzadilla de los 370 que ir¨¢n llegando a lo largo de las dos pr¨®ximas semanas con la intenci¨®n de abrir zanjas y caminos en Cachemira. El contingente forma parte de la operaci¨®n de ayuda humanitaria que por vez primera en sus 46 a?os de historia ha emprendido la OTAN, para atender a las v¨ªctimas del terremoto que sufri¨® Pakist¨¢n el 8 de octubre.
Se espera la llegada de militares italianos y polacos hasta sumar los 814. El gasto de la operaci¨®n, valorado en 14,5 millones de euros corre a cargo de Espa?a, que es el pa¨ªs que dirigir¨¢ la operaci¨®n sobre el terreno. Algunos militares no ven con agrado que la OTAN se lleve la buena imagen de la ayuda internacional y corra solo con los gastos de la operaci¨®n el pa¨ªs que se haya al mando de la misma sobre el terreno. En este caso, Espa?a. "Este tipo de operaciones deber¨ªan hacerse con m¨¢s dinero y, desde luego, repartiendo el coste entre todos los pa¨ªses".
No obstante, ya que el Ej¨¦rcito espa?ol se embarc¨® en la operaci¨®n, ahora se trata de presentar una imagen n¨ªtida y clara del trabajo que se puede hacer. Para eso, la intenci¨®n del general Juan Antonio Baut¨ªs, al mando del contingente espa?ol, es emplazar a sus soldados en las cercan¨ªas de la ciudad de Bag, muy afectada por el terremoto y hacer que trabaje el mayor n¨²mero de ellos en un solo objetivo concreto. "Mi intenci¨®n, en principio, no es disgregar a nuestra gente en peque?os grupos, sino formar un equipo de trabajo s¨®lido que se centre en un objetivo palpable".
Pero el objetivo, o sea, el trabajo que van a acometer los soldados espa?oles, italianos y polacos enviados por la OTAN, a¨²n no est¨¢ definido.
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