El Gobierno franc¨¦s trata de poner fin a la violencia desatada en las afueras de Par¨ªs
Cuarto d¨ªa de enfrentamientos entre polic¨ªas y j¨®venes en la localidad de Clichy-sous-Bois
El estallido de violencia en Clichy-sous-Bois, ciudad dormitorio de 28.000 habitantes a 15 kil¨®metros de Par¨ªs habitada mayoritariamente por inmigrantes africanos, no parece en v¨ªas de apagarse. El ingreso en prisi¨®n ayer de seis j¨®venes del barrio y la explosi¨®n de una bomba lacrim¨®gena en la mezquita auguraban otra noche caliente. Desde que hace cuatro d¨ªas dos adolescentes murieran electrocutados al refugiarse en un transformador y un tercero resultara herido al huir de la polic¨ªa se repiten la quema de veh¨ªculos y los enfrentamientos con la polic¨ªa.
El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, en cuyas apresuradas declaraciones del viernes -asegurando que a los chicos no les persegu¨ªa la polic¨ªa cuando saltaron un muro de tres metros y cruzaron varias alambradas para entrar en la subestaci¨®n el¨¦ctrica que acab¨® siendo su tumba- hay que buscar parte de la rabia que ha encendido a los habitantes de Clichy-sous-Bois, se multiplic¨® ayer intentando apagar los fuegos sin demasiado ¨¦xito.
Por la ma?ana, el ministro del Interior se present¨® en la Prefectura de Seine-Saint Denis, en el noroeste de la capital francesa, para felicitar a las fuerzas de seguridad por c¨®mo han gestionado la situaci¨®n. Por la tarde, Sarkozy hab¨ªa anunciado que recibir¨ªa en su ministerio a los familiares de los dos chavales muertos para comunicarles el contenido del expediente que se ha abierto sobre el caso. Pero no pudo ser. Las familias de Bouna, de 15 a?os, y Zyed, de 17, originarias de T¨²nez y Mal¨ª, se negaron a acudir y descalificaron al titular de Interior y pidieron ver al primer ministro, Dominique de Villepin, el gran rival pol¨ªtico de Sarkozy.
"Es un incompetente", dijo Siyakah Traore, hermano de Zyed, "no hay m¨¢s ver c¨®mo se est¨¢ llevando a cabo la investigaci¨®n". "Pedimos calma, que se vayan los antidisturbios, ver al primer ministro y que las pesquisas sean r¨¢pidas y transparentes". Pese a todo, Sarkozy se traslad¨® a Clichy-sous-Bois y garantiz¨® personalmente a varios amigos de las v¨ªctimas que se conocer¨¢ toda la verdad sobre lo sucedido.
La primera verdad que desvel¨® poco despu¨¦s el ministro del Interior es que la bomba lacrim¨®gena que estall¨® la noche del domingo en el interior de la mezquita de Clichy-sous-Bois, en la hora de los rezos, con el local lleno de todo tipo de gente, incluidos ancianos y ni?os, era efectivamente de las que usan los efectivos antidisturbios y no de otro tipo, como ayer por la ma?ana filtraban fuentes policiales. Esto no supone, a?adi¨®, que necesariamente hubiera sido disparada por la polic¨ªa. Fuentes policiales aclaraban m¨¢s tarde que la granada no explot¨® "dentro de la sala de oraciones", sino en el aire.
13 juzgados
De las m¨¢s de 30 personas detenidas a lo largo de estos ¨²ltimos cuatro d¨ªas, 13 fueron juzgadas ayer por procedimiento abreviado por el tribunal correccional en Bobigny y tres enviadas a prisi¨®n tras ser condenadas a ocho meses de c¨¢rcel, de los que dos eran firmes por la quema de veh¨ªculos y contenedores. Otros 10, con edades entre los 14 y los 17, pasar¨¢n ante el tribunal de menores.
La pasada madrugada hubo 11 nuevas detenciones, la mayor¨ªa por intento de agresi¨®n a las fuerzas de seguridad, un delito castigado con penas mucho m¨¢s importantes.
Conforme se van conociendo m¨¢s detalles sobre los acontecimientos que llevaron a la muerte de Bouna y Zyed, queda en evidencia la escasa consistencia y la poca veracidad de los comunicados oficiales, tanto de la polic¨ªa como del ministro Sarkozy e incluso del primer ministro Villepin.
El viernes, todos coincid¨ªan en que se trataba de un intento de robo y la consiguiente huida desesperada de los delincuentes. Una versi¨®n que cambi¨® radicalmente poco despu¨¦s. Ya no eran ladrones ni estaban siendo perseguidos por la polic¨ªa, aunque s¨ª que hab¨ªan "destrozado" una caseta de obras. El s¨¢bado, la fiscal¨ªa daba una pista m¨¢s plausible: los chavales "se cre¨ªan perseguidos [por la polic¨ªa] tras un control de identidad".
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